Interpretación de la manera en que los agenciamientos artísticos movilizan los modos subjetivos del habitar de los integrantes del colectivo Al Ritmo de la Basura

 

Paola Andrea Agudelo-Salazar1, Oscar Armando Jaramillo-García2

 

Recibido: 4 agosto 2020, Aceptado: 18 mayo 2021

 

DOI: 10.17151/luaz.2021.53.8

 

Resumen

 

Introducción. La crisis ambiental se evidencia a través del incremento de los índices de contaminación y pérdida de biodiversidad. Simultáneamente con lo mencionado, las manifestaciones de diferentes organizaciones y colectivos artísticos surgen como modo de protesta ante la inminente catástrofe causada por las dinámicas del desarrollo capitalista. Objetivo. Interpretar la manera en que los agenciamientos artísticos movilizan los modos subjetivos del habitar de los integrantes del colectivo musical-ambiental Al Ritmo de la Basura. Metodología. El desarrollo de la investigación se hace desde el enfoque de investigación cualitativo, tomando el método de la fenomenología del habitar poético, construido desde el ámbito del pensamiento ambiental latinoamericano, que invita a comprender el mundo como una red-trama-tejido, desdibujando la idea dualista impuesta por la razón occidental sujeto-objeto, que ha permitido la dominación sobre la naturaleza. Resultados. Se trabajaron tres categorías de análisis: agenciamiento, que permitió identificar cómo el colectivo se ha ensamblado con elementos de diferente naturaleza y encontró su línea de fuga en la búsqueda de una solución desde la educación a la crisis ambiental. Habitar la tierra, donde se resaltó que el colectivo, a través de su música, invita a girar hacia un modo de habitar centrado en la armonización cultura-naturaleza. Finalmente, se aborda la categoría de pensamiento ambiental a través de las composiciones líricas y discurso de los integrantes, quienes enfatizan, haciendo uso de su música, que el ambientalismo más que una acción individual debe ser una fuerza colectiva ética y política. Conclusión. El colectivo se constituye como máquina de guerra de tipo rizomática que se ha encargado de promover la transformación del pensamiento de las bases sociales, para que se comprenda que la crisis es de carácter político, y que, por lo tanto, la solución, más que en el reciclaje, está en el marco de lo político.

 

Palabras clave: crisis ambiental, desarrollo, cultura, educación.

 

Interpretation of the way in which the artistic assemblages mobilize the subjective modes of living of the members of the Al Ritmo de la Basura group

 

ABSTRACT

 

Introduction: The environmental crisis is evident through the increase in the rates of contamination and loss of biodiversity. Alongside with this situation, different organizations and artistic collectives arise as a way of protest against the imminent catastrophe caused by the dynamics of capitalist development. Objective: To interpret the way in which artistic assemblages impact the subjective ways of living of the members of the musical-environmental group Al Ritmo de la Basura. Methodology: The development of this research is carried out from a qualitative research approach, taking the method of phenomenology of “poetic living”, built from the Latin American environmental thought that invites to understand the world as a network-weft-fabric blurring the dualistic idea imposed by the Western subject-object reason which has allowed domination over nature. Results: Three categories of analysis were proposed: (1) assembling, which made it possible to identify how the group had assembled with elements of different nature and found their line of flight in the search for a solution from education to the environmental crisis; (2) Inhabiting the earth, where it was highlighted that the group, through its music, invites to turn towards a way of living centered on the harmonization of culture and nature; (3) the category of Environmental Thought is addressed through the lyrical composition and discourse of the members who emphasize, making use of their music, that environmentalism, more than an individual action, should be a collective ethical and political force. Conclusion: The group is constituted as a rhizomatic war machine that has been in charge of promoting a transformation of the thinking of the social bases so that it is understood that the crisis is of a political nature, and therefore, the solution, more than recycling, is within the framework of politics.

 

Key words: environmental crisis, development, culture, education.

 

 


 

Introducción

 

Al Ritmo de la Basura nace finalizando 2016, como una propuesta de dos jóvenes de 23 y 29 años de edad que, debido a sus experiencias educativas propias en temas ambientales, evidenciaron un modelo educativo tradicional, teórico y poco llamativo para los jóvenes, por lo que quisieron buscar un camino innovador para fomentar la educación ambiental y una transición de los hábitos ambientales negativos hacia la armonización de la vida con los ecosistemas. En la actualidad, en el colectivo está conformado por seis integrantes, de los cuales tres han estado desde su inicio.

 

La etapa de consolidación del colectivo se inicia cuando resultó ganador de la convocatoria ambiental a nivel nacional, “Alivia la Tierra”, de la Fundación Audifarma, en la categoría de conciencia ambiental. Este proyecto se desarrolló en Frailes (municipio de Dosquebradas, Risaralda) con un grupo de niños y padres de familia que recibieron formación musical y ambiental, por medio de diferentes ejercicios artísticos, enfatizando en la música como herramienta para hacer educación ambiental de manera diferente.

 

Uno de los resultados fue la composición musical y literaria de canciones relacionadas con la biodiversidad, el reciclaje, los hábitos de consumo y temas de crítica al consumismo. Así como la construcción de instrumentos musicales, con elementos reutilizados como tubos de PVC, tubos de aluminio, plástico, palos de escoba, latas, plástico, entre otros.

 

Dichas composiciones musicales fueron presentadas en una serie de conciertos didácticos en los municipios de Pereira y Dosquebradas, teniendo un importante reconocimiento en el sector cultural de estas ciudades.

 

En esta nueva etapa de Al Ritmo de la Basura ingresan tres nuevos integrantes, todos jóvenes entre los 20 y 26 años, que se sienten identificados con el colectivo, al reconocerse en el contexto local y nacional los vacíos de la educación ambiental que refuerzan la crisis ambiental actual. De esta manera, Al Ritmo de la Basura inicia una acción colectiva, entendida como “cosas que hacen en conjunto un grupo de personas” (Aguilera, 2010, p. 84) para buscar resistencias y transformaciones en espacios locales.

 

Como lo menciona Aguilera (2010), una de las características principales de los colectivos es la opción de formar y constituir pequeñas grupalidades sobre la base de orientaciones para la acción colectiva muy precisas, “que van desde la necesidad de nuevas formas de expresión de los contenidos, hasta aquellos que se articulan sobre la base del rechazo a determinados modelos de vínculo político propuesto a los jóvenes” (p. 90).

 

Teniendo en cuenta lo anterior, el colectivo de Al Ritmo de la Basura, después de finalizar el proceso comunitario, decide continuar su labor a través de la autogestión, tomando como bandera la importancia de la reflexión ambiental a través de la música. Con una apuesta de creación de lenguaje musical, puesta en escena e instrumentos musicales únicos, como medio de protesta y rechazo a la crisis ambiental producto de una inadecuada gestión de la educación ambiental integral.

 

Es por lo que se crean obras musicales, que incluyen críticas al deterioro ambiental como resultado del modelo de desarrollo, cantando en contra de la megaminería y las estrategias capitalistas mundiales que destruyen la biodiversidad. A partir de este momento, el colectivo decide transmitir un mensaje con tinte político y de denuncia, además de canciones de educación ambiental, con mensajes sutiles, pensando en la población infantil.

 

En 2018 se realizó la primera gira departamental en Risaralda, en donde:

 

[…] a través de las presentaciones, los asistentes, en su mayoría niños y jóvenes, se interesaron en conocer y explorar los instrumentos, además de indagar sobre los temas cantados, como la contaminación por uso de plásticos, la deforestación, el fenómeno de la lluvia ácida o la biodiversidad. (Cultura y Bibliotecas Comfamiliar Risaralda, 2018)

 

También, en 2018, el colectivo realizó la primera gira promocional internacional en Ciudad de México. Para este mismo año, gana la Convocatoria Municipal Estímulos de la Secretaría de Cultura de Pereira, en la beca para la creación y circulación local de espectáculos y montajes musicales, con el proyecto “Páramo-ver el alma”, que tuvo como objetivo dar a conocer la riqueza territorial local, a través de un recorrido musical por los ecosistemas, desde el páramo hasta el valle.

 

Este mismo año, el colectivo recibe el reconocimiento de los Premios Latinoamérica Verde, por pertenecer al ranking de los 500 mejores proyectos sociales y ambientales de América Latina, ocupando el puesto número 68 en la clasificación general y el lugar número 13 en la categoría específica de manejo de residuos sólidos. Para el año 2019, Al Ritmo de la Basura resulta ganador de la Convocatoria Municipal Estímulos de la Secretaría de Cultura de Pereira, en la categoría de Circulación nacional e internacional, con el proyecto “Páramo ver el alma, el Río Otún extiende su cauce hasta el Perú”.

 

Teniendo en cuenta que, en primera instancia, este colectivo se moviliza en búsqueda de la promoción y transformación de la cultura ambiental (que implica ser oposición al desarrollo convencional y modificar los modos de habitar); en segunda instancia su constitución se dio como resultado de inconformidades que trascendieron a la acción y, en tercera instancia que a través de la música pueden llegar a una cantidad considerable de personas, no solo a nivel local, sino también latinoamericano, se consolidaron dos grandes categorías teóricas en esta investigación, que tiene como objetivo interpretar la manera en que los agenciamientos artísticos movilizan los modos subjetivos del habitar de los integrantes del colectivo Al Ritmo de la Basura.

 

Agenciamiento. Para comprender el funcionamiento de un agenciamiento es importante remitirse a Deleuze y Guattari (2002) y a su texto Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, en donde los autores construyen su planteamiento de organización y ocupación de la tierra y la sociedad, en función de estratos, mesetas, multiplicidades, relaciones rizomáticas, cuerpos sin órganos. Siendo los agenciamientos “todo lo visible y todo lo enunciable de la tierra” (Lapoujade, 2016, p. 202).

 

Los agenciamientos son una construcción de multiplicidades, de cuerpos y de signos, es decir, “un agenciamiento es siempre doble; a la vez agenciamiento maquínico de cuerpos y agenciamiento semiótico de signos” (Lapoujade, 2016, p. 203). Esta doble articulación del agenciamiento podría entenderse en términos de un aspecto relacional y un aspecto procesual, que componen un eje horizontal y un eje vertical, respectivamente.

 

El aspecto relacional se describe en un eje horizontal en donde ocurren las interconexiones, las relaciones múltiples entre multiplicidades. Como lo afirma Heredia (2012), “esta mezcla de cuerpos sería el agenciamiento maquínico de efectuación y darían lugar a una formalización de contenido” (p. 95).

 

Al mismo tiempo, en el eje horizontal, se encuentran los agenciamientos colectivos de enunciación, que dan paso a la formalización de expresión. Estos son una “composición de enunciados heterogéneos y será, en la reunión y sedimentación de varios agenciamientos, un régimen de signos y de enunciados que determinará estratos y formaciones históricas, es decir, condiciones de lo enunciable en un campo social determinado” (Heredia, 2012, p. 95).

 

Ahora bien, el eje vertical, según Heredia (2012), da cuenta del “carácter metaestable que signa todo agenciamiento” (p. 96). Este eje remite a la territorialización y desterritorialización, codificación y recodificación, estabilidad y movimiento a los que está constantemente expuesto el agenciamiento. El eje vertical se refiere a la realidad, a la transformación constante de la realidad, a la constante batalla de estratificación y desestratificación.

 

Los agenciamientos son convergencias entre heterogeneidades, multiplicidades nutridas de otros agenciamientos de los que han sido movilizados o desterritorializados. Por lo tanto, son una construcción dentro del movimiento libre de elementos múltiples, que se reterritorializan, codifican y concretan, dinamizados por el deseo. “Los agenciamientos son pasionales, son composiciones de deseo. El deseo no tiene nada que ver con una determinación natural o espontánea, sólo agenciando hay deseo” (Deleuze y Guattari, 2002, p. 401).

 

Finalmente, cabe acentuar en la característica de multiplicidad, heterogeneidad y pluralidad, el constante movimiento y variedad de combinaciones y múltiples relaciones de individuos, elementos y fuerzas, el devenir, la ruptura y transformación a las que está sometido un agenciamiento (Deleuze y Guattari, 2002, 2009). Por lo que los deseos, como productores de agenciamientos, deben transversalizar las relaciones, hacerlas rizomáticas, garantizar la continuidad de esas conexiones, construir nuevos agenciamientos que resistan a las reterritorializaciones y recodificaciones del plano organizativo.

 

Pensamiento estético-ambiental. El pensamiento ambiental está relacionado con la tecnosociedad, abordada por Duque (2008) en el sentido en que dicha sociedad se ha empeñado en dominar la naturaleza, destruyéndola, desarraigándose de ella para mantener un modelo de desarrollo extractivista, normalizado mundialmente. De otra parte, el pensamiento ambiental propone la sutura, la reconciliación del hombre-naturaleza. Para abordar esta categoría se hará referencia a Augusto Ángel Maya y a Ana Patricia Noguera, filósofos colombianos que se encargaron de estructurar el pensamiento ambiental en Colombia. Según Noguera (2012), “el maestro Augusto Ángel Maya imaginó una sociedad ambiental, una transformación de la cultura ambiental de la sociedad. Sin embargo, aparecieron los primeros obstáculos identificados en diferentes discursos económicos y políticos mundiales: la escisión cultura-naturaleza y el desarrollo” (pp. 13-14).

 

La cultura es la forma de adaptación de la humanidad. El hombre debe necesariamente modificar los ecosistemas para construir su hábitat. Sin embargo, la cultura ha sido dominada por la forma de desarrollo que se expandió a nivel mundial, convirtiéndose así en una cultura tóxica, destructora e individualista, que no se reconoce dentro de un orden natural, sino que se entiende como dueña de todo lo que le rodea:

 

La totalidad de la cultura se ha convertido en una pieza rentable del mercado. Para ello ha sido menester forjar una economía acomodada a los nuevos mitos. Según estos, el progreso consiste en la ampliación indefinida del consumo, y el desarrollo histórico significa producir más y consumir más […] No hay límites para el hombre en la conquista de la naturaleza. El optimismo se basa en una visión eurocéntrica del desarrollo, según la cual, la meta es poseer lo acumulado por los países ricos. (Ángel, 1995, p. 2)

 

Con lo anterior, es evidente que la crisis ambiental está completamente relacionada con las políticas y dinámicas mundiales que han arraigado en la cultura su perspectiva de desarrollo convencional, haciéndola frágil, codificándola para perpetuar la idea extractivista y destructiva de desarrollo. En relación con lo anterior, Ángel (1995) manifiesta que “lo ambiental no es un problema que se resuelva solamente con el esfuerzo moralista de una ética individual” (p. 170). Por ello, más allá de pequeñas acciones individuales para cuidar el medio ambiente, es necesario trascender hacia planos políticos y de desarrollo, pues desde allí emerge la crisis.

 

Por lo que la propuesta del pensamiento estético-ambiental plantea una deconstrucción del paradigma de desarrollo, que se ha apoyado en la ciencia y en la razón para ordenar la tierra “a partir de las determinaciones propias de sus principios orientadores y rectores” (Noguera, 2012, p. 13); en donde no exista hombre-naturaleza por separado, sino que se comprenda como un tejido, en el cual la afectación de uno repercute en el otro. Estos nuevos paradigmas del pensamiento deben instalarse en la profundidad de la cultura, para que, poco a poco, emerjan y puedan transformar la realidad ambiental:

 

Esta propuesta, en clave de nuestro pensamiento estético-ambiental-complejo, es estética porque exige la modificación de las maneras del habitar humano moderno que son entramado simbólico; ética porque está preguntándole al habitar humano moderno sobre su propio ser como ethos, es decir, como expansión de su propio cuerpo, como emergencia de sí mismo en sentido spinozista, y epistémica porque interroga la escisión que es clave en la configuración del sujeto-yo-razón (ego-cógito) de poder y de dominio, sobre la naturaleza-objeto (res extensa). (Noguera, 2012, p. 16)

 

Así pues, el pensamiento estético-ambiental recoge la idea de habitar la tierra de modo armónico, en donde no se transformen los ecosistemas como principio de extracción y obtención de riqueza y desarrollo, sino pensando en “transformar bien” (Ángel, 1995, p. 3). Transformar como estrategia adaptativa, sin ambiciones ni necesidades creadas y controladas por el sistema capitalista. En esta propuesta, es clave comprender que el hombre es una extensión de la naturaleza, que no existen jerarquías, sino que existe una trama, una red, en donde hombre y naturaleza hacen parte de sus tejidos. Por lo tanto, las reformas o alteraciones hechas en el entramado de la vida repercutirán en cada uno de sus integrantes (Carrizosa, 2000, 2008).

 


 

Ruta metódica

 

Para explorar y entender el significado colectivo de los modos de habitar, agenciados a través de prácticas artísticas de los integrantes de Al Ritmo de la Basura, se hace uso de la fenomenología del habitar poético de Martin Heidegger, adaptada desde la propuesta del pensamiento ambiental, planteada por Noguera y Pineda (2014).

 

De este modo, la fenomenología del habitar poético (Noguera y Pineda, 2014) implica “hacer una epojé del pensamiento moderno: poner entre paréntesis la racionalidad que ha reducido los cuerpos vivos a cuerpos amputados de la tierra. La vida, en su complejidad estética creciente, ha sido reducida a mercancía y la tierra a recurso” (p. 21).

 

Hacer esta epojé permite comprender que el hombre es naturaleza, que este no debe ser el sujeto dominante, que se atribuyó egocéntricamente la labor de destruirla y disminuirla a objeto ilimitado. Entender que hombre y naturaleza son una misma cosa es empezar a pensar ambientalmente, lo que implica “la tarea de un nuevo tipo de pensar, el que se deja habitar y habita. No es por el pensar que habitamos la tierra, sino por el habitar, por la forma de habitar que el ser se expresa en el pensar” (Noguera y Pineda, 2009, p. 266). Pensar ambientalmente significa empezar a habitar poéticamente.

 

La palabra “[…] poéticamente habita el hombre […]” dice: el poetizar deja, ante todo, al habitar ser un habitar. Poetizar es el propio dejar habitar. Mas, ¿por medio de qué logramos un habitamiento? Por medio del construir. Poetizar es, en cuanto dejar habitar, un construir. (Heidegger, 2017, pp. 78-79)

 

Cuando el autor se refiere al construir no habla únicamente de construir edificaciones. “La antigua palabra bauen significa que el hombre es en la medida que habita […] Los dos modos del construir —construir como cuidar, en latín collere, cultura; y construir como levantar edificios, aedificare— están incluidos en el propio construir, habitar” (Heidegger, 2014, p. 2). Así pues, según Heidegger (2017), “el poetizar, antes que nada, pone al hombre sobre la tierra, lo lleva a ella, lo lleva al habitar” (p. 81). Es por esto que Heidegger (2000) se pregunta si la racionalización técnico-científica en realidad permite ver lo que es; lo que es, entendido como el habitar ambiental, el construir desde la profunda sabiduría:

 

La efectividad prueba la exactitud de la racionalización científico-técnica. Pero ¿se agota en lo demostrable la apertura de “lo que es”? La insistencia en lo demostrable ¿no cierra el camino hacia “lo que es”? […] La tarea del pensar consistiría, entonces, en el abandono del pensar anterior, para determinar lo que es la ‘cosa’ del pensar. (p. 12)

 

El despojo del lenguaje, la simbología y el pensamiento egocéntrico promovido por el racionalismo, la deconstrucción de la “esquizofrenia cultural de Occidente” (Noguera y Pineda, 2009, p. 265), sería abandonar el pensar anterior, al que se refiere Heidegger (2000). La extremada racionalización ha ocultado la complejidad de la vida, por lo que la cultura actual no comprende que la vida es una red tejida por hilos, en donde el hombre es uno de esos hilos, y no el artesano de la red.

 

Técnicas e instrumentos de recolección de información

 

Se ha evidenciado que dentro del pensamiento ambiental y los modos poéticos del habitar se busca superar la mirada dualista sujeto-objeto, por lo que las técnicas e instrumentos de recolección de información deben responder a esa relación. Debido a lo anterior, para esta investigación, se hace uso de técnicas interactivas que se caractericen por “reconocer el conocimiento como producto de la interacción entre el ser humano, la sociedad, la vida y el mundo” (Quiroz et al., 2002, p. 21) distanciándose de concepciones simplistas, para dar paso a una comprensión de la relación rizomática propia de la sociedad.

 

Una de las técnicas interactivas que se usa es la foto-historia, la cual se enmarca en las técnicas histórico-narrativas que, según Quiroz et al. (2002), “buscan rescatar la experiencia de los sujetos, y la recuperación de procesos, hechos, acontecimientos que se dieron en el pasado, pero que cobran vida en el presente e inciden en el futuro” (p. 68). La foto-historia es de gran utilidad para la investigación porque permite construir un diálogo entre el recuerdo, las bases que hicieron emerger las prácticas artísticas y cómo se han transformado en el tiempo. Además, se utiliza el relato autobiográfico, por medio del cual es posible indagar sobre “los sentimientos, la manera de entender, comprender, experimentar y vivenciar el mundo” (Martín, 1995, p. 42).

 

Unidad de trabajo

 

En tanto la apuesta de la indagación es por la comprensión de los agenciamientos artísticos que movilizan los modos subjetivos del habitar de los integrantes del colectivo Al Ritmo de la Basura, la unidad de trabajo del proyecto son cuatro integrantes del colectivo. Todos los participantes se encuentran entre los 22 y 28 años. Asimismo, las letras de las canciones de la agrupación fueron parte de fundamental para el desarrollo de esta investigación.

 


 

Resultados y discusión

 

Ensamblajes creativos y máquinas de guerra

 

En la semiología musical las variaciones rítmicas rompen con el pulso estable, acelerando o retardando la ejecución de determinada pieza musical. Por otro lado, la disonancia se refiere al choque entre dos o más notas, generando un ambiente de tensión o molestia en la audiencia. En esta categoría se dará cuenta de las velocidades, los movimientos rítmicos y cambios de pulsaciones que han tenido los integrantes del colectivo Al Ritmo de la Basura, con respecto a sus maneras de ser y hacer música, y cómo han podido o no, llegar a generar disonancias a medida de su desplazamiento en el espacio-tiempo.

 

Cabe resaltar que las variaciones, en tanto que son variaciones, no se deben generalizar para cada integrante del colectivo, pues, si bien todos han hecho parte de los sistemas árbol del aparato de Estado, que “actúa por captura mágica, capta y liga, impidiendo cualquier combate” (Deleuze y Guattari, 2002, p. 360), cada uno ha tratado de encontrar, a su manera, otras líneas de fuga para deshacerse de lo impuesto. Es así como P13 asegura:

 

Mi vida artística antes no existía, se resumía a tocar en una iglesia montando temas y tocando […] fue provechoso, pero no tenía un lugar donde me pudieran escuchar […] Pero en Al Ritmo de la Basura, desde ese primer ensayo fue creando y sacando ideas y trabajando las ideas.

 

A lo que P2 agrega:

 

Yo había participado en otros proyectos musicales y había tocado con otras personas, pero no me había sentido como parte de algo, de una creación, ¿cierto?, como de una propuesta original […] en Al Ritmo me sentí parte de algo y de una creación en la que podía aportar. Recuerdo cuando recién empezamos, que era como construir algo de cero, pero, aparte de que eran unas canciones, también era enfrentarse a unos sonidos diferentes, a un concepto muy distinto, fuera de lo que uno normalmente se encuentra en grupos musicales o eso, ¿cierto?

 

Teniendo en cuenta las narrativas de los participantes, es posible decir que el colectivo no tenía un camino o conducto delimitado desde su inicio, sino que fue una construcción que se nutrió de las múltiples experiencias y conocimientos de sus integrantes, lo que se constituiría como una de las características principales de la ciencia nómada, que se contrapone a la ciencia tradicional. En lo que es importante referir que la diferencia ente la ciencia nómada y la ciencia tradicional radica en que la primera “se desarrolla excéntricamente […] Captan o determinan singularidades de la materia en lugar de constituir una forma general” (Deleuze y Guattari, 2002, p. 369). Mientras que la ciencia tradicional representa la imposición formalizada del aparato de Estado, “fijar, sedentarizar la fuerza de trabajo, regular el movimiento del flujo de trabajo, asignarle canales y conductos” (Deleuze y Guattari, 2002, p. 374).

 

De esta manera, el colectivo Al Ritmo de la Basura se ha caracterizado por adoptar un movimiento con características nómadas, en donde se hace camino, dejando de recorrer uno ya delimitado por la escena musical y ambiental ya establecidas y formalizadas en el entorno. En el colectivo, desde las heterogeneidades se ha logrado configurar una expresión propia. P3 añade:

 

Nosotros sabíamos desde el principio que queríamos enfocarnos en ese tema en específico, pero fue con el paso del tiempo que nos dimos cuenta de cómo lo podíamos hacer. En realidad, todo era nuevo […] pero un punto muy importante era que en el grupo unos tenían más experiencia que otros en diferentes cosas.

 

Según Deleuze y Guattari (2002), “para la ciencia nómada, la materia, nunca es materia preparada, así pues, homogeneizada […] más bien sigue las conexiones entre singularidades de materia y rasgos de expresión” (p. 375). En este sentido, Al Ritmo de la Basura es un ensamblaje entre elementos de diferente naturaleza. Tal es el caso de P1 que hacía parte de una institución que obedece al orden del sistema arborescente, con jerarquías y caminos demarcados, en donde su rol se limitaba a repetir y reproducir obras musicales, pero que encontró en el colectivo una línea de fuga para proponer otros ritmos.

 

En ese sentido, las instituciones estatales, incluso las instituciones tradicionales, como la Iglesia, pretenden adjudicar o proveer de significados a los individuos, buscando ordenarlos para regular todo tipo de actividad. El establecimiento busca estriar el espacio, es decir, “asignar canales y conductos, fijar y sedentarizar […] para regular el movimiento […] homogenizar el espacio para distribuir y formalizar la materia” (Deleuze y Guattari, 2002, pp. 374-375).

 

Por el contrario, los cuerpos colectivos se mueven en el espacio liso, en donde “no existen ductos ni canales, sino un espacio heterogéneo unido a un tipo particular de multiplicidades: no métricas, acentradas, rizomáticas, que ocupan el espacio sin medirlo y solo se pueden explorar caminando sobre ellas” (Deleuze y Guattari, 2002, p. 376). La experiencia de P2 puede afirmar el carácter exploratorio bajo el que ha circulado el colectivo, o por lo menos deja claro que dicha colectividad no ha canalizado los flujos creativos y diversos de sus integrantes, sino que ha circulado en esas multiplicidades (Jaramillo, 2014, 2018; 2020; Obando et al., 2019).

 

Al Ritmo de la Basura ha sido punto de encuentro entre personas que vieron la alternativa en el colectivo de producir otras realidades de deshacerse del organismo o hacerse un cuerpo sin órganos (CsO) que, en términos de Deleuze y Guattari (2002), sería “oponerse a los organismos […] El enemigo es el organismo. El CsO no se opone a los órganos, sino a esa organización de los órganos que llamamos organismo” (p. 163).

 

En este caso en particular, los integrantes del colectivo han buscado y encontrado poco a poco desestratificarse, descodificarse y salirse del espacio estriado. Por lo menos, hablando de sus prácticas artísticas, pues allí no se dan imposiciones, no se sigue un patrón, sino que existe diversidad al momento de construir las obras, instrumentos musicales o puestas en escena, situación que en una institución tradicional, como por ejemplo la academia, sería visto como un proceso desorientado. “Los estratos son ataduras, pinzas, constantemente estamos estratificados” (Deleuze y Guattari, 2002, p. 164).

 

Con respecto a lo anterior, P3 menciona: “En alguna ocasión, escuché que dijeron por ahí que usar instrumentos hechos a partir de ‘basura’ era ridiculizar el papel del músico”. (Figura 1).

 

Figura 1. Instrumento musical: Guitarro.

Fuente: archivo de Al Ritmo de la Basura.

 

Toda acción que se salga de los conductos que han sido creados por el establecimiento “aparecerá necesariamente como una forma negativa: estupidez, deformidad, locura, ilegitimidad, usurpación, pecado” (Deleuze y Guattari, 2002, p. 361). Por ello, Al Ritmo de la Basura podrá ser juzgado o visto como impertinente ante una parte de la sociedad, que esté totalmente alineada a las dinámicas del organismo.

 

Los instrumentos musicales para este colectivo no solamente son una herramienta para interpretar canciones, sino que además se convierten en toda una estrategia que busca que la sociedad comprenda que no todo es basura4, sino que las dinámicas del mercado, el consumismo, entre otros, han fijado ese pensamiento de comprar, tirar, comprar. Al respecto P1 afirma:

 

Mi instrumento son dos patinetas que están prensadas […] se llama Tablajo [Figura 2] […] El objetivo del instrumento ha sido, más que nada, comunicar el mensaje de que las cosas que nosotros creemos que ya no funcionan o que se tienen que desechar porque ya no tienen más usos […] pues que solamente es de reinventarse […] simplemente es cuestión de creatividad.

 

 

Figura 2. Instrumento musical: Tablajo.

Fuente: archivo de Al Ritmo de la Basura.

 

La creatividad se trata de hacer las cosas de otra manera, proponer otros movimientos, y esa es la segunda intención de los instrumentos: desestratificarse, comprobar que salirse de lo normalizado también funciona y puede, incluso, lograr otros resultados que en situaciones estandarizadas e institucionales no serían posibles. Usar residuos sólidos como plástico, botellas, tarros, metal, entre otros, como materia prima para construir instrumentos musicales, a todas luces se sale de lo establecido.

 

Evidentemente, hacerse un cuerpo sin órganos, desestratificarse, moverse en un espacio liso, buscando movimientos rizomáticos, no es precisamente una característica del Estado o de las instituciones tradicionales; por el contrario, todas estas singularidades constituyen y se congregan en lo que sería una máquina de guerra, como oposición a lo establecido. Como lo afirman Deleuze y Guattari (2002), “las bandas en general […] son metamorfosis de una máquina de guerra, que difiere formalmente de cualquier aparato de Estado […] la máquina de guerra responde a otras reglas […] una puesta en tela de juicio de la jerarquía” (pp. 365-366).

 

La máquina de guerra-Al Ritmo de la Basura es disonante, inarmónica con los procesos jerárquicos, en la medida en que ha logrado variaciones rítmicas y tonos que ponen en tensión los significados impuestos, con las nuevas pulsaciones que han permitido transformar los movimientos artísticos de sus integrantes (Deleuze, 1987, 1995). Por ello, P1 afirma:

 

Para mí la música era montar y tocar, ahora entiendo que la música, más que un medio, también es el mensaje […] con Al Ritmo de la Basura entendí que cada cosa debe transmitir un mensaje, no solo la letra, no solo un instrumento, sino el conjunto, todo tiene que ser muy congruente […] con Al Ritmo de la Basura se ha alterado esa perspectiva de la música.

 

A lo que P3 agrega:

 

Yo había hecho parte de una banda de punk hace muchos años; creo que fue gracias a esas letras de las canciones que empecé a cuestionarme sobre algunas dinámicas y problemáticas del país […] pero nunca había pensado que una propuesta como Al Ritmo de la Basura pudiera permear todo tipo de espacios, e incluso ser más efectiva que procesos educativos formales.

 

Frente a las experiencias de P1 y P3 se puede mencionar que en el primer caso se ha logrado movilizar el pensamiento o sentido de ser artista o músico específicamente, puesto que se ha desestabilizado la idea de que ser músico se limita a leer a primera vista una partitura, o reproducir obras musicales famosas. Ser músico no es un asunto operativo, sino que, en la medida en que el músico o el artista generan conexiones con otras multiplicidades, otras máquinas artísticas, sociales, ambientales u otras de cualquier naturaleza, encuentra su función y genera otros modos de ser en el arte (Deleuze, 2015). En el segundo caso habría que afirmar que la música, con sus diferentes estéticas, busca denunciar y refutar las dinámicas políticas y de desarrollo que promueven el deterioro social; ha logrado generar cuestionamientos en la juventud.

 

El hecho de que los integrantes de Al Ritmo de la Basura sientan que su máquina de guerra funciona, que han logrado descodificar y territorializar espacios que se opongan al aparato de Estado, es una señal de que la juventud está en búsqueda de otros movimientos aberrantes (Lapoujade, 2016), de otros elementos heterogéneos, pero con el deseo de hacer oposición a lo establecido, y con quien puedan ser máquina de guerra. Como lo menciona Guattari (1996):

 

[…] el carácter transnacional de la cultura rock es totalmente significativo, al desempeñar el papel de una especie de culto iniciático que confiere una pseudoidentidad cultural a masas considerables de jóvenes y les permite crearse un mínimo de territorios existenciales. (p. 17)

 

La música ha sido el plano donde multiplicidades han podido configurar nuevos colectivos con dinámicas rizomáticas, que pretenden distribuir fluidos por sus raicillas para territorializar nuevos espacios (Deleuze, 2013a). Ahora bien, en el caso de Al Ritmo de la Basura cabe indagar sobre cuál es el punto de convergencia de sus integrantes; qué los movilizó a ensamblar esta máquina musical, y en función de qué movilizan sus prácticas artísticas.

 

De la educación ambiental a la ambientalización del pensamiento

 

Al Ritmo de la Basura, a través de una fusión entre rock, jazz, reggae y rap, canta en contra del aparato de Estado sus estrategias económicas destructoras de la biodiversidad. Tal mensaje está enfocado en generar dudas sobre la idea de desarrollo mundial arraigado en la sociedad. El virus que pretende distribuir Al Ritmo de la Basura es la denuncia, la crítica que ponga en duda las lógicas impuestas por el capitalismo extractivista.

 

El primer trabajo discográfico de la agrupación se denominó “De la Basura y otros Cuentos”5. Este álbum se caracteriza por canciones con ritmos delicados y letras con lenguaje comprensible para la población infantil, así como obras con ritmos contundentes y mensajes de denuncia y protesta ante la catástrofe ambiental. Una de las primeras composiciones musicales de Al Ritmo de la Basura fue Comprar, Consumir, Presumir, a ritmo de reggae y dance hall, dejando un mensaje concreto sobre el egocentrismo del hombre que destruye los ecosistemas pensando únicamente en su bienestar.

 

La tierra ya no tiene el valor que tenía ayer, sólo quedan recuerdos de su magia, su poder […] El hombre y sus ansias de tener, acaba con la tierra, destruir es su ley […] Pensar en construir, sin mirar que destruir, es la nueva forma, forma de vivir. (Fragmento de la canción “Comprar, Consumir, Presumir”. Autor: Johan López Valencia)

 

Este fragmento da cuenta de una manera muy clara de lo que ha producido el pensamiento binario árbol-raíz, sujeto-objeto, o hombre-naturaleza, que el aparato de Estado ha logrado imponer, como una de las estrategias para garantizar que los individuos aprueben cada una de sus acciones. En este caso, el pensamiento sujeto-objeto ha validado la modificación de los ecosistemas, que más allá de un beneficio y armonización sociedad-naturaleza buscan un beneficio económico para grandes grupos empresariales.

 

En relación con una de las estrategias del desarrollo economicista, se podría afirmar que la mayor muestra de egocentrismo y dominación del capitalismo sobre los ecosistemas, los territorios, las comunidades y sus ontologías es la megaminería. Precisamente, “Megaminería”6 es una de las canciones más mencionadas de Al Ritmo de la Basura. Esta pieza musical da cuenta de la desintegración literal de la tierra, la separación, la escisión dolorosa a través de explosivos, para extraer minerales que, hoy en día, tienen mucho más valor que la biodiversidad, incluso, más valor que la vida misma.

 

Esto es megaminería, no es una tontería (como dicen los que trafican con ella), dinamitan la tierra y acaban, y acaban con ella […] Sin importar el daño que hagamos hoy, nuestra desgracia será su motor. (Fragmento de la canción “Megaminería”. Autor: Johan López Valencia)

 

Afirmar, a través de esta canción, que la desgracia local es el motor de quienes promueven la megaminería, es sin duda una declaración directa de la relación que existe entre la miseria social, la crisis ambiental y el estilo de desarrollo. Como lo menciona Ángel (1988) —un importante ambientalista colombiano, pionero en denunciar que la crisis ambiental es inherente al desarrollo—: “La perspectiva ambiental abarca el medio social y cultural e implica reconsiderar los modelos de crecimiento y desarrollo” (p. 11). A lo que P2 agrega:

 

Al Ritmo de la Basura tiene un concepto muy claro, un mensaje muy directo y ese mensaje directo, cuando se habla públicamente, se convierte en una posición política también; se convierte en una postura que yo asumo y de alguna forma ya marca como una corriente o así […] yo siento que la gente tomó la banda como un referente, como una bandera de lucha, nos han invitado a tocar en marchas y eventos más relacionados con el movimiento contracorriente […] la banda tomó más el nombre de protesta y revolución.

 

De manera que, considerando la opinión de Ángel (1988) y de P2, el ambientalismo sería una acción más ética y política; no se limitaría a invitar exclusivamente a poner canecas de basura en la ciudad o pegar afiches que inviten a reciclar. El ambientalismo, en lugar de obedecer a lo propuesto por la educación ambiental tradicional de las instituciones, debería ser una fuerza colectiva que devele que las estructuras sobre las que se apoya la idea de desarrollo son los ecosistemas y la biodiversidad, que cada vez más se ven más deteriorados. Por lo tanto, el ambientalismo debería convertirse en una potencia política y colectiva que trascienda de acciones operativas. Cabe aclarar que —como lo menciona Ángel (1996, citado por Noguera y Pineda, 2014)—:

 

Es necesario advertir que el habitar humano no consiste en vivir sin transformar los ecosistemas. Antes bien, para sobrevivir hombres y mujeres hemos tenido que transformar, porque la cultura, de la que somos emergencia, no puede prescindir de las modificaciones de la naturaleza. (p. 22)

 

Sin embargo, durante décadas, el transformar y modificar la naturaleza ha sido caracterizado por el egocentrismo de la razón moderna, que ha promovido la crisis ambiental, que Ángel (1996, citado por Noguera y Pineda, 2014) define como “crisis civilizatoria” (p. 25). Frente al individualismo irreflexivo, Al Ritmo de la Basura compuso la canción llamada “Humano irracional”, que da cuenta del egoísmo y ambición con que se ha construido la cultura.

 

Un día al despertar, un mundo en ruina encontrarás, te preguntarás qué hacer, cuando antes no querías ver, que podías ayudar a un equilibrio mantener, pero tu mezquindad, no conocía la igualdad. ¿Por qué esperamos al final? donde no hay nada por hacer, fue necesario escuchar, pero el ego no te dejó ver. (Fragmento de la canción “Humano irracional”. Autor: Johan López Valencia)

 

“Humano irracional” es un llamado urgente a reconocer que habitar la tierra debe garantizar que todas las especies puedan vivir, lo que implica dejar a un lado el deseo inacabable de poder y riqueza, a toda costa. Conviene subrayar que, simultáneamente con las dinámicas que destruyen la vida, han existido alternativas, perspectivas y luchas que se confrontan constantemente con el aparato de Estado del desarrollo. Dentro de dichas alternativas al desarrollo se encuentran diferentes propuestas, pero todas enmarcadas en la armonización y equilibrio cultura-naturaleza. Como lo menciona Gudynas (2011):

 

Distintos componentes de las alternativas al desarrollo están cristalizando, y muchos de ellos se expresan en las actuales discusiones sobre el Buen Vivir […] que se basa en que las personas, comunidades y pueblos gocen de sus derechos, pero que actúen en el marco de la interculturalidad, del respeto a sus diversidades y de la convivencia armónica con la naturaleza. (p. 92)

 

Al Ritmo de la Basura, en sus canciones, invita a criticar el modelo de desarrollo, pero también a modificar la manera de habitar la tierra, de difuminar la idea impuesta de sujeto-objeto, en la que se ha argumentado la destrucción de la vida. Y es en su segundo álbum musical donde se evidencia su enfoque acentuado en la disolución humano-naturaleza, que permita otras alternativas a lo que ya se ha impuesto.

 

Al Ritmo de la Basura ha encontrado el punto de equilibrio entre el lenguaje usado en sus canciones, la música, el pensamiento ambiental y el habitar la tierra. De manera que, en “Páramo-ver el alma”, su segundo trabajo discográfico, se aprecia la invitación a reconfigurar la relación cuerpo-tierra, en donde el habitar permita, como lo diría Heidegger (1994), “cultivar la red de interconexiones que hacen posible la vida; dejar ser a la tierra, tierra, al agua, agua, y al bosque, bosque” (Noguera y Pineda, 2014, p. 21).

 

Si bien el discurso de Al Ritmo de la Basura sigue siendo la denuncia y crítica a la imposición del desarrollo dominante y la urgencia de hacer oposición a esa idea que, arbitrariamente, fue fijada en la sociedad, su segundo álbum enfatiza en la urgencia de hacer una pausa, de reflexionar y pensar ambientalmente, de dejar a un lado el habitar dominante sobre la naturaleza, para girar hacia una armonización de todos los modos de vida. Como lo menciona Noguera (2012):

 

El pensamiento ambiental tendría que ser decolonizador de los saberes, deconstructor de los discursos del sujeto y potenciador de las comunidades ecológicas alternativas: comunidades de seres vivos y en ellas los humanos, interactuando en clave de la vida como diferencia radical, con alteridades estéticas; potentes en clave ecosistémica-cultural. (p. 17)

 

Claramente, el dualismo hombre-naturaleza también es una estrategia política del aparato de Estado, pero que puede difuminarse con un constante trabajo que ponga en evidencia los horrores que tiene como consecuencia dicha escisión. Así pues, es manifiesto que el ambientalismo es una acción política y colectiva, y que, más que promover superficialidades operativas, tiene la labor de proponer otras cartografías, que no limiten y dividan la vida, sino que configuren la vida como tejido, en donde cada cuerpo hace parte de la trama y traza con cada movimiento un hilo que se conecta con lo demás.

 

En definitiva, pensar ambientalmente es el virus que el colectivo, a través de sus canciones, propaga en la sociedad. Lo hace a través de: 1) la denuncia sobre la destrucción de la vida, por las dinámicas capitalistas que convierten la biodiversidad en recurso monetario, en nombre de un beneficio común, pero que, finalmente, solo tiene como resultado devastación social y ambiental; 2) la invitación a tener un movimiento que haga oposición a ese discurso y sus acciones, es decir, a un cambio en la manera de pensar, que no normalice y justifique la destrucción de la vida, sino que se propongan otros modos, otras alternativas a habitar, que estén en armonía y equilibrio con todas las formas de vida.

 


 

Conclusiones

 

Tal como se ha evidenciado en el despliegue del documento, puede afirmarse que el colectivo Al Ritmo de la Basura apuesta por la oposición a una idea dominante de desarrollo, que ha promovido y perpetuado, por diferentes medios, su accionar en el planeta. Al igual, ha buscado combinar la música y la filosofía ambiental en sus canciones que dispersan y siembran en cada camino recorrido. Esta polifonía, que se ha convertido en máquina de guerra, ha permitido que sus integrantes hayan iniciado un cambio en sus formas de ser en el mundo, desde sus prácticas artísticas, hasta sus maneras de habitar, más equilibradas y armoniosas con la naturaleza. Como lo afirma Ángel (2013):

 

Toda cultura organiza una secreta red de símbolos que son, en última instancia, los que desencadenan los comportamientos individuales y sociales. Esta red está compuesta por los mitos, la filosofía, la ética, el derecho y las creaciones artísticas y literarias. Sin entender este mundo simbólico es muy difícil comprender la manera como el hombre actúa sobre la naturaleza. (p. 90)

 

Es así como los integrantes de Al Ritmo de la Basura, en su transitar con el colectivo, han logrado interiorizar que la búsqueda de un modo armónico de habitar la tierra requiere una transformación de la ética, inicialmente desde una mirada individual. De esta manera, en las voces de los integrantes, se puede reflejar que se ha hecho un esfuerzo individual de modificación de sus actitudes individuales tanto operativas —por ejemplo el reciclaje, la reutilización y el ahorro del agua— como pensamientos profundos que les ha permitido superar miradas separadas y simplistas, para comprenderse y sentirse naturaleza. Si bien la crisis ambiental es política y por lo tanto colectiva, es indispensable lograr la transformación ética individual, que configure y ensamble una movilización social organizada.

 

Además, este colectivo, que nació por acción rizomática, ahora se multiplica a manera de virus y hierba, buscando conquistar nuevos territorios para que, a su vez, broten nuevos ensamblajes maquínicos, o bien se fortalezcan las máquinas artísticas, máquinas musicales, máquinas ambientales, máquinas campesinas o indígenas, que griten en contra del aparato de Estado y logren esparcir el pensamiento rizomático (Deleuze, 2002, 2005), que podría asimilarse con el pensamiento político-ambiental, como insumo para recorrer el camino hacia nuevas perspectivas del posdesarrollo.

 

Si bien las máquinas de guerra en muchas ocasiones no representan mayor peligro para el inmenso aparato de Estado, sí logran generar dudas y tensiones entre individuos que han estado tradicionalmente sumergidos en las profundidades de la racionalidad moderna, conquistando, poco a poco, territorios que parecían perdidos. Tal como lo afirma Escobar (2016b):

 

Hay muchas señales que sugieren que la doctrina del Mundo Mundial se estaría desmoronando. La creciente visibilidad de las luchas en defensa de las montañas, de los paisajes, de los bosques, de los territorios, etc., que atraen a quienes entienden la vida como un conjunto de relaciones (no-dualista) y pluriontológica, es una expresión más de la crisis del mundo. (p. 22)

 

Es así como este colectivo se caracteriza por generar un agenciamiento que se encarga de visibilizar y expresar que el sistema tradicional de desarrollo, contrario a proporcionar bienestar social y respetar la biodiversidad, lo que ha logrado ha sido lo contrario: generar crisis ambiental y social. Al Ritmo de la Basura se ha empeñado en hacer ver, a través de su música, el funcionamiento correlacional de la vida, que el desarrollo mundial ha silenciado (Escobar, 2016a).

 

Es en esa dinámica de conquista, territorialización, reterritorialización, codificación, descodificación, donde se libra la constante batalla entre la máquina de guerra-Al Ritmo de la Basura y el aparato de Estado-educación ambiental-desarrollo sostenible.

 

De acuerdo con Ángel (1988), “lo ambiental no es un problema que se resuelva solamente con el esfuerzo moralista de una ética individual. Si la reforma de los comportamientos es indispensable, lo es igualmente colocar las bases sociales para lograrla” (p. 170). Las bases sociales a las que se refiere el autor son precisamente, en primera medida, la modificación del pensamiento dominante sobre la naturaleza que, en un segundo momento, permita a la sociedad criticar, denunciar pero, al mismo tiempo, tomar acciones colectivas que se opongan a las lógicas capitalistas que han destruido los ecosistemas durante años (Leff, 2014).

 

Al Ritmo de la Basura se ha encargado de promover la transformación del pensamiento de las bases sociales, para que se comprenda que la crisis es de tinte político, y que la solución, más que en el reciclaje, está en el marco de la lucha social ambiental. Sería imprudente afirmar que Al Ritmo de la Basura ha logrado desequilibrar el sistema dominante; no obstante, sí se puede afirmar que sus movimientos y dinámicas han causado disonancias y variaciones rítmicas en sus integrantes y al menos en otros pequeños territorios que han sido invadidos por el virus musical.

 

Finalmente, teniendo en cuenta que la solución a la crisis está en el nivel de lo político y de la perspectiva de desarrollo, el camino por recorrer es largo, extenso y profundo, lo que representa la necesidad de multiplicarse, extenderse y producir cada vez más deseos de transformación, que ensamblen agenciamientos como oposición a los sistemas arborescentes que impiden el movimiento.

 


 

Recomendaciones

 

Como se ha mencionado, es creciente el surgimiento de diferentes propuestas que han identificado que algo no está bien en la sociedad neoliberal, y buscan por una variedad de medios, caminos o estrategias, denunciarlo. En el caso de los colectivos que usan el arte en cualquiera de sus expresiones, para tal fin, sería pertinente que conocieran los resultados de la presente investigación, con el objetivo de que indaguen sobre las dinámicas rizomáticas y cómo estas pueden generar cuestionamientos en la sociedad en general.

 

Si bien hay colectivos artísticos constituidos con mayor trayectoria, sería oportuno que grupos musicales, de teatro, de danza, pintores y artistas en general que están emergiendo, comprendan las dinámicas del aparato al que se oponen, pues él intentará, por diferentes medios, apropiarse de los movimientos que se resistan a lo establecido, hasta hacerlos parte del sistema. Como lo mencionan Deleuze y Guattari (2002):

 

El Estado no confiere un poder a los intelectuales o creadores de conceptos, sino que, por el contrario, los convierte en un organismo estrechamente dependiente, cuya autonomía es solo ilusoria, pero que, sin embargo, es suficiente para anular toda capacidad a aquellos que ya sólo hacen reproducir o ejecutar. (p. 374)

 

Por lo anterior, dar a conocer este documento es una especie de alerta o advertencia, para artistas y colectivos que quieran ser máquina de guerra opositora a diferentes representaciones del aparato de Estado. Es necesario hacer camino de manera cuidadosa, sabiendo identificar cuándo el aparato de Estado está intentando capturar a un nuevo colectivo, pues este despojo, en muchas ocasiones, no se hace de manera agresiva o violenta; por el contrario, se busca generar comodidad y sensación de independencia, hasta lograr su codificación y significación (Deleuze, 2007, 2013a, 2014).

 

Asimismo, dar a conocer esta investigación podría ser de utilidad para quienes han puesto en duda los discursos del desarrollo sostenible y la educación ambiental que realizan algunas instituciones, teniendo en cuenta que la mayoría de acciones promovidas por tales instituciones se enfocan en las mismas actividades operativas, como el reciclaje, el ahorro de agua, de energía, el no tirar basura, entre otras; pero, al mismo tiempo, otorgan licencias y concesiones a grandes empresas, para que conviertan los ecosistemas en recurso monetario.

 

Con respecto a lo anterior, es importante que los ambientalistas reconozcan que la crisis ambiental es un problema estructural que obedece a dinámicas mundiales de desarrollo. Comprender que una de las estrategias del desarrollo impuesto ha sido homogenizar la cultura, buscando que pocas personas se cuestionen sobre las acciones realizadas por el capitalismo, es el primer paso para identificar que la transformación y reconocimiento de la heterogeneidad de la cultura es fundamental para refutar los métodos usados por el desarrollo economicista (Fals Borda, 2000).

 

De manera que, ambientalistas y personas que realmente se preocupan y enfocan sus fuerzas en el bienestar ambiental, podrían focalizar sus esfuerzos en movilizar el pensamiento hacia una cultura ambiental y política.

 

Por otro lado, se recomienda que las instituciones educativas, desde preescolar hasta la educación media, promuevan la ambientalización de la educación, más que la educación ambiental, buscando que los estudiantes, desde grado preescolar, crezcan con un pensamiento ambiental, que permita que sus modos de habitar sean armónicos y equilibrados con la realidad ambiental y social.

 

Finalmente, se sugiere que las instituciones educativas revisen sus Proyectos Ambientales Escolares (PRAE), con el objetivo de identificar si dichos proyectos realmente están transversalizando lo ambiental a las demás áreas del conocimiento, buscando una real transformación del habitar, o si, por el contrario, los PRAE son un formalismo que se limita exclusivamente a realizar acciones extraclase, enfocadas en el reciclaje.

 


 

Potencial conflicto de intereses

 

Sobre este artículo no existe potencial conflicto de intereses.

 


 

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1 Magíster en Pedagogía y Desarrollo Humano. Docente rural de Ciencias Naturales y Educación Ambiental en la Secretaría de Educación de Pereira. Pereira, Colombia. E-mail: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..

 

2 Posdoctor en Investigación en Ciencias Sociales. Docente en las universidades: Fundación Universitaria del Área Andina, Universidad de Manizales-CINDE y Universidad Tecnológica de Pereira. Colombia. E-mail: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..

 

3 Los participantes de la investigación se codifican con las siguientes convenciones: participante 1, integrante del colectivo Al Ritmo de la Basura (P1); participante 2, integrante del colectivo Al Ritmo de la Basura (P2); participante 3, integrante del colectivo Al Ritmo de la Basura (P3).

 

4 Por ejemplo, el Gui-TARRO, instrumento musical donde el cuerpo es un tarro de pegamento que había sido desechado.

 

5 Este álbum se encuentra en la plataforma YouTube. https://www.youtube.com/channel/UCwfFGP0m6L6XeDls-wbUJAw/videos

 

6 Nota de medio de comunicación Radiónica. https://www.radionica.rocks/qal-ritmo-de-la-basura-megamineria

 


 

Para citar este artículo: Agudelo, P. A. y Jaramillo, O. A. (2020). Interpretación de la manera en que los agenciamientos artísticos movilizan los modos subjetivos del habitar de los integrantes del colectivo Al Ritmo de la Basura. Revista Luna Azul, 53, 125-145. Doi: http://doi.org/10.17151/luaz.2021.53.8

 


 

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Valoración económica de bienes y servicios ecosistémicos del yacimiento “4” en el municipio Moa, provincia Holguín, Cuba

 

Yordanis Torres Batista1, Clara Luz Reynaldo Argüelles2, Mariolis Rodríguez Cabrera3

 

Recibido: 29 marzo 2020 Aceptado: 18 mayo 2021 Actualizado: 28 junio 2022

 

DOI: 10.17151/luaz.2021.53.7

 

Resumen

 

La valoración económica de los bienes y servicios ecosistémicos posee gran importancia en el contexto nacional e internacional. Ya que misma permiteconocer el valor de los recursos ambientales y los cambios en la calidad ambiental, lo que constituye aspectos novedosos y de gran importancia en la comunidad investigativa para la ejecución y evaluación de cualquier proyecto o gestión ambiental, lo que propicia el logro de un desarrollo sostenible. En consecuencia, el presente trabajo tiene como objetivo valorar económicamente los bienes y servicios ecosistémicos en el yacimiento “4” en la empresa Comandante Ernesto Che Guevara (CECG) del municipio Moa, provincia Holguín, Cuba, para en el año 2020 mediante el método de valoración basado en Precios de Mercado (MVBPM), el método de transferencia de beneficios (MTB), entrevistas no estandarizadas a especialistas de medioambiente, forestales, biólogos, microbiólogos, entre otros. Como resultado se muestra la cuantificación en unidades físicas de los bienes y servicios del ecosistema en cuestión, además del valor económico total, lo que permite identificar los principales impactos medioambientales una vez iniciada la explotación minera, lo que facilita accionar en búsqueda de alcanzar la necesaria relación entre desarrollo económico y la preservación del medio ambiente.

 

Palabras clave: ecosistema, explotación minera, valoración económica de bienes y servicios, yacimiento “4”.

 

Economic assessment of goods and ecosystem services of the deposit “4” in the Municipality of Moa, Holguín Province, Cuba

 

Abstract

 

The economic assessment of ecosystem goods and services is of great importance in the national and international context as they allow knowing the value of environmental resources and changes in environmental quality which constitutes novel aspects of great importance in the research community for the execution and assessment of any project or environmental management, which favors the achievement of sustainable development. Consequently, the objective of this research is to economically assess the ecosystem goods and services in the deposit "4" in the Comandante Ernesto Che Guevara company (CECG) of the municipality of Moa, Holguín Province, Cuba, during the year 2020, through the method of valuation based-on-Market-Prices (MVBPM), the benefit transfer method (BTM), non-standard interviews with environmental specialists, foresters, biologists, and microbiologists, among others. As a result, the quantification in physical units of goods and services of the ecosystem in question is shown, in addition to the total economic value, which allows identifying the main environmental impacts once mining has begun which facilitates actions in search of reaching the necessary relationship between economic development and the preservation of the environment.

 

Keywords: ecosystem, mining exploitation, economic valuation of goods and services, deposit “4”

 

 


 

Introducción

 

La supervivencia de toda sociedad depende del flujo de los bienes y servicios proporcionados por los ecosistemas. Sin embargo, la asignación de recursos para la protección, conservación, restauración o rehabilitación de ecosistemas rivaliza contra usos que implican la explotación y/o conversión de los mismos y de los cuales se derivan beneficios económicos.

 

La ausencia de la valoración de estos recursos puede llevar a un uso inadecuado o a la sobreexplotación, pasando de un estado de conservación a otro más deteriorado, afectando de esta manera los flujos de bienes y servicios que benefician a la población. El aprovechamiento de los recursos naturales llevado a cabo a través de los proyectos de infraestructura que generan crecimiento y desarrollo económico en un país debe ser permitido, siempre y cuando dicho aprovechamiento no comprometa la disponibilidad de estos recursos.

 

La gestión económica y ambiental es el proceso a través del cual se realiza un conjunto de actividades, mecanismos y acciones con el fin de minimizar el consumo de materias primas y materiales, los residuos y la contaminación, lo que implica un mínimo impacto y una mayor satisfacción de la sociedad y su calidad de vida, lográndolo mediante la planificación, el control y el mejoramiento, y se implementa a través de herramientas, constituido por la valoración económica de bienes y servicios ecosistémicos (Rodríguez Córdova e Isaac Godínez, 2012).

 

La valoración económica del medioambiente se refiere a encontrar la disposición de pagar para obtener los bienes ambientales o por evitar los costos ambientales medidos, donde el mercado revele esta información. En conjunto, el propósito de la valoración es aproximarse lo más cerca posible al costo del uso y escasez de los recursos naturales. Por lo que sirve como una herramienta que permite tomar decisiones más eficientes desde el punto de vista ambiental, económico y social, ya que su aplicación permite hacer una aproximación al costo total de los bienes, servicios e impactos ambientales que cualquier tipo de proyecto genera sobre el entorno, asintiendo de esta manera la realización del análisis costo beneficio.

 

Es por esto que el objetivo de este trabajo es valorar económicamente los bienes y servicios ecosistémicos en el yacimiento “4” en la empresa Comandante Ernesto Che Guevara (CECG) del municipio Moa, provincia Holguín, Cuba, para en el año 2020, que permita a los decisores locales una mejor toma de decisiones en cuanto a la explotación o no de los recursos naturales.

 


 

Materiales y métodos

 

Para el desarrollo de la investigación se utilizaron las entrevistas no estandarizadas a especialistas de medio ambiente, forestales, biólogos, microbiólogos, entre otros, lo que permitió la identificación de los bienes y servicios ecosistémicos según el valor de uso directo, indirecto, opción y existencia.

 

El método de transferencia de beneficios (MTB), se basó en estudios realizados por el Instituto de Investigación de la Agro-Forestal de La Habana en suelos forestales con características similares a la del yacimiento “4”.

 

Se aplicó el método de valoración basado en precios de mercado al contar con características ambientales que influyen en los valores de uso directo —madera, fauna, mineral (níquel + cobalto) y agua—, lo que permitió estimar el valor monetario del ecosistema.

 


 

Resultados

 

El hombre ha sido minero desde los albores de la humanidad. Primero, a través de las industrias líticas: fragmentos de rocas o minerales más o menos trabajados para su uso como herramientas o armas (Paleolítico, Neolítico); luego continuó con los metales, extrayéndolos desde los minerales (Era del Cobre, Era del Bronce, Era del Hierro), refinándolos y combinándolos en aleaciones a medida que progresaba, de paso, inventando la metalurgia (Oyarzun Muñoz, 2011).

 

Estos recursos minerales constituyen una fuente importante de materia prima para el desarrollo económico de las naciones. Sin embargo, su explotación provoca severas afectaciones a los ecosistemas donde se localizan; por lo que se hace imprescindible perfeccionar el proceso de rehabilitación minera para permitir su recuperación.

 

La explotación minera puede clasificarse en dos grandes grupos: la subterránea, que se elige en función de la morfología del cuerpo (regular-irregular) y las características geotécnicas del macizo de roca. Este tipo de minería cuenta con sistemas de ventilación y drenaje de aguas subterráneas que permiten el desarrollo seguro de las operaciones. Y la minería a cielo abierto, que se caracteriza por la remoción de la capa vegetal, extracción de los niveles meteorizados o estériles y la extracción de los minerales o rocas aprovechables (Oyarzun Muñoz, 2011).

 

Acción 1. Conformar los equipos de trabajo en cada territorio, los cuales asumirán la valoración económica de BSE como estudio básico que, en su momento, tributará a los procesos de valoración económica del daño ambiental. Debe asegurarse en cada territorio que siempre exista un equipo disponible para asumir tal estudio

 

El consejo de dirección de la empresa asignó un jefe técnico para supervisar el cumplimiento de la guía metodológica propuesto. Como resultado de la aplicación de las entrevistas no estandarizadas para la selección de expertos, el equipo de trabajo quedó conformado por nueve miembros.

 

Tabla 1. Equipo de trabajo en la Empresa Comandante Ernesto Che Guevara (ECG)

 

Fuente: los autores

 

Acción 2. Entrenar a los grupos en el empleo de la guía, así como en las técnicas de valoración económica

 

Para la capacitación del equipo se efectuaron sesiones de trabajo según el cronograma propuesto, contó con la participación de especialistas en talleres, conferencias y tormenta de ideas. También se realizó el entrenamiento en el yacimiento “4” con los trabajadores que llevan a cabo la implementación de la guía metodológica.

 

 

Figura 1. Capacitación al equipo de trabajo

 

Acción 3. Identificar ecosistemas fundamentales que deben ser objeto de una evaluación e identificación preliminares de tipos de daños potenciales (directos e indirectos), en tales ecosistemas, asociados a tipo de evento

 

Caracterización de los yacimientos “4”.

 

Los yacimientos lateríticos son ricos en vegetación, se desarrollan sobre suelos derivados de las rocas ultrabásicas serpentinizadas que tienen abundantes elementos pesados como hierro, sílice, aluminio, cromo, manganeso, níquel, cobalto y altas concentraciones de óxido de magnesio (MgO) y óxido de silicio (SiO2) los cuales provocan enfermedades respiratorias que afectan la salud humana.

 

La flora se encuentra constituida por plantas que a través de su evolución se han adaptado a este medio y han tomado características muy particulares. La fauna se caracteriza por especies poco comunes y está en correspondencia con el clima y la vegetación existente, por lo que abundan especies raras, sobre todo en los invertebrados. La avifauna que no es muy abundante en cuanto a especies, cuenta con ejemplares poco comunes en otras regiones (Durán Zaldívar, 2016).

 

El yacimiento “4” tiene un total de 641 hectáreas, lo que abarca un área de aproximadamente 4.589 km2, formado por 51 bloques de 300 x 300 m dentro de la concesión. El mismo se encuentra ubicado en el noreste de la ciudad de Moa, en la provincia de Holguín, dentro de los límites del macizo montañoso Moa-Baracoa, y limitado por las coordenadas Lambert: Y= 704 000 – 706 800 Y= 217 395 – 220 100.

 

Como límites naturales tiene al norte el río Punta Gorda; al este el río Cayo Guam; al oeste por el río Yagrumaje y al sur por la línea convencional que lo separa del yacimiento “4”.

 

El clima es subtropical, ya que existen dos períodos de lluvias (mayo - junio  y agosto -octubre). Las precipitaciones anuales constituyen de 2.300 a 2.700 mm. La humedad relativa del aire es de un 79 %, la temperatura promedio anual del aire es de 24 oC, con oscilaciones de 15 a 30 oC (CEPRONÍQUEL, 2011).

 

El relieve de la región geomorfológicamente es una zona de sedimentación premontañosa con una inclinación general hacia el norte de unos 6-7 grados, lo que constituye una superficie ondulante, sobre todo lateralmente (dirección sureste-noroeste), motivado por la existencia de una sucesión de parte aguas aplanados y cañadas con pendientes que terminan en arroyos con aguas intermitentes y corrientes.

 

Las aguas subterráneas están asociadas a las zonas de fallas o de alto agrietamiento. Las mayores acumulaciones de agua vienen determinadas por las serpentinitas y peridotitas serpentinizadas las cuales presentan un alto de agrietamiento originado por el intemperismo.

 

Se destaca en este yacimiento un complejo acuífero, donde hay un rápido incremento del derrame subterráneo en sentido vertical, originado por la alta porosidad de las lateritas y agrietamiento de serpentinitas ya señaladas. La infiltración vertical se limita localmente donde los ocres se presentan con propiedades arcillosas. Los niveles de las aguas cambian con el tiempo, lo cual está relacionado con los períodos de lluvia y sequía (Torres Batista, 2019).

 

El yacimiento “4” cuenta con una diversidad biológica conformadas por una flora abundante como Calophyllum utile (Ocuje Colorado), Acrosynanthus revoluta (Jaragua), Bactris cubensis (Pajuá), Bonnetia cubensis (Manguillo), Cameraria latifolia (Maboa de Montaña), Carapa guianesis (Nagesí), Cecropia peltata (Yagruma), Chimarrhis cymosa (Hilacho), Clusia rosea (Cupey), Crotus moensis (s/n), Cycathea arbórea (Helecho Arborescente), Dioymophanx morotonii (Yagruma Macho), Dracena Cubensis (Dracena), Euphorbia helenae (Jazmín de pinar), Garcinia polyneura (Manajú Cimarrón), Garcinia revoluta (Manajú), Gautteria brainii (Purio Fangar), Guatteria moralessi (Purio Prieto), Hyeronima nipensis (Sangre de Docella), Jacaranda arbórea (Abey), Malpighia coccigera (Palo Bronco), Metopium pigra (Guao), Ocatea cuneata (Canelón), Pera ekmanii (Jiquí), Pinus cubensis (Pino), Piper ossanum (Guayuyo), Podocarpus aristulatus (Sabina Cimarrona), Protium baracoe (Incienso), Protium cubense (copal), Protium fragans (Incienso), Redia revoluta (Manajucillo), Sideroxylon jubilla (Jubilla), Smilax havanensis (Ñame Chino), Terminalia nipensis (Cacao Cimarrón), Terminalia orientensis (Pomada), Xilopia ekmanii (Yararey) y la endémica exclusiva del Municipio es Arthrostylidium pinifolium (Catasús) y Manilkara mayarensis (Ekman ex Urb.).

 

En la concesión minera con relación a la fauna se listaron 106 especies animales, de ellas 50 de invertebrados pertenecientes a 21 familias, y 56 de vertebrados distribuidos en 29 familias como Butorides striatus (Aguaitacaiman), Cathartes aura (Aura tiñosa), E. caerulea (Garza azul), Ceryle alcyon (Martín pescador), Columba squamosa (Torcaza cuellimorada), Crotophaga ani (Judio), Saurothera merlini (Arriero), Turdus plumbeus schistaceus (Zorzal real), Xiphidiopicus percussus (Carpintero verde), Amazona leucocephala (Cotorra), Priotelus temnurus (Tocororo), Chlorostilbon ricordii (Zunzún), Dives atroviolaceus (Totí), Dendroica palmarum (Bijirita común), Tiaris canora (Tomeguín del pinar), Alsophis cantherigerus pepei, Tropidophis melanurus, Epicrates angulifer, Ameiva auberi granti, Amazona leucocephala (cotorra cubana) y estos tres últimos son endémicos de la localidad el Leicocephalus macropus macropus, A. inexpectatus y Anolis rubribarbus (Batista Cutiño, 2014).

 

Acción 4. Identificar los BSE de cada ecosistema seleccionado

 

Para la identificación de los bienes y servicios ecosistémicos antes de la prospección y explotación (ex-ante) se requiere del conocimiento e información del yacimiento. Para su ejecución se realizaron entrevistas no estructuradas a especialistas de medio ambiente, forestales, biólogos, microbiólogos, entre otros y mediante la teoría del valor económica total se establecieron los valores de uso directo, indirecto, de opción y de existencia, lo que permitió la conformación de la tabla 2, que responde a las características de los ecosistemas analizados.

 

Tabla 2. Los bienes y servicios ecosistémicos del yacimiento “4”

 

Fuente: los autores

 

En esta primera etapa se han identificado los siguientes bienes y servicios ecosistémicos: madera, minerales, suelos, agua y remoción de carbono. Esto permite lograr la estimación del valor económico del ecosistema, según el valor de uso directo que se obtiene mediante los precios predominantes en el mercado.

 

Discusión de los resultados

 

Acción 5 y Acción 6. Desarrollar la evaluación económica ex‒ante de los ecosistemas aprobados en cada territorio a partir de la estimación del valor económico de los BSE. Estimación del valor económico total (VET) de los ecosistemas seleccionados.

 

Madera

 

El estudio en el área ha permitido identificar como formaciones boscosas predominantes el semicaducifolio sobre suelo ácido con 262,15 ha con un total de 675,4 m3, en el cual predominan las principales especies como Calophyllum utile (Ocuje Colorado), Hyeronima nipensis (Sangre de doncella), Cecropia peltata (Yagruma), Dioymophanx morotonii (Yagruma Macho), Clusia rosea (Cupey), Gautteria brainii (Purio Fangar), Guatteria moralessi (Purio Prieto), Metopium pigra (Guao), Malpighia coccigera (Palo Bronco), Cycathea arbórea (Helecho Arborescente) y Pinus cubensis (Pino).

 

La clase de madera predominante es B con 195,10 ha para un total de 375,4 m3 y su edad promedio es 25 años (Batista Cutiño, 2014).

El total de madera dura clase B existente en el yacimiento “4” es de 256,9 m3, valores determinados por el ordenamiento forestal correspondiente al año 2016 por la Empresa Agro-Forestal de Moa. Los precios de la madera se establecen según la Resolución 372/2009 del Ministerio de Finanzas y Precios.

 

El listado oficial establece, para maderas duras con la categoría B, un valor medio de $ 423,05 pesos por metro cúbico en CUP 211,17 y 211,88 CUC. El plan de manejo refiere la calidad B como predominante, por lo cual se asumen los valores establecidos para un total estimado de 256,9 m3 de madera dura de

 

Calidad B 256,9 x 211,17 CUP = 54.249,573 CUP

Calidad B 256,9 x 211,88 CUC = 54.431,972 CUC.

 

Para la madera blanda con categoría B se obtiene un volumen de 90 m3, con un precio de $ 279,66 pesos por metro cúbico, de los cuales en CUP equivalen a158, 87 y 120,79 en CUC

Calidad B 90 x 158,87 CUP = 14.298,3 CUP

Calidad B 90 x 120,79 CUC = 10.871,1 CUC.

 

Para coníferas con categoría C se obtiene un volumen de 58,7 m3, con un precio de $ 225,90 pesos por metro cúbico en CUP 123,52 y 102,38 en CUC

Calidad B 58,7 x 123,52 CUP = 7250,624 CUP

Calidad B 58,7 x 102,38 CUC = 6009,706 CUC.

 

En el yacimiento además se produce con la restante madera un total de 269,8 m3 de leña con un precio de $ 9.80 pesos por metro cúbico en las provincias de Camagüey y Granma.

Leña 269,8 x 9,80 CUP = 2644,04 CUP.

 

En resumen, el monto total de la madera existente en el yacimiento es:

54.249,573 + 14.298,3 + 7250,624 + 2644,04 =78.442,537 CUP

54.431,972 + 10.871,1 + 6009,706 = 71.312, 778 CUC.

 

 

Fauna

 

En el inventario realizado al yacimiento “4” se identificó la fauna existente. Para su cuantificación se tomaron los precios establecidos de oferta y demanda de los municipios de Gibara, Holguín y Rafael Freyre en la provincia de Holguín, por la tienda Tritón, Madrid, España.

 

Tabla 3. Precios de la fauna identificada

 

Fuente: los autores

 

Por lo tanto, se cuenta con un monto por individuo de 386,12 CUC y 325,00 CUP. Para identificar el monto total de la fauna es necesario realizar un estudio poblacional que permita apreciar el monto financiero de las afectaciones en la fauna.

 

Mineral (níquel + cobalto)

 

Para la cuantificación del níquel y cobalto que es producida por la empresa CECG, se procede al análisis del proyecto de apertura del yacimiento “4”, donde se detallan minuciosamente, según los estudios, las reservas planificadas a extraer por año. El yacimiento tiene un total de 319.050, 56 toneladas de níquel y cobalto y se tomaron para su cálculo los valores establecidos en el mercado para el año 2016 por la Bolsa de Metales de Londres.

 

La eficiencia de la empresa según las condiciones técnicas y metalúrgicas es de 0,7290 y para el cobalto es de 0,3679 por lo que se tomaron estos valores para su estimación.

 

Níquel: 303.074,55 t * 11.013, 25 = 3.337.835.787, 8 CUC

Cobalto: 159.76, 01 t * 1712,575 = 27.360.115,33 CUC.

 

Los cálculos anteriores demuestran que en el año 2016 el yacimiento “4” estuvo valorado en 3. 365.195.903 CUC, al considerar los precios del mercado en la composición de níquel y cobalto.

 

Agua

 

Para la realización del cálculo de los ríos colindantes al yacimiento se obtuvo el Informe sobre el cálculo del escurrimiento de las aguas superficiales (Molina Núñez y Domínguez De la Cruz, 2016)

 

La cuenca del río Cayo Guam, aporta un volumen de escurrimiento en su caudal de 5,5 m3 por segundo, con un total de 173.448.000 millones de m3/año. Si se calcula el 8 % de la correntía que es utilizado en las actividades del turismo que es del 3 % y para la construcción del 5 % de este valor, se cuenta con 13.875.840 millones de m3/año (Molina Núñez y Domínguez de la Cruz, 2016).

 

El valor del escurrimiento se obtiene multiplicando los 693.792 millones de m3/año (Molina Núñez y Domínguez de la Cruz, 2016) por 10 pesos que es el precio del m3 de agua que se le cobra a la construcción, sin incorporar el precio del turismo ya que se encuentra en fase de contratación, se obtiene un valor total de 6. 937.920 millones de pesos.

 

Punta gorda es de 2,5 m3 por segundo con un total de 216.000 m3/año el cual tiene uso ecológico, es por esto que no se le tiene en cuenta la correntía del mismo.

 

 

Carbono

 

Para la estimación del carbono retenido en suelos se tuvieron en cuenta los estudios realizados por el Instituto de Investigación de la Agro-Forestal de La Habana en suelos forestales con características similares a las del yacimiento “4”. El mismo tiene suelo ferralítico rojo con textura arcillo-arenosa con composición máfica y ultramáfica que ocupa una superficie de 262.15 ha, caracterizado ampliamente desde el punto de vista edafológico forestal.

262,15 ha * 159,99 t/ha = 41941, 3785 t

41 941,3785 t * $ 5,35 (SENDECO2, 2016)= $ 224.386, 37€*1,09 Tasa de cambio= 244.581,15 CUC.

 

Tabla 4. Resumen de la valoración económica de los bienes y servicios ecosistémicos

 

Fuente: los autores

 


 

Conclusiones

 

Se aprecia la necesidad de realizar la valoración económica de los bienes y servicios en el área objeto de estudio por sus funciones ecosistémicas, su alta diversidad de especies de flora y fauna, su potencial geológico, hídrico y la alta incidencia que tiene para los tomadores de decisiones, lo que coadyuvará a alcanzar una mayor eficiencia en la gestión en la relación entre el desarrollo económico y la sostenibilidad del ecosistema que serán afectados.

 

La aplicación de los métodos de la valoración económica de los bienes y servicios ecosistémicos con un equipo de trabajo multidisciplinario permitió objetividad en la identificación y precisión de los bienes y servicios y las políticas de precios a utilizar, contribuyendo al estudio para la elaboración de futuros planes de manejo, dirigidos a la protección y conservación del conjunto de BSE.

 

Se estima un valor económico aproximado de los bienes y servicios ecosistémicos del área seleccionada con un valor de $ 7.016.687,54 CUP y $ 3.365.512, 183 CUC por su verdadero valor de uso, siendo el níquel, el cobalto y el dióxido de carbono los bienes de mayor valor, lo que contribuye a la integración de los servicios ecosistémicos del yacimiento “4” en los procesos de planificación empresarial y territorial sostenible.

 


 

Recomendación

 

Proponer a la empresa de flora y fauna realizar los estudios poblacionales establecidos que permitan una mejor cuantificación de las especies de la fauna existente en el yacimiento “4”.

 


 

Referencias

 

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Gómez País, G., Gómez Gutiérrez, C. y Rangel Cura, R. (2015). Guía metodológica para la valoración económica de bienes y servicios ecosistémicos (BSE) y daños ambientales. CITMA.

 

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1 Licenciado en Economía. Máster en Desarrollo Sustentable. Doctor en Ciencias Económicas. Profesor Auxiliar. Departamento Dirección. Universidad de Moa ¨Dr. Antonio Núñez Jiménez”, Cuba. E-mail: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it., This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..

 

2 Licenciada en Economía. Licenciada en Derecho. Doctora en Ciencias Económicas. Profesora Titular. Departamento Contabilidad y Finanzas. Universidad de Moa ¨Dr. Antonio Núñez Jiménez”, Cuba. E-mail: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..

 

3 Licenciada en Bibliotecología y Ciencias de la Información. Máster en Bibliotecología y Ciencias de la Información. Profesora Auxiliar. Departamento de Ciencias de la Información. Universidad de Moa ¨Dr. Antonio Núñez Jiménez”, Cuba. E-mail: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. 

 


 

Para citar este artículo: Torres Batista, Y., Reynaldo Argüelles, C. L. y Rodríguez Cabrera, M. (2022). Valoración económica de bienes y servicios ecosistémicos del yacimiento “4” en el municipio Moa, provincia Holguín, Cuba. Revista Luna Azul, 53, 113-124. DOI: http://doi.org/10.17151/luaz.2021.53.7

 


 

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Riesgo ambiental marino por pinturas anti-incrustantes a base de TBT (tributilestaño), sobre el “caracol plomo” Thaisella chocolata (Duclos, 1832) empleando al imposex como un bioindicador, en el puerto de Paita, Perú

 

Susy Villegas1, José Iannacone2, Carlos Villegas3

  

Recibido: 31 marzo 2020 Aceptado: 6 julio 2021 Actualizado: 27 junio de 2021

 

DOI: 10.17151/luaz.2021.53.5

 

Resumen

 

El imposex es el desarrollo de órganos sexuales masculinos en las hembras de los caracoles marinos por acción del TBT (tributilestaño) presente en las pinturas anti-incrustantes. Objetivo: evaluar el riesgo ambiental (ERA) por pinturas anti-incrustantes sobre Thaisella chocolata (Duclos, 1932) “Caracol plomo”, empleando como bioindicador al imposex en el puerto de Paita, Perú. Materiales y métodos: se analizaron los indicadores de imposex de dos temporadas, verano y primavera, en cuatro localidades de muestreo; dos ubicadas en Paita y dos en caletas más al sur. Se recolectaron 30 individuos de T. chocolata por estación y por temporada, los cuales fueron narcotizados con cloruro de magnesio. Se midió la longitud de la conchilla con un Vernier y se retiró el cuerpo blando. Se identificó el sexo y se midió la longitud del pene en machos y en hembras con imposex. Se determinó el estadio del Índice del Vaso Deferente (VDSI). Resultados: los mayores valores de VDSI entre 2.11 (caletas) y 3.42 (puerto de Paita), se presentaron en temporada de verano, y fue determinado el ERA específico para T. chocolata. Existen diferencias significativas en la ocurrencia de imposex en T. chocolata en función a la cercanía al puerto de Paita, lo cual indica un riesgo ambiental para dicha especie. Conclusiones: el estándar de ERA por pinturas anti-incrustantes específico para la especie en estudio señala que el riesgo ambiental se encuentra entre los niveles C (exposición a TBT en concentraciones mayores al Criterio de Evaluación Ambiental) y E (poblaciones incapaces de reproducirse, donde la mayoría o todas las hembras son estériles).

 

Palabras clave: bioindicadores, contaminación marina, evaluación ambiental, Riesgo Ambiental.

 

Marine environmental risk due to antifouling paints based on TBT (tributyltin) on “Sea snail” Thaisella chocolata (duclos, 1832) using imposex as a bioindicator, in the port of Paita, Peru

 

Abstract

 

Imposex is the development of male sexual organs in female sea snails by the action of TBT (tributyltin) present in antifouling paints. Objective: to evaluate the environmental risk (ERA) by antifouling paints on Thaisella chocolata (Duclos, 1932) "Sea snail" using imposex as a bioindicator in the port of Paita, Peru. Materials and methods: the imposex indicators of two seasons, summer and spring, were analyzed in four sampling locations; two located in Paita and two in coves further south. A total of 30 individuals of T. chocolata were collected per season, which were narcotized with magnesium chloride. The length of the shell was measured with a Vernier and the soft body was removed. Sex was identified and penis length was measured in males and in females with imposex. The vas deferens index (VDSI) stage was determined. Results: the highest VDSI values between 2.11 (coves) and 3.42 (port of Paita), occurred in the summer season, and the specific ERA for T. chocolata was determined. There are significant differences in the occurrence of imposex in T. chocolata depending on the proximity to the port of Paita, which indicates an environmental risk for this species. Conclusions: the ERA standard for antifouling paints, specific for the species under study, indicates that the environmental risk is between levels C (exposure to TBT in concentrations higher than the Environmental Assessment Criterion) and E (populations unable to reproduce, where most or all females are sterile).

 

Key words: bioindicators, marine pollution, environmental assessment, Environmental Risk.

 

 


 

Introducción

 

Los compuestos organoestañosos tienen un efecto particular sobre los gasterópodos marinos denominado imposex (Gibbs et al., 1987; Rivas et al., 2017; Castro et al., 2018). Este fenómeno implica el desarrollo de órganos sexuales masculinos en las hembras, lo cual puede ocasionar en estos moluscos el fracaso reproductivo y una posterior extinción de las poblaciones locales (Gibbs et al., 1987; Castro et al., 2012; Rumampuk et al., 2019). Uno de los compuestos organoestañosos asociados a la ocurrencia del imposex es el tributilestaño (TBT) (Hay, 2009; Cañete et al., 2015; Braga-Castro et al., 2021).

 

Cabe precisar que, al respecto de evaluación de riesgo ambiental (ERA) asociado a TBT, el Convenio para la Protección Ambiental del Atlántico Nordeste (OSPAR) (2008) estableció un estándar de evaluación específico para las especies Nucella lapillus (Linnaeus, 1758), Nassarius reticulatus (Linnaeus, 1758) y Neptunea antiqua (Linnaeus, 1758), siendo estas las únicas especies referenciales para determinar niveles de riesgo ambiental con contaminación con TBT.

 

Al respecto, hasta hace poco tiempo se pensaba que los puertos internacionales y de alto tráfico marino de grandes embarcaciones eran la fuente principal de contaminación por dicho compuesto, sin embargo, las recientes investigaciones han encontrado que los puertos artesanales tendrían aportes más frescos de este compuesto organoestañoso, causando altos niveles de imposex (Enrique et al., 2019).

 

De otro lado, si bien el bioindicador principal de contaminación por compuestos organoestañosos en el medio marino es el imposex (Gibbs et al., 1987; Oehlmann et al., 1996; Guabloche et al., 2017; Enrique et al., 2019), los gasterópodos no son los únicos organismos expuestos a un riesgo ambiental por estos químicos residuales en el mar. Se han detectado restos de TBT en tejidos de mamíferos marinos como ballenas, delfines, focas y en otros organismos de alta mar (Fent, 1996).

 

La alteración hormonal generada por el TBT en las hembras de gasterópodos ocasiona que estos individuos se vuelvan estériles (Paz Villarraga et al., 2015; Qin y Hu, 2020), reduciendo considerablemente la densidad poblacional, llegando incluso a la desaparición de esta a nivel local y pudiendo afectar el equilibrio del ecosistema (Enrique et al., 2019).

 

El imposex fue inicialmente conceptualizada por Smith (1971) y estudiada en cuatro regiones del planeta: Europa, Asia, Oceanía; y América del Norte y Latinoamérica; incluyendo Centro y Sudamérica (Titley-O'Neal et al., 2011), sin embargo, las investigaciones se concentran en países europeos y en Estados Unidos (Titley O'Neal et al., 2011) con resultados de hasta 100% de ocurrencia en zonas de impacto directo de puertos. En Sudamérica, Brasil es el país con mayor número de investigaciones asociadas al imposex (Castro et al., 2012), mientras que en el Perú se han ejecutado investigaciones en las zonas del puerto del Callao en las especies Thaisella chocolata (Duclos, 1932) y Xanthochorus buxeus (Broderip, 1833) (Castro y Fillman, 2012; Castro et al., 2018; Enrique et al., 2019); Chimbote, también con la especie Thaisella chocolata (Castro y Fillman, 2012); Paracas, en la especie T. chocolata (Chumbimune y Ponce, 2015); Pucusana, en las especies Stramonita haemastoma (Linnaeus, 1767) y Crassilabrum crassilabrum (G. B. Sowerby II, 1834) (Guabloche et al., 2017;  Rivas et al., 2017); y Ancón, en las especies X. buxeus y C. crassilabrum (Guabloche et al., 2013; Rivas et al., 2017).

 

El puerto de Paita, ubicado en la costa norte en la región de Piura, es el segundo puerto más importante del Perú después del Callao (Autoridad Portuaria Nacional, 2019). En este puerto, que habría sido usado por la cultura Moche (Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, 2016), el movimiento de carga ascendió a 2,1M de TM en el año 2017 (Autoridad Portuaria Nacional, 2017), del cual, más del 12% correspondió a desembarque de recursos hidrobiológicos marítimos. Asimismo, se precisa que Paita fue el lugar de procedencia del 6,2% de dichos recursos (Autoridad Portuaria Nacional, 2017).

 

El puerto de Paita recibe un gran número de embarcaciones (en el año 2018 recibió un total de 548 naves comerciales) (Autoridad Portuaria Nacional, 2018) los cuales tienen un tiempo de permanencia en función de las cargas realizadas de manera diaria. Las superficies de dichas embarcaciones, igual que toda aquella sumergida en agua de mar, deben ser recubiertas por un material que impida la incrustación de especies marinas, debido a que estas representan gasto extra de energía, lo que, en el caso de embarcaciones, se ve reflejado en un mayor gasto de combustible (International Maritime Organization, 2000).

 

Desde el punto de vista normativo, el Perú, mediante la Resolución Legislativa N°28417 de fecha 10 de diciembre del 2004, aprobó el Convenio de Rotterdam para la aplicación del procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo a ciertos plaguicidas y productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional (RLCR, 2004). Adicionalmente, en el año 2000, la Organización Marítima Internacional (IMO) de la cual el Perú es miembro del Consejo, determinó que a partir del 2008 se haría efectiva la prohibición de pinturas anti-incrustantes cuyo principio activo sea el TBT (International Maritime Organization, 2000). Sin embargo, Castro y Fillman (2012) encontraron hasta 662,6 ng Sn/g de peso seco de tributilestaño en los tejidos de gasterópodos recolectados en la costa del Callao (los más altos niveles encontrados hasta el año 2012). Las ocurrencias de imposex halladas por Guabloche et al. (2013) y por Chumbimune y Ponce (2015) permiten presumir también el nulo seguimiento al cumplimiento de la normativa actual.

 

De acuerdo con lo anterior, de darse el caso de hallarse imposex en los resultados del presente estudio, además de establecerse un estándar de evaluación de riesgo ambiental en el mar de Paita, se tendrían indicios de que no se está cumpliendo con la normativa ambiental establecida (Castro et al., 2018).

 

Finalmente, el caracol negro de mar, T. chocolata, es un recurso marítimo de alta demanda comercial en Perú como en Chile. Este gasterópodo se encuentra distribuido entre Paita (Perú) hasta la zona de Valparaíso (Chile) (Carbajal-Enzian et al., 2018). Si bien no tiene la misma demanda que los peces pelágicos, desde el 2008 hasta el 2017, se ha realizado un desembarque por un total de más de 27 845 t de caracol (PRODUCE, 2015). Se precisa que la conservación y uso sostenible de esta especie es regulada a nivel nacional con medidas de ordenamiento recomendadas por Carbajal-Enzian et al. (2018). Sin embargo, la potencial extinción local de los caracoles dentro del ecosistema a causa de compuestos organoestañosos implica que esta especie puede desaparecer del mercado comercial.

 

De este modo, el objetivo del presente estudio es el de evaluar el riesgo ambiental marino en el puerto de Paita, Perú para T. chocolata empleando como indicador al imposex.

 


 

Materiales y métodos

 

Se colectaron individuos de T. chocolata en los meses de octubre (temporada de primavera) del 2018 y febrero (temporada de verano) del 2019 en las zonas intermareales de cuatro puntos de monitoreo en la zona de Paita, Piura, Perú. En la Tabla 1 se presentan las coordenadas de las estaciones de muestreo.

 

Tabla 1. Ubicación geográfica de las Estaciones de muestreo de Thaisella chocolata en Piura, Perú

 

Fuente: elaboración propia.

 

Cabe indicar que las estaciones P1 y P2 se ubicaron en el área de influencia del puerto de Paita, el cual corresponde al puerto más grande de la costa norte y al segundo de mayor flujo de naves después del puerto del Callao, Perú (Autoridad Portuaria Nacional, 2019). La estación P3 se ubicó en la playa Yacila, una caleta de pescadores artesanales ubicada a aproximadamente 13 km suroeste del Puerto de Paita y con unos 500 m de longitud. La estación P4 fue ubicada en el puerto Artesanal de La Islilla está a 21 km al suroeste del puerto de Paita. Ocupa un área de 29 has aproximadamente y se pueden observar cerros de piedra de poca altura en los alrededores. La biodiversidad de la zona consiste en lobos marinos, pingüinos de Humboldt que provienen de la Isla Foca, ballenas jorobadas y es considerada un banco natural de especies como caracoles, calamares, pulpos, mero, entre otros (Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, 2016). En la Figura 1 se presenta la ubicación de las estaciones de muestreo.

 

 

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Figura 1. Ubicación de Estaciones de Muestreo para la colecta de Thaisella chocolata en el área de influencia del puerto de Paita (P1 y P2), y en la playa Yacila (P3) y puerto Artesanal de La Islilla (P4), Piura, Perú.

Fuente: elaboración propia.

 

Por cada estación se colectaron 30 individuos adultos de T. chocolata (tamaño de conchilla entre 40 y 70mm) (Castro y Fillman, 2012) a una profundidad entre los 60cm y 5m.

 

Para la determinación de los índices de severidad de imposex, se emplearon las metodologías planteadas por Gibbs et al. (1987), Spence et al. (1990), OSPAR (2008), y Castro y Fillman (2012). Los gasterópodos se mantuvieron en envases de 4L de capacidad con agua de mar y un aireador para mantenerlos vivos hasta su traslado al laboratorio. Se narcotizaron con MgCl2 al 3,5% (en agua destilada) durante dos h para relajar a los individuos y facilitar la extracción del cuerpo blando de la conchilla, lo que a su vez permite un mejor procedimiento de medición. Fueron examinados vivos y se excluyen aquellos parasitados. La longitud de la conchilla (SL) fue medida con un Vernier digital calibrado (0,01mm) desde la punta hasta la base del canal sifonal (Enrique et al., 2019). Mediante un microscopio estereoscopio se realizó la identificación del sexo, la cual se basó en la presencia o ausencia de próstata, pene, vesícula seminal y coloración amarillenta para machos (Spence et al., 1990). Se calcularon los índices de Imposex de acuerdo a Gibbs et al. (1987) y Castro y Fillman (2012): % Incidencia (%I): (N° caracoles hembras con imposex / N° caracoles muestreados) %; RPLI: (media de Longitud de Pene (LP) en hembras / media de LP en machos) %; RPLIstd: (media de LP en hembras / media de Longitud de la Conchilla (LC) en hembras) / (media de LP en machos/ media LC en machos) %; FPLI (incluye valores en cero): media LP de todas las hembras; FLPIstd: LP en hembras / LC en hembras.

 

Asimismo, se obtuvo el Índice de Vaso Deferente (VDSI) como indicador de riesgo ambiental, en función a los estadios propuestos por Gibbs et al. (1987):

 

*             Estadio 1: Desarrollo de pequeña sección de vasos deferentes en la región ventral.

*             Estadio 2: Desarrollo inicial del pene, pequeña formación de una cresta a una corta distancia.

*             Estadio 3: Formación de pene pequeño y desarrollo de vasos deferentes iniciando desde la base del pene.

*             Estadio 4: Alargamiento del pene, cercano al de un macho.

*             Estadio 5: Tejidos de vasos deferentes creciendo sobre el área genital, causando desplazamiento de la vulva.

*             Estadio 6: En la glándula capsular se encuentra material de cápsulas abortadas que, en caso de estar acopladas, se puede observar una masa traslúcida o marrón (claro u oscuro).

 

Para el análisis estadístico se realizaron pruebas de normalidad de la data para LC y LP en machos y hembras empleando la prueba de Shapiro-Wilks; y de Homogeneidad de Varianza empleando la prueba de Levene para verificar si se podrían emplear pruebas estadísticas paramétricas. Se empleó la prueba ANOVA. En los casos de la existencia de diferencias significativas, se aplicó la prueba de Tukey para determinar dónde había mayor incidencia de imposex. Se realizó una prueba de correlación para saber si existe una relación positiva entre los LC y LP para ambos sexos. Los análisis estadísticos fueron llevados a cabo con el software IBM SPSS Statistics 24, con un nivel de significancia de 95%.

 

Para la determinación del Riesgo Ambiental por pinturas anti-incrustantes, se planteó el modelo para T. chocolata en función a los criterios de evaluación de la OSPAR (2010), que consideran el VDSI. Para graficar los valores obtenidos, se ha considerado que el color rojo corresponde al mayor valor de cada temporada, sucesivamente el color anaranjado, amarillo y finalmente verde, con el valor menor de VDSI.

 

Por otro lado, Cacciatore et al. (2018) establecieron un protocolo para determinar rangos de acuerdo a los valores de VDSI disponible (resultados del presente estudio); así como los obtenidos por Castro y Fillman (2012) quienes trabajaron con T. chocolata en los puertos de Chimbote y Callao, Perú. Se utilizaron también dos condiciones referenciales, representando la mejor y peor condición posible. Estos corresponden a 0 como valor de VDSI, el cual indica una no perturbación; y 4, el cual indica población estéril, e indica alta perturbación. Las fórmulas correspondientes son las siguientes:

 

i. VDSIbueno/moderado= (hG-1M)/2+1M

ii.VDSIalto/bueno= (VDSIbueno/moderado – Mejor condición) /2

iii. VDSIpobre/malo= (Peor condición – hP)/2+hP

iv. VDSImoderdo/pobre = (VDSIpobre/malo – VDSIbueno/moderado)/2 + VDSIbueno/moderado

 

Donde hG= valor de VDSI más alto encontrado en un status de buena calidad, 1M es el valor más bajo de VDSI encontrado en un estado de calidad moderada, hP el valor de VDSI más alto encontrado en un status de mala calidad, la Mejor condición es equivalente a 0 y la Peor condición es equivalente a 4. Con respecto a la OSPAR, VDSIalto/bueno sería equivalente a un nivel B, VDSIbueno/moderado sería equivalente a un nivel C, VDSImoderdo/pobre sería equivalente a un nivel D y VDSIpobre/malo sería equivalente a un nivel E.

 


 

Resultados

 

En cada una de las estaciones y en cada temporada se recolectaron 30 individuos (120 individuos en temporada de primavera y 120 individuos en temporada de verano), ninguno de los cuales se encontró parasitado. En el mes de octubre (temporada de primavera) se obtuvieron 56 machos y 64 hembras, mientras que en el mes de febrero (temporada de verano) se obtuvieron 60 machos y 60 hembras. En la Tabla 2 se presentan los datos biométricos y los parámetros de imposex (I%, RPLI, RPLI estandarizado, FPL y FPL estandarizado) para las cuatro estaciones en ambas temporadas.

 

Tabla 2. Datos biométricos y de imposex en Thaisella chocolata colectadas en cuatro estaciones para temporada de primavera (octubre 2018) y de verano (febrero 2019), Piura – Perú

 

 

Nota: N°=Total de individuos muestreados por estación; M=Machos; H=Hembras; M:H=Ratio de machos con respecto a hembras; LC=Longitud de Conchilla; DE=Desviación Estándar; LP=Longitud de Pene; RPLI=Índice Relativo de Longitud de Pene, FPLI=Longitud de Pene de Hembras con Imposex; VDSI=Índice de Vaso Deferente; RPLIstd=RPLI estandarizado; FPLIstd=FPLI estandarizado. p= temporada de primavera; v= temporada de verano. P1 = Puerto de Paita Zona Norte. P2 = Puerto de Paita Zona Sur. P3 = Playa Yacila. P4 = La Islilla.

Fuente: elaboración propia.

 

De la totalidad de 240 individuos de T. chocolata recolectados, el 48,3% resultaron machos y el 51,7% fueron hembras. En la LP y LC de los machos y hembras se encontró una correlación positiva (r=0,20) y (r=0,20), respectivamente. Mediante el ANOVA se encontraron diferencias significativas entre las estaciones muestreadas en cuanto a la incidencia de imposex para T. chocolata (p<0,05). La prueba de Tukey indicó la presencia de dos grupos significativamente diferentes. La LP de las hembras en las estaciones P3 y P4 fueron significativamente mayores a las de las P1 y P2. En ambas temporadas, la LP de los machos presentó un mayor rango de variación, mientras que las hembras que presentaron imposex, la LP varió en un rango más reducido.

 

En la Figura 2 se presentan los VDSI obtenidos en cada estación y temporada.

 

 

 

Nota: Puerto de Paita (P1 y P2), en la playa Yacila (P3) y puerto Artesanal de La Islilla (P4), Piura, Perú. TS = temporada de verano. TH = temporada de primavera.

Figura 2. Índice de Vaso Deferente (VDSI) obtenido en Thaisella chocolata en cada estación y en cada temporada.

Fuente: elaboración propia.

 

Para la determinación del riesgo ambiental por exposición al TBT, en el presente estudio se utilizaron las fórmulas planteadas (i) – (iv) por Cacciatore et al. (2018). De acuerdo a los datos biométricos e indicadores de imposex del presente estudio, así como los resultados obtenidos por Castro y Fillman (2012), se han calculado los rangos correspondientes para la comparación con los criterios de riesgo ambiental por TBT de la OSPAR.

 

*             VDSIbueno/moderado = 1,5

*             VDSIalto/bueno = 0,75

*             VDSIpobre/malo = 2,75

*             VDSImoderado/pobre = 4        

 

Considerando los resultados de las fórmulas anteriores y los datos de la Figura 1, el modelo propuesto para la categorización del riesgo ambiental de T. chocolata y los resultados por estaciones y temporadas, se presentan en la Tabla 3.

 

Tabla 3. Modelo propuesto para categorizar el riesgo ambiental de Thaisella chocolata por TBT mediante el VDSI (Índice de Vaso Deferente) en función a lo obtenido por Castro y Fillman (2012). Adaptación de OSPAR (2008)

 

Nota: TS = temporada de verano. TH = temporada de primavera. P1 = Puerto de Paita Zona Norte. P2 = Puerto de Paita Zona Sur. P3 = Playa Yacila. P4 = La Islilla.

Fuente: elaboración propia.

 

El 75% de las poblaciones muestreadas se encuentra en un nivel de exposición al TBT de concentraciones mayores al CEA (Criterio de Evaluación Ambiental) determinado para este compuesto. El 25% de las poblaciones muestreadas se encontraría en un nivel de exposición al TBT que le estaría resultando en la incapacidad de reproducirse, y donde la mayoría de hembras serían estériles.

 


 

Discusión

 

La presente investigación contiene evidencia de afectación por el fenómeno imposex en poblaciones de T. chocolata en Paita, Piura, Perú; lo cual podría sugerir que esta especie sería susceptible a la exposición al TBT (Castro y Fillman, 2012). Cabe precisar que este estudio corresponde al efectuado lo más al norte del Perú hasta la fecha.

 

Patrones similares de afectación han sido observados en otras especies de gasterópodos muricidos (Castro et al., 2012; Rivas et al., 2017; Enrique et al., 2019; França et al., 2021; Ribeiro-Brasil et al., 2021), entre otros; sin embargo, los murícidos serían los más sensibles a la exposición de TBT, por lo que se les considera los bioindicadores por excelencia (Moco-Batista et al., 2016).

 

Se ha registrado imposex en las cuatro estaciones de muestreo, tanto en temporada de verano como de primavera. Se analizaron temporadas diferentes debido a que esto potencialmente podría generar diferencias en los resultados según lo indicado por Castro et al. (2018). De acuerdo a la prueba de Tukey, existirían diferencias significativas entre los resultados obtenidos en las estaciones P3 y P4 con respecto a las P1 y P2, indicando que las dos primeras poseen promedios significativamente más altos (1,5 versus 1,1; ANOVA, p<0.05).

 

Considerando que las estaciones P3 y P4 corresponden a las ubicadas en la Playa Yacila y en La Islilla, en donde se ejerce pesca artesanal y de turismo; mientras que las estaciones P1 y P2 se ubican en el Puerto de Paita – Zona Norte y Sur. Es aplicable lo encontrado por Cañete et al. (2015), Moco-Batista et al. (2016) y Castro y Fillman (2012), quienes registraron niveles más altos de imposex en zonas de baja influencia directa de puertos comerciales (muelles de pesca artesanal o de turismo) (Mortaji et al., 2020).

 

Esto se debería a que, en estas zonas, las embarcaciones se encuentran más cerca de la orilla, lo cual reduce la posibilidad de dilución del contaminante (Castro y Fillman, 2012; Castro et al., 2012; Mattos y Romero, 2016), generando una permanencia del contaminante en el medio. Moco-Batista et al. (2016) encontraron que en Concepción (Chile), una zona alejada de puertos comerciales, la ocurrencia de imposex era más severa en comparación con Valparaíso (Chile), lo cual, de acuerdo al autor, podría indicar que en Sudamérica las zonas más críticas por contaminación con TBT serían aquellas con pequeñas embarcaciones.

 

Los resultados obtenidos en la presente investigación sustentan las afirmaciones que indican que los barcos de pesca artesanal son potencialmente las mayores y progresivas fuentes de TBT al mar (Castro et al., 2012; Paz-Villarraga et al., 2015; Moco-Batista et al., 2016). Sin embargo, las zonas de puertos comerciales no dejan de representar zonas de alta incidencia de imposex (Dominguez et al., 2015), a pesar de que aquellos puertos (principalmente donde el flujo de embarcaciones es en su mayoría de banderas extranjeras) parecen estar siendo la fuente principal de TBT.

 

El valor de correlación entre el LC y LP de las hembras fue significativo, lo que indicaría que el desarrollo del LP en hembras (imposex) no estaría ligado al crecimiento de la conchilla, si no a la exposición al contaminante TBT. Resultados similares han sido obtenidos en otros caracoles murícidos (Vasconcelos, 2010; Castro y Fillman, 2012; Guabloche et al., 2013, 2017; Dominguez et al., 2015; Rivas et al., 2017; Enrique et al., 2019). En el caso de los machos, en el presente estudio no se encontró una correlación positiva, sin embargo, estudios previos sí han demostrado este tipo de correlaciones, por lo que el desarrollo del LP estaría asociado al crecimiento de la conchilla (Guabloche et al., 2013, 2017). Cabe precisar que la incidencia e intensidad con el que se desarrolla el imposex en las hembras depende también de la distancia entre la población y la fuente contaminante (Guabloche et al., 2017).

 

Los valores de RPLI obtenidos oscilan entre 26% y 44% -semejantes a los obtenidos por Cañete et al. (2015) y Cacciatore et al. (2018)-, lo que indica que la población de caracoles se encuentra expuesta a un alto riesgo de disminuir (Oehlmann et al., 1996; Cañete et al., 2015). Los valores de FPLI son mayores en las estaciones P4 y P3 para ambas temporadas, por lo que podría considerarse que en estas zonas habría una mayor concentración de TBT biodisponibles debido a que este índice está directamente relacionado a la cantidad de contaminante en el medio (Moco-Batista et al., 2016).

 

Tan (1999), Bech (2002), Cacciatore et al. (2018), y Schøyen et al. (2019), indican que es preferible analizar la incidencia de imposex en una población usando el VDSI como principal indicador debido que este es más sensible a la afectación por exposición al TBT. En el presente estudio, los valores de VDSI alcanzan 3,42, lo cual indica que la población de la estación P1 es incapaz de reproducirse y que las hembras son estériles. El porcentaje de esterilidad en la población es un buen indicador del nivel de afectación por TBT, así como el porcentaje de imposex es un indicador de alarma temprana de la distorsión de la población de gasterópodos (Cacciatore et al., 2018). Por lo que, considerando las cifras obtenidas en el presente estudio (VDSI de 3,42), el riesgo ambiental al que están expuestos los murícidos de esta zona de Paita, es alto. El otro 75% de los individuos están en un nivel exposición al TBT de concentraciones mayores a los Criterios de Evaluación Ambiental (CEA) determinados para este compuesto (OSPAR, 2010).

 

En Europa se han encontrado mejoras en las poblaciones de los puertos tras la Convención Internacional para el Control de Sistemas anti-incrustantes tóxicos en las embarcaciones, el cual ha sido implementado por el IMO, quienes originalmente prohibieron las pinturas basadas en TBT para las superficies externas de las grandes embarcaciones (International Maritime Organization, 2000). Perú no ha ratificado el convenio implementado por la IMO, mientras que países como Brasil, México, Brasil y Uruguay sí han efectuado esta ratificación. La autoridad marítima del Perú en el 2019 ha emitido una norma (El Peruano, 2019) que prohíbe el empleo del TBT en sistemas anti-incrustantes para naves y artefactos navales. Argentina, Brasil y Chile, y recientemente el Perú, han establecido una normativa nacional de prohibición de TBT en sus océanos (Castro et al., 2018).

 


 

Conclusiones y recomendaciones

 

Se concluye que las pinturas anti-incrustantes de las embarcaciones representan un menor riesgo ambiental para T. chocolata en zonas cercanas al puerto de Paita, en comparación con los muelles artesanales de Yacila y La Islilla. Asimismo, el estándar de evaluación de riesgo ambiental específico para la especie T. chocolata indica que el riesgo ambiental asociado a las pinturas anti-incrustantes en el Puerto de Paita sobre este caracol marino se encuentra entre los niveles de exposición C y E. El nivel C indica exposición a TBT en concentraciones mayores al CEA (Criterio de Evaluación Ambiental), mientras que el nivel E indica poblaciones incapaces de reproducirse, donde la mayoría o todas las hembras son estériles. Además, que la ocurrencia de imposex no está restringida a zonas de alto tránsito de embarcaciones debido a que los indicadores de este fenómeno han sido más elevados en zonas de puertos de pesquería artesanal y de turismo.

 


 

Agradecimientos

 

Los autores agradecen la labor realizada por Carlos Villegas por el esfuerzo realizado en la colecta de individuos y al personal de IMARPE (Instituto del Mar del Perú) por brindar las facilidades en relación a sus instalaciones, brindando soporte a la investigación.

 


 

Potencial conflicto de intereses

 

Los autores declaran que no existe conflicto de interés alguno por la realización y publicación de la presente investigación, la cual fue financiada por los autores.

 


 

Referencias

 

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Autoridad Portuaria Nacional (APN). (2019). Estadísticas del movimiento de naves atendidas por la Autoridad Portuaria Nacional a nivel nacional -Reporte RDN02. Autoridad Portuaria Nacional.

 

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1 Ingeniero Ambiental. Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad Científica del Sur, Lima, Perú, This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..

 

2 Doctor en Ciencias Biológicas. Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad Científica del Sur, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Ricardo Palma, Facultad de Ciencias Naturales y Matemática, Universidad Nacional Federico Villarreal El Agustino, Lima, Perú, This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..

 

3 Biólogo. Facultad de Ciencias Veterinarias y Biológicas, Universidad Científica del Sur, Lima, Perú, This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.


 

Para citar este artículo: Villegas, S., Iannacone, J. y Villegas, C. (2021). Riesgo ambiental marino por pinturas anti-incrustantes a base de TBT (tributilestaño), sobre el “caracol plomo” Thaisella chocolata (Duclos, 1832) empleando al imposex como un bioindicador, en el puerto de Paita, Perú. Revista Luna Azul (On Line), 53, 76-91. https://doi.org/10.17151/luaz.2021.53.5

 


 

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Concepciones de educación ambiental en estudiantes de licenciatura en tres universidades de Colombia

 

Felipe Mauricio Pino Perdomo1, Diego Jair Gálvez Cubides2 

 

Recibido: 14 abril 2020 Aceptado: 22 junio 2021 Actualizado: 28 junio 2022

 

DOI: 10.17151/luaz.2021.53.6

 

Resumen

 

La caracterización de las concepciones de educación ambiental de los docentes en formación en ciencias naturales de tres diferentes universidades públicas de Colombia tuvo como objetivo comprender el concepto de educación ambiental de los estudiantes y establecer la relación del concepto entre los estudiantes de las diferentes universidades. Esta investigación parte del paradigma mixto de la investigación con corte descriptivo, tiene una unidad de trabajo de 33 estudiantes con una muestra de 10 a 12 estudiantes por institución. Las técnicas aplicadas fueron el cuestionario teniendo como instrumento un test tipo Likert para identificar concepciones de educación ambiental en la población estudiada y la técnica de entrevista semiestructurada teniendo como instrumento los grupos de discusión con preguntas estructuradas abiertas dirigidas al concepto de ambiente y el abordaje de las problemáticas ambientales. Los instrumentos fueron creados por el Grupo de Investigación en Educación Ambiental (GEA) de la Universidad del Tolima y validados por expertos. Se determinó que existe una visión de educación ambiental característica en cada grupo de estudiantes de las tres universidades públicas. En los estudiantes de la Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental de la Universidad de Antioquia predomina una concepción de educación ambiental ligada a la corriente etnográfica, holística y bioregionalista. En la Universidad del Tolima se evidencia un direccionamiento a la corriente etnográfica, bioregionalista y práxica. En la Universidad de Nariño se evidencian mayores acercamientos a las corrientes bioregionalista, etnográfica y holística.

 

Palabras clave: Educación ambiental, enseñanza superior, formación de profesores.

 

Conceptions of environmental education in undergraduate students in three Colombian universities

 

Abstract

 

The characterization of the conceptions of environmental education of teachers in training in natural sciences of three different public universities in Colombia had the objective of understanding the concept of environmental education of the students and, to establish the relationship of the concept among the students of the different universities. This research is based on the mixed paradigm of descriptive research, with a work unit of 33 students with a sample of 10 to 12 students per institution. The techniques applied were the questionnaire with a Likert-type test as an instrument to identify conceptions of environmental education in the population studied and the semi-structured interview technique with discussion groups as an instrument with open structured questions directed to the concept of environment and the approach to environmental problems. The instruments were created by the Environmental Education Research Group -GEA- of the University of Tolima and validated by experts. It was determined that there is a characteristic vision of environmental education in each group of students of the three public universities. In the students of the Bachelor's Degree in Basic Education with emphasis on Natural Sciences and Environmental Education at the University of Antioquia, a conception of environmental education linked to the ethnographic, holistic and bioregionalist current predominates. At the University of Tolima there is evidence of a focus on the ethnographic, bioregionalist and praxical current. At the University of Nariño, there is evidence of a closer approach to the bioregionalist, ethnographic and holistic currents.

 

Key words: Environmental education, higher education, teacher training.

 

 


 

Introducción

 

Las concepciones de ciencia y educación ambiental han venido dinamizándose a través del tiempo en un marco cronológico y social. En el caso de los docentes en formación, las concepciones de ambiente, educación ambiental y problemas ambientales que se expresan en el discurso de su labor están relacionadas con lo que comprenden de los conceptos que interpretan (Cardona Restrepo, 2012) y en los que han sido formados.

 

Existen diversas causas para investigar las concepciones en educación ambiental, entre las que se destacan: la falta de conceptos claros, lo que conlleva a propuestas difusas en la aplicación curricular de la educación ambiental (Ministerio del Medio Ambiente y Ministerio de Educación, 2002); el reduccionismo conceptual dirigido a la instrumentalización ecológica y cívica (Sauvé, 1999); y el activismo e intervencionismo sin objetivos educativos claros que trasciendan en un cambio sociocultural. Las causas acá mencionadas no permiten romper los paradigmas tradicionales de formación en educación ambiental a nivel superior (Molano Niño y Herrera Romero, 2014) ni determinar cuál es la dirección en formación ambiental en la actualidad en las universidades públicas colombianas. Para el futuro docente de ciencias naturales y educación ambiental debe ser clara la definición del concepto de educación ambiental desde sus corrientes filosóficas y la concepción política, social y cultural, visto desde la perspectiva del pensamiento ambiental.

 

El carácter polisémico del término “Ambiente” dirige desde su acepción misma la corriente de Educación ambiental en la que se enmarcará el docente, es por ello por lo que el ambiente como objeto, el ambiente como sistema (Gallopin, 1979; Macarrón, 2012), y el ambiente como relación sociedad -ser humano- y naturaleza mediada por la cultura (González Gaudiano, 1999; Ángel Maya, 2003; Galafassi, 2005; Valencia Cuellar y González Ladrón de Guevara, 2013), son las categorías de ambiente que se definieron para el análisis de las corrientes de educación ambiental. Existen otras acepciones de ambiente que aportan al análisis y la discusión como lo son el abordaje del ambiente desde la complejidad ambiental enmarcada en la racionalidad ambiental y el dialogo de saberes (Leff, 2007), y desde la interdisciplinariedad -o critica a la visión dominante- (Eschenhagen, 2021).

 

Es importante resaltar que el concepto de medio ambiente o ambiente que se abarque por parte del ser humano definirá gran parte de la concepción de educación ambiental de la que se apropie y las prácticas pedagógicas que realice, de tal manera que “(…) la discusión epistemológica sobre el concepto de ambiente es un elemento esencial en la educación ambiental y por tanto, en los procesos de enseñanza aprendizaje” (Flórez-Espinosa et al., 2017, p. 379).

 

La educación ambiental se consolida en el marco legal en Colombia desde la Constitución Política en su Artículo 8 que proclama el derecho a un ambiente sano. En el ámbito de la docencia desde la Ley General de Educación (1994) se plantea la educación ambiental como un eje transversal de enseñanza en la educación básica y media, y en los Lineamientos Curriculares de las Ciencias Naturales y Educación Ambiental (1998) se evidencia el papel multidimensional de la educación ambiental, su importancia en la formación en valores, así como sus objetivos y logros explícitos en el ámbito académico.

 

A pesar de este “reconocimiento legal” prevalecen: una concepción naturalista reducida al estudio de la naturaleza y los recursos (Caicedo y Céspedes, 2006), una activista, relegada a la “realización de proyectos escolares” (Gálvez, 2017, p. 173), y una empírica e inductivista de la educación ambiental, que no tiene en cuenta su interrelación social y la multiplicidad de visiones (Barrios Estrada, 2009). Este hecho puede generar docentes con una visión parcializada y descontextualizada de la realidad, sin tener en cuenta la realidad ambiental de su entorno y desenfocando la verdadera problemática local, regional, nacional y global. Es por esto por lo que se debe determinar cuál es la visión real del futuro docente de ciencias naturales para así poder fortalecer, enriquecer e intersubjetivizar su concepto de educación ambiental.

 

El presente trabajo comparativo sobre concepciones de educación ambiental en docentes en formación de distintas universidades del país se convierte en un factor de análisis importante y coyuntural dado que permite evidenciar la concepción de educación ambiental del futuro formador, categorizando similitudes, diferencias y pertinencia al contexto, siendo el responsable de la transformación social desde la escuela por medio de prácticas transformadoras aplicables a los diferentes contextos de la geografía nacional. A su vez, servirá de insumo a las universidades involucradas para saber si existe una verdadera apropiación del conocimiento por parte del futuro docente con respecto a la temática ambiental o, por el contrario, el currículo de las licenciaturas no ha generado procesos de transformación alguna en los conceptos tradicionales de educación ambiental.

 

A su vez, el desconocimiento de las concepciones de educación ambiental de los futuros docentes de ciencias naturales y educación ambiental es la causa principal para realizar el presente diagnóstico, poder determinar si las concepciones de ambiente y educación ambiental responden a corrientes históricamente predominantes como la tradicionalista, conservacionista, resolutivo, humanista y naturalista (Rodríguez y Tamayo, 2011) o si, por el contrario, existe un cambio en la visión de la formación ambiental dirigida a otras corrientes. Reviste importancia evidenciar la concepción de educación ambiental y ambiente del futuro docente, caracterizando particularidades y aproximaciones conceptuales “buscando que de esta manera el futuro formador sea el responsable de la transformación social desde la escuela por medio de la enseñanza de prácticas transformadoras aplicables a los diferentes contextos de la geografía nacional” (Pino Perdomo, 2015, p. 22).

 

El ser humano replica la información adquirida a través de su sistema de creencias y valores; es así como ante el carácter variado de la educación ambiental, el reconocer la concepción de educación ambiental de futuros docentes permite evidenciar las concepciones de la relación sociedad-naturaleza, ambiente/ medio ambiente y de educación ambiental en las que serán formadas las futuras generaciones (Moreno-Crespo y Moreno-Fernández, 2015). El conocimiento de las mencionadas visiones y conceptos permitirá también, desde los procesos de formación, la intervención, adaptación y modificación según sea el caso por parte de las autoridades académicas. Es necesario entonces comprender cuál es el concepto del estudiante para poder determinar en qué corriente teórica se enmarca.

 

Para el presente trabajo de investigación, se partió del análisis de los autores a la cartografía de corrientes en educación ambiental planteada por Sauvé (2004) caracterizado desde las categorías de visión de la relación humana con el mundo como lo son la visión antropocéntrica, biocéntrica y ecocéntrica (Foladori, 2005), la concepción de ambiente o medio ambiente, el abordaje de las corrientes a las problemáticas educativo-ambientales, el propósito de formación y las estrategias o modelos pedagógicos:

 

Tabla 1. Caracterización de la Educación Ambiental a partir de la Cartografía de Educación Ambiental

 

Fuente: elaboración propia a partir de Sauvé (2004).

 


 

Materiales y método

 

La presente investigación es de tipo mixta concurrente de corte comprensivo. La metodología de investigación mixta supera las discusiones filosóficas y epistemológicas del diseño de la investigación y se centra en la complementariedad y ventaja de los instrumentos (Salman, 2009 citado en Esquivel et al., 2011). Así mismo, permite

 

(…) neutralizar o eliminar sesgos de determinados métodos cuando éstos se utilizan de forma aislada; que los resultados de un método contribuyan al desarrollo de otros; o que puedan convertirse en una especie de subproceso de otro método, proporcionándole datos sobre diferentes niveles o unidades de análisis. (Rodríguez Gómez y Valldeoriola Roquet, 2012, p. 14)

 

Las unidades de análisis fueron los conceptos de “ambiente”, “Educación Ambiental” y “problemáticas de la educación ambiental”, con una unidad de trabajo de 33 estudiantes de los programas de licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental de tres universidades públicas del país: Universidad de Antioquia -Medellín- (10 estudiantes), Universidad Antonio Nariño -Pasto- (13 estudiantes) y la Universidad del Tolima -Ibagué- (10 estudiantes). Como criterios de inclusión se propusieron: 1. Estudiantes de Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental; 2. Estudiantes entre séptimo y decimo semestre; y 3. Estudiantes cursando sus prácticas educativas con una muestra de 10 a 13 estudiantes por institución.

 

Para la presente investigación se determinó que las técnicas a aplicar serian el cuestionario -teniendo como instrumento la escala Likert- y la técnica de entrevista semiestructurada -teniendo como instrumento los grupos de discusión por institución-. La escala Likert busca dar afirmaciones que reflejen actitudes positivas o negativas con respecto a la concepción de Educación Ambiental para poder, a partir del análisis del instrumento, iniciar un proceso de categorización. La Escala Likert (ver Anexo 1) consta de 27 premisas, siendo la valoración de 1 “completamente de acuerdo” y la valoración de 5 “completamente en desacuerdo”, cada premisa fue validada por pares internacionales. En la escala Likert se plantearon 27 premisas, las primeras 15 premisas con una premisa de relación directa a cada una de las corrientes, las premisas 16 y 17 buscan determinar la importancia del pensamiento crítico y el pensamiento crítico especializado en la Educación Ambiental, de las premisas 18 en adelante se plantean posturas que pueden acercarse a una o varias corrientes. Estadísticamente, los resultados obtenidos a la muestra aplicada fueron analizados con el programa Statistical Package of the Social Sciences (SPSS) presentando un Alpha de Chronbach de 0,817 para las 27 premisas.

 

Tabla 2. Relación de premisas relacionadas a las corrientes educativo-ambientales y abordaje de problemáticas

 

Fuente: elaboración propia.

 

De la premisa 1 a la 15 están relacionadas directamente con el concepto de educación ambiental, mientras las premisas 22 a la 27 fueron sobre el abordaje de las problemáticas de la educación ambiental relacionadas con una o más corrientes.

El análisis correlacional de las respuestas de los estudiantes según el nivel de concordancia con las preguntas pertenecientes a cada corriente de educación ambiental mediante las respuestas a las preguntas relacionadas a cada corriente en una representación gráfica radial permitió inferir concepciones, acercamientos y distanciamientos con las distintas corrientes de la educación ambiental.

 

A su vez, la entrevista semiestructurada a través de los grupos de discusión se enmarca en la metodología de investigación cualitativa en la categoría denominada sesiones en profundidad o grupos de enfoque, trabajando categorías, experiencias o conceptos relativos al planteamiento de la investigación, siendo el centro del interés para el investigador la narrativa colectiva (Hernández Sampieri et al., 2012). Las preguntas del grupo de discusión fueron validadas por los miembros del grupo de investigación en educación ambiental de la Universidad del Tolima G.E.A-UT para luego ser validados por un par externo en el área de la educación y los saberes ambientales En el caso del trabajo de los grupos de discusión, estas sesiones se grabaron y se realizó el respectivo análisis utilizando como técnica el análisis hermenéutico y como forma de representación las redes semánticas. La representación gráfica de las respuestas dadas por cada grupo de discusión mediante el programa Atlas Ti permitió comprender que entienden por ambiente y/o medio ambiente, la relación entre la ecología y la educación ambiental, los objetivos de la educación ambiental, los problemas que abarca la educación ambiental y propuestas de formación en el campo educativo ambiental. El análisis de las representaciones gráficas permitirá inferir acercamientos a las distintas corrientes de educación ambiental.

 

 

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Figura 1. Representación gráfica del diseño metodológico

Fuente: Grupo de Investigación en Educación Ambiental –GEA-. Universidad del Tolima. 2015.

 

 


 

Resultados

 

Fase cuantitativa. Cuestionario

 

Tabla 3. Resultado promedio de premisas relacionadas por universidad

 

Fuente: elaboración propia.

 

En la población de la Universidad de Antioquia existe una fuerte tendencia a la corriente etnográfica –premisa 13 y 21 con promedio de 2,0-; seguido de la corriente holística -premisa 8, 21 y 23 con promedio de 2,1- y la corriente bioregionalista –premisa 8 y 21 con promedio de 2,1-. Luego, la corriente Práxica -premisa 10 y 18 con promedio de 2,0-; y la corriente Crítica -promedio de 2 en la premisa 10 y 18-.

 

La tendencia más fuerte en los estudiantes de Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental, dadas las respuestas a las premisas relacionadas a cada corriente, se encuentran dirigidas a la corriente etnográfica, seguidos de la corriente holística y bioregionalista. También se evidencia una fuerte tendencia a las corrientes Práxica y Crítica.

 

En la población de la Universidad de Nariño, existe una fuerte tendencia a la corriente bio regionalista -premisas 9 y 21 con promedio de 1,3-; seguida de la corriente etnográfica –premisa 13 y 21 con promedio de 1,5-; seguida de la corriente holística -premisa 8, 21 y 23 con promedio de 1,5-. La tendencia más fuerte en los estudiantes de Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental, dadas las respuestas a las premisas relacionadas a cada corriente, se encuentran dirigidas a las corrientes bioregionalista, la corriente etnográfica y la regionalista, respectivamente.

 

En la Universidad del Tolima, existe una fuerte tendencia a la corriente etnográfica -premisas 13 y 21 con promedio de 1,2-; seguida de la corriente bio-regionalista –premisa 9 y 21 con promedio de 1,7-; seguido de la corriente práxica -premisa 10, 18 y 20 con promedio de 1,7-. La tendencia más fuerte en los estudiantes de Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental, dadas las respuestas a las premisas relacionadas a cada corriente, se encuentran dirigidas a las corrientes etnográfica, la corriente bioregionalista y la práxica, respectivamente.

 

 

Figura 2. Relación de premisas relacionadas a las corrientes educativo-ambientales y abordaje de problemáticas en las tres universidades

Fuente: elaboración propia.

 

Fase cualitativa: grupos de discusión

 

Pregunta 1. Usualmente en la educación ambiental se hace referencia a los términos ambiente y medio ambiente ¿Cuál de los dos utiliza, porqué y cómo lo concibe?

 

En la población de la UdeA se puede evidenciar que los estudiantes han sido formados de forma crítica con respecto a la visión de medio ambiente considerándola una redundancia, evidencian el vacío conceptual planteado en la definición de medio ambiente que lo asimila a la naturaleza de forma homóloga, dejando de lado los componentes sociales, culturales, económicos y políticos. Se hace énfasis en el componente medio ambiental como visión reduccionista que predomina en los sistemas educativos tradicionales. De tal manera, se puede determinar que los estudiantes de la universidad de Antioquia conciben el ambiente como una relación cultural y social con la naturaleza.

 

Los estudiantes de la UdeNAR poseen posturas indiferenciadas entre medio ambiente y ambiente, equiparándolos a un mismo nivel o planteando el uso del concepto no posee ninguna carga semántica o de visión del mundo. Algunos plantean que conocen la diferencia, pero la usan de forma indistinta. Algunos plantean que el adjetivo de medio es fraccionante y redundante. Finalmente, otros consideran el ambiente como el término adecuado dado que interrelaciona o correlaciona la sociedad y la naturaleza.

 

Los estudiantes de UT plantean el término ambiente como contradictorio al término medio ambiente, la definición de medio ambiente plantea un vacío conceptual que los conlleva a cuestionarse sobre el otro medio componente, a su vez ven el medio ambiente como un concepto redundante y centrado en el ámbito biológico. Los estudiantes conceptualizan el ambiente como la relación de componente social y natural mediado por sus interacciones en una relación naturaleza, sociedad y cultura.

 

Pregunta 2: ¿Qué diferencias y relaciones encuentra entre Ecología y Educación Ambiental?

 

Los estudiantes de la UdeA diferencian claramente que la Ecología favorece y cumple un papel importante en la educación ambiental. Sin embargo, no es educación ambiental. Ellos reconocen la ecología como una disciplina que fortalece la educación ambiental y la fundamenta, pero clarifican que la ecología no es la totalidad en la educación ambiental; hacen énfasis en que como componente debe interrelacionarse para no convertirse en una visión ecologista basada en los recursos y la naturaleza sin tener en cuenta las interacciones sociales y naturales viéndolas como una totalidad.

 

Los estudiantes de UdeNAR diferencian claramente la Ecología de la educación ambiental. Plantean que la ecología es el saber relacionado al entorno vivo, el estudio del comportamiento animal, los animales, la naturaleza y los hábitats, así como la interrelación e interacción entre los factores bióticos y abióticos. A su vez, plantean que la educación ambiental es un proceso de cuidar y entender nuestro entorno abarcando lo social y natural, así como la postura de enfrentar problemas ambientales por medio de la acción.

 

Los estudiantes de UT encuentran diferencias claras entre Ecología y educación ambiental. Plantean la ecología como una ciencia que estudia las relaciones de la naturaleza, los ecosistemas y la vida, relacionan la ecología con la educación ambiental desde el abordaje de las problemáticas ambientales de la ecología como ciencia. Plantean la educación ambiental como el proceso de reflexión social para la naturaleza, como acción práctica para mejorar las interrelaciones.

 

Pregunta 3: ¿Cuáles considera usted son los objetivos de la educación ambiental?

 

Los estudiantes de la UdeA plantean como objetivos comprender las dinámicas y relaciones entre lo natural y lo social. También se plantea la formación para la transformación del comportamiento, mejorando nuestra relación con el entorno y con el otro. Se evidencia un componente holístico en el sentido de buscar la relación de los distintos tipos de conocimiento para la formación personal a través de la educación basada en la transversalidad e interdisciplinariedad. Se evidencia en el grupo de discusión un fuerte desarrollo en el pensamiento crítico como habilidad dirigida a la reflexión.

 

En los estudiantes de UdeNAR existen varias tendencias marcadas a considerar en los estudiantes con respecto a lo que consideran los objetivos de la educación ambiental. La primera tendencia plantea que su objetivo es la reducción de contaminación, emisiones, derivados del petróleo, el uso adecuado del reciclaje y el cumplimiento de tratados internacionales. Otra vertiente plantea la formación integral entre disciplinas como la biología, la química y la física con la economía y el dialogo de saberes. Se evidencia a su vez la generación de conciencia como un objetivo y el desarrollo de estrategias que permitan encontrar equilibrio en la relación sociedad naturaleza.

 

Los estudiantes de UT plantean como objetivos de la educación ambiental el proceso de formación relacionando y formando en la relación sociedad naturaleza desde diversos ámbitos, fundamentos y disciplinas, reconceptualizando términos como ambiente y formando en consumo responsable y la toma de decisiones consciente.

 

Pregunta 4: Todo campo de conocimiento tiene un conjunto de problemas ¿Cuáles considera usted son los principales problemas que abarca la educación ambiental?

 

Los estudiantes de la UdeA identifican como problema de la educación ambiental la falta de divulgación del conocimiento, así como la falta de continuidad en los procesos de formación que, ante su ausencia, caen fácilmente en activismos ambientales. Manifiestan como problema de la educación ambiental la mirada escolarizada invisibilizando los procesos de formación fuera del aula. Evidencian también posturas positivistas que se le ha dado a la educación ambiental desde ciencias como la biología y la ecología. A su vez, resaltan que esa mirada desde una sola ciencia o disciplina –matemáticas, física, química- no permite el actuar interdisciplinarmente y potenciar los desarrollos de la educación ambiental. Resaltan a nivel escolar el problema de cargar la educación ambiental solo a los docentes del área de ciencias naturales. Mencionan a su vez problemas curriculares a nivel de básica y media como a nivel universitario partiendo de la falta de conceptualizar y definir el tipo de educación ambiental en el que se va a formar teniendo en cuenta contextos culturales, geográficos y sociales.

 

En los estudiantes de UdeNAR se evidencian varias posturas con respecto a cuales son considerados los principales problemas de la educación ambiental la indiferencia y el desconocimiento, el trabajo en educación ambiental relegado exclusivamente al aula y a los docentes del área de ciencias naturales, la desarticulación estatal e institucional de las escuelas, la ausencia de reflexión y pensamiento crítico y la falta de actividades en procesos de formación, también se aduce por algunos estudiantes a la falta de conexión con problemas sociales como la pobreza.

 

Los estudiantes de UT plantean como problemas de la educación ambiental la falta de incidencia de la formación ambiental en las políticas estatales relacionadas al extractivismo, el consumo y el desarrollo, la falta de interdisciplinariedad en los componentes educativo-ambientales y las visiones reduccionistas a partir de discursos como el desarrollo sostenible, la sustentabilidad y el ambiente. Finalmente, plantean como problemática la formación reducida de los futuros educadores en educación ambiental.

 

Pregunta 5: Qué perspectiva de la EA considera más adecuada: ¿educación ambiental o Educación para el Desarrollo Sostenible?

 

En la población de la UdeA existen dos visiones contrarias al poner a consideración de los estudiantes el término de “educación ambiental” y “Educación para el Desarrollo Sostenible”. En primera instancia, algunos estudiantes plantean que el termino educación ambiental es más adecuado dado su amplio espectro de aplicación, otros ponen en duda el termino sostenible y sustentable y consideran que se hace necesario saber desde qué autores se propone o conceptualizan el término. Plantean el desarrollo sostenible como un maquillaje para el desarrollo y fines netamente económicos. Sin embargo, algunos estudiantes plantean que sí puede existir una educación ambiental que permita el Desarrollo Sostenible siempre y cuando exista de por medio un pensamiento crítico y reflexivo que permita determinar los objetivos del Desarrollo Sostenible.

 

Con respecto a la consideración de tendencia más adecuada en los estudiantes de la UdeNAR, hay una clara inclinación a la Educación para el Desarrollo Sostenible planteando la búsqueda de equilibrio y el papel práctico que cumple, los estudiantes consideran la educación ambiental como un discurso teórico sin metas claras que ha caído en el activismo y no sobrepasa los límites hacia un ejercicio práctico y sistemático, mientras la educación ambiental para el desarrollo sostenible sí lo ha logrado.

 

Los estudiantes de UT consideran inadecuada la educación para el desarrollo sostenible al considerar que tienen un enfoque predominantemente económico y político basado en el discurso del desarrollo con soluciones a corto plazo. Consideran la educación ambiental como una opción más integral que comprende lo social y lo natural.

 

Pregunta 6: Como futuro docente, ¿Cómo llevaría a cabo los procesos educativos ambientales para que cumplan con su objetivo?

 

Los estudiantes de la UdeA plantean la visualización del PRAE al interior de la institución, convirtiéndolo en un proyecto de las comunidades educativas y superando la visión simplista de documento institucional; la perspectiva de los PRAE debe superar los muros de la institución convirtiéndose en PROCEDA. El componente de proyectos sociales a partir de problemas específicos aplicados a contextos particulares también se evidencia en las respuestas. Se plantea a su vez la formación en educación ambiental a docentes de todas las áreas para lograr el trabajo interdisciplinar. Finalmente, subyace la importancia de una formación política y participativa para generar impactos reales en los proyectos ambientales.

 

Los estudiantes de UdeNAR, en cuanto a procesos educativos para el cumplimiento de los objetivos de la educación ambiental, plantean metodologías de trabajo en equipo y colaborativo incluyendo a todos los actores de la problemática a abordar. También proponen la formación sólida en el componente teórico y el ejercicio de la conceptualización, a su vez se plantean técnicas discursivas como el debate y la discusión argumentativa, salidas de campo, el juego como estrategia, la articulación con las distintas áreas del conocimiento, una relación de aprendizaje de doble vía, la toma de conciencia, actividades con un fin y la educación por proyectos.

 

Los estudiantes de UT plantean una visión integrada que supere la separación sociedad/naturaleza y el avance de los conocimientos teóricos a los prácticos de forma contextualizada. Evidencian el pensamiento crítico como una habilidad necesaria a desarrollar para poder formar a pensar críticamente. A su vez se plantea la necesidad de la aplicación de una pedagogía del ejemplo basada en la coherencia entre la dicción y la acción. Finalmente, se plantea que el docente debe ser creativo desde su autonomía para la formación de las nuevas generaciones.

 


 

Discusión

 

Respecto al concepto de ambiente o medio ambiente se evidencia claramente que en las tres universidades estudiadas el ambiente es asumido como una relación entre la sociedad y la naturaleza mediada por la cultura (Galafassi, 2005; González Gaudiano, 1999; Valencia Cuellar y González Ladrón de Guevara, 2013; Morales-Jasso, 2016) dirigiéndose a una concepción de ambiente enfocada en el análisis interdisciplinario que estudia las relaciones entre las formaciones sociales y los ecosistemas (Ángel Maya, 2003). Este hallazgo permite evidenciar la superación de visiones reduccionistas del medio ambiente propias de visiones antropocéntricas y de la concepción de ambiente como objeto o como sistema.

 

Respecto a las visiones de la relación sociedad-naturaleza, se puede evidenciar que existe una visión predominantemente ecocéntrica en la Universidad de Antioquía y la Universidad de Nariño, y en menor medida en la Universidad del Tolima. En la Universidad de Antioquia predominan visiones ecocéntricas del desarrollismo fuerte con tendencia a la justicia ambiental relacionando a la distribución, al reconocimiento, la inclusión y las capacidades de poblaciones vivientes incluyendo comunidades y ecosistemas (Schlosberg, 2011), y el ecologismo profundo planteando la igualdad biosférica, aplicando principios territoriales y espacios vitales, retomando el principio de diversidad (Naess, 2007); mientras en la Universidad de Nariño se mantienen visiones propias del evangelio de la ecoeficiencia basada en la modernización ecológica, curvas ambientales de crecimiento de la contaminación a la espera de un posterior decrecimiento e internalización de las externalidades (Espinosa González, 2012). Es de destacar que en la Universidad de Nariño seguida de la visión ecocéntrica se evidenció una fuerte tendencia antropocéntrica. En la Universidad del Tolima prevalece una visión biocéntrica dirigida al biocentrismo moderado el cual favorece de manera facultativa unas especies vivas sobre otras dependiendo de su papel en un sistema cultural, político o ideológico (Lecaros, 2009). Los resultados obtenidos nos permiten evidenciar que en la población estudiada la visión antropocéntrica empieza a ser superada por visiones ecocéntricas y biocéntricas reconociendo el papel del ser humano en el ecosistema -no como el todo o fin mismo- y revalidando el papel de los otros seres vivos en la naturaleza.

 

Respecto a la concepción de educación ambiental, con base en lo obtenido por los instrumentos, se logró determinar que en la Universidad de Antioquia predominan características de las corrientes: etnográfica, holística y bioregionalista; en la Universidad de Nariño las corrientes bioregionalista, etnográfica y holística, y en la Universidad del Tolima las corrientes: etnográfica, bioregionalista y práxica. Los resultados obtenidos evidencian transformaciones conceptuales en las visiones tradicionalmente hegemónicas de educación ambiental en estudiantes de Licenciatura en Ciencias Naturales en formación como lo son la corriente tradicionalista, conservacionista, resolutivo, humanista y naturalista (Rodríguez y Tamayo, 2011).

 

También se puede concluir qué si bien es cierto existe un cambio conceptual al interior de las concepciones de cada universidad al relacionarla con las problemáticas educativo-ambientales, hay un acercamiento entre las concepciones de los estudiantes de las tres universidades reflejando niveles de concordancia en al menos dos corrientes: etnográfica basada en la interrelación simbiótica con el ambiente en un ejercicio de respeto y comprensión del medio desde la cultura a través de la exploración del medio, y bioregionalista: teniendo en cuenta problemáticas propias del contexto inmediato a partir de conocimiento geográfico y ecosistémico y la apropiación del territorio.

 

El mencionado acercamiento de las tres universidades con las corrientes etnográfica y bioregionalista permite evidenciar que se han generado trans-formaciones a nivel de educación ambiental superior dirigidas a “posibilitar unas bases epistemológicas sólidas así como un conocimiento de las causas sociohistóricas de los problemas ambientales para comprender la complejidad ambiental (…) y mediante esta comprensión llevar luego una toma de decisión más integral y responsable con el entorno natural” (Eschenhagen, 2016, p. 80).

 


 

Conclusiones y recomendaciones

 

En los estudiantes de últimos semestres de la Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental de la Universidad de Antioquia, la Universidad de Nariño y La Universidad del Tolima se evidencian diferentes concepciones de educación ambiental.

 

Los estudiantes de la Universidad de Antioquia consideran como problemáticas educativo-ambientales la baja divulgación del conocimiento, el activismo, la discontinuidad en los procesos, la escasa interdisciplinariedad y la descontextualización de las problemáticas ambientales. Para los estudiantes de la Universidad de Nariño las principales problemáticas educativo-ambientales son la falta de conocimiento, la exigüidad de procesos aplicativos prácticos, la desarticulación, la poca interdisciplinariedad, la ausencia de formación en pensamiento crítico y la pobreza. En la Universidad del Tolima los estudiantes consideran que las principales problemáticas educativo-ambientales son la falta de incidencia en las políticas públicas relacionadas al extractivismo, el desarrollo y el consumo responsable, la reducida interdisciplinariedad y la precaria formación a los docentes. Se puede concluir que los estudiantes de las tres universidades identifican en común la falta de interdisciplinariedad como una problemática educativo ambiental.

 

Respecto a los objetivos de la educación ambiental, los estudiantes de la Universidad de Antioquia consideran que los principales objetivos son la comprensión del ambiente y la formación para la transformación. En la Universidad de Nariño, los estudiantes consideran que los principales objetivos son la reducción de los efectos nocivos de la humanidad sobre la naturaleza, la formación integral y la generación de conciencia. Para los estudiantes de la Universidad del Tolima, los principales objetivos de la educación ambiental son la formación, el consumo responsable y la toma de decisiones, así como el pensamiento crítico. Las tres universidades coinciden en que uno de los objetivos de la educación ambiental debe ser el proceso de formación.

 

Los estudiantes de la Universidad de Antioquia consideran que las principales estrategias de formación en educación ambiental son el Proyecto Ambiental Escolar (PRAE), la socialización y aplicación de estrategias, generación de espacios de dialogo, el trabajo en y con la comunidad y la contextualización de las problemáticas. Los estudiantes de la Universidad Antonio Nariño consideran como estrategias de formación en educación ambiental el trabajo en equipo, las mesas redondas, los debates y discusiones, las salidas de campo, la lúdica, la interdisciplinariedad, la educación por proyectos, el aprendizaje en contexto y la conceptualización. En la Universidad del Tolima, los estudiantes consideran que las estrategias de formación en la educación ambiental deben partir de una formación teórico- práctica adecuada, la educación en contexto, la pedagogía del ejemplo y el desarrollo del pensamiento crítico. Las tres universidades coinciden la contextualización como estrategia de formación.

 

Respecto a las concepciones de educación ambiental, en las tres universidades existen distintos acercamientos y alejamientos. En las concepciones naturalista, conservacionista/recursista científica, moral/ética, holística práxica y critica se evidencia un fuerte acercamiento entre lo planteado por los estudiantes de la Universidad de Nariño y la Universidad del Tolima, dirigido a la concordancia con las posturas conceptuales de la corriente y evidenciándose un claro distanciamiento con la posición de los estudiantes de la Universidad de Antioquia. En las concepciones humanista, etnográfica y de eco-educación se manifiesta un fuerte acercamiento entre lo planteado por los estudiantes de la Universidad de Antioquia y la Universidad de Nariño, evidenciándose un claro distanciamiento con el posicionamiento teórico de los estudiantes de la Universidad del Tolima. En la concepción bioregionalista, se muestra un fuerte acercamiento entre lo planteado por los estudiantes de la Universidad del Tolima y la Universidad de Antioquia. Solo en la corriente resolutiva se exhibe un notable acercamiento entre lo planteado por los estudiantes de las tres universidades. En las corrientes Feminista y de desarrollo sostenible/sostenibilidad se ven distanciamientos entre las posturas conceptuales de las tres poblaciones de estudiantes.

 

Al relacionar las concepciones de educación ambiental con las problemáticas ambientales los acercamientos y distanciamientos en las tres universidades varían.

En las concepciones sistémica, moral/ética, práxica, crítica y eco-educación se refleja un fuerte acercamiento entre lo planteado por los estudiantes de la Universidad de Nariño y la Universidad del Tolima, dirigido a la concordancia con las descripciones conceptuales de la corriente y evidenciándose un claro distanciamiento con la postura de los estudiantes de la Universidad de Antioquia. En la corriente feminista se evidencia un acercamiento entre la Universidad de Antioquia y la Universidad de Nariño evidenciándose un distanciamiento con la postura de los estudiantes de la Universidad del Tolima. En las corrientes Naturalista, conservacionista/recursista, científica, humanista, holística, bioregionalista, etnográfica y sostenibilidad/sustentabilidad se evidencian distanciamientos entre las posturas conceptuales de las tres poblaciones de estudiantes.

 

Tabla 4. Resumen y análisis comparativo

 

Fuente: elaboración propia.

 


 

Potencial conflicto de intereses

 

Se declara que la presente investigación no presenta conflicto de intereses con respecto a otros autores y/o colaboradores, la investigación está enmarcada en el proyecto “Concepciones de educación ambiental en estudiantes de últimos semestres de la licenciatura en educación básica con énfasis en ciencias naturales y educación ambiental” código 570120516, y es producto del trabajo de grado de Maestría en Educación Ambiental del Mg. Felipe Mauricio Pino Perdomo. Los resultados aquí obtenidos son producto de las fases realizadas por los autores.

 


 

Fuentes de financiación

 

Convocatoria 002 de 2015 de la Oficina de Investigaciones de la Universidad del Tolima.

 

 


 

Referencias

 

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1 Mg. en Psicopedagogía y Mg. en Educación Ambiental. Docente tiempo completo Corporación Universitaria Minuto de Dios-UNIMINUTO, Ibagué, Tolima, Colombia. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

 

2 Mg. en Educación Ambiental. Docente catedrático Universidad del Tolima, Ibagué, Tolima, Colombia. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

 


 

Anexo 1. Formulario Concepciones de Educación Ambiental

El presente formulario pretende indagar acerca de sus ideas sobre la Educación Ambiental. Lea atentamente la afirmación y seleccione su nivel de acuerdo teniendo en cuenta que:

 

1. Totalmente de acuerdo (T.A)

2. De acuerdo (D.A)

3. Neutral (N)

4. En desacuerdo (E.D)

5. Totalmente en desacuerdo (T.D) 

 


 

Para citar este artículo: Pino Perdomo, F. M. y Gálvez Cubides, D. J. (2021). Concepciones de educación ambiental en estudiantes de licenciatura en tres universidades de Colombia. Revista Luna Azul (On Line), 53, 92-112. https://doi.org/10.17151/luaz.2021.53.6

 


 

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Análisis de los factores de riesgo que vulneran los derechos humanos de las mujeres mineras de subsistencia y de pequeña escala de oro: estudio de caso, California, Santander

 

Julie Alejandra Cifuentes Guerrero 1,  Leonardo Güiza Suarez1  

 

Recibido: 17 marzo 2020 Aceptado: 16 febrero 2021 Actualizado: 27 junio de 2021

 

DOI: 10.17151/luaz.2021.53.4

 

Resumen

 

En Colombia, las mujeres que trabajan en la minería de subsistencia y de pequeña escala de oro se encuentran en una situación de riesgo y desprotección. Bajo este escenario, la investigación que aquí se presenta tuvo como objetivo analizar los factores a los que están expuestas y que pueden vulnerar sus derechos humanos. Para lograr lo anterior, a través de un enfoque cualitativo, se realizó un muestreo teórico de testimonios de mujeres mineras de diferentes municipios de Colombia, así como trabajo de campo en California, Santander, una localidad de tradicionalidad minera, bajo la metodología Investigación-Acción-Participación, lo que permitió identificar y evaluar las situaciones que pueden trasgredir lo que la Corte Constitucional ha desarrollado respecto de un grupo de derechos analizado. Los resultados reportan que los factores de riesgo a los que están expuestas las mujeres que realizan este tipo de minería en Colombia dependen de la historia y cultura del territorio en el que se lleve a cabo la actividad, e incluyen la violencia de género, el conflicto armado, la minería ilegal mecanizada, las concesiones mineras otorgadas en territorio de comunidades étnicas, entre otros aspectos, que pueden vulnerar derechos de este grupo poblacional como la discriminación en razón del sexo, el mínimo vital, el libre desarrollo de la personalidad, etc.

 

Palabras clave: derechos humanos, enfoque de género, minería de subsistencia mujer.

 

Analysis of risk factors that infringe human rights of subsistence and small-scale gold miner women: case study, California, Santander

 

Abstract

 

Women who work in subsistence and small-scale mining in Colombia are in a situation of risk and lack of protection. In this scenario, the research presented here aimed at analyzing the factors to which they are exposed that may infringe their human rights. To achieve the above, a theoretical sampling of testimonies of female miners from different municipalities of Colombia was carried out through a mixed approach which systematically integrated qualitative and quantitative methods, as well as field work in the traditionally mining municipality of California, Santander, using the Research-Action-Participation methodology, which allowed identifying and evaluating the situations that may transgress what the Constitutional Court has developed regarding a group of rights analyzed. The results report that the risk factors which women who work in this type of mining in Colombia are exposed to depend on the history and culture of the territory in which the activity takes place, and include gender-based violence, armed conflict, illegal mechanized mining, mining concessions granted in the territory of ethnic communities, among other aspects, which may violate the rights of this population group such as discrimination on the basis of sex, the minimum vital, the free development of personality, etc.

 

Keywords: human rights, gender approach, female subsistence mining

 

 


 

Introducción

 

Desde principios del siglo XXI, el Estado colombiano ha incorporado un modelo de desarrollo económico basado en el extractivismo (Göbel y Ulloa, 2014), con especial interés en los sectores minero-energético, que le permita aumentar su crecimiento económico e ingresar a los mercados internacionales. Lo anterior, se evidenció en el Plan Nacional de Desarrollo (2010-2014), que concibió la minería como una de las cinco locomotoras para el desarrollo del país, impulsada por el incremento significativo de capitales extranjeros a la economía nacional.

 

A pesar de que el Estado concibe la minería legal como un motor para generar desarrollo económico y bienestar social, esta actividad es considerada por las comunidades como promotora de conflictos y fuente de violaciones a los derechos humanos. Así lo reporta la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), al señalar que el 80 % de las violaciones a los derechos humanos que ocurren en Colombia se presentan en los municipios mineros-petroleros; el 87 % del desplazamiento forzado ocurre en estos lugares y el 78 % de los crímenes contra sindicalistas, el 89 % contra indígenas y el 90 % contra afrodescendientes, se cometen en zonas con presencia de proyectos minero-energéticos (OCHA, 2013). Lo anterior, ha generado resistencia social al desarrollo de esta actividad, principalmente por los impactos socioambientales que ocasiona.

 

En cuanto a su dimensión, la minería en Colombia aún es muy incipiente y se lleva a cabo principalmente a pequeña escala. De acuerdo con el censo minero (2011), del total de minas existentes en el país (14.357), el 72 %, son pequeñas, el 26 % medianas y el 1% grandes. Gran parte de esta pequeña minería no cuenta con el correspondiente título minero (66 %), lo que permite catalogarla como ilegal  (Ministerio de Minas y Energía, 2011).

 

La minería ilegal es la responsable de un alto porcentaje de las cifras de vulneración a los derechos humanos y de los conflictos ambientales que se presentan en el país. De acuerdo con el Atlas de Justicia Ambiental, en Colombia existen 129 conflictos ambientales reportados, de los cuales el 37,5 % se relacionan con la minería (Environmental Justice Atlas, 2016), muy probablemente ilegal. Particularmente, los pueblos indígenas, las comunidades afrocolombianas y campesinas son quienes más han sufrido los impactos del extractivismo legal e ilegal, como lo muestran los numerosos pueblos indígenas y tribales que han acudido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para denunciar la afectación a sus derechos como consecuencia de la implementación de proyectos de esta naturaleza (CIDH, 2015).

 

Dentro de estos grupos, las mujeres son especialmente vulnerables, pues históricamente han sido explotadas, oprimidas y excluidas, debido al modelo capitalista-imperialista y patriarcal que ha dominado la sociedad (Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, 2015), marcado por una distribución desigual de derechos, oportunidades y responsabilidades entre hombres y mujeres (Bermúdez et al., 2014).

 

En Colombia, dado el carácter pluriétnico y multicultural del territorio, la participación de la mujer en la minería se presenta de manera diferenciada, lo que permite comprender el nivel de reconocimiento de su labor en esta actividad y la reivindicación de sus derechos. Del total de empleos directos que genera la minería con y sin título en el país (102.742), las mujeres ocupan el 5,03 %. Caquetá, Chocó y Casanare son los departamentos con mayor participación de la mujer en la minería, siendo las Unidades de Producción Minera (UPM) de oro en las que más se encuentran mujeres trabajando. De este porcentaje, el 8 % realiza labores ejecutivas, el 45 % servicios administrativos y el 47 % actividades operativas. Al respecto, el 72 % de las mujeres mineras que lleva a cabo labores operativas las realiza en pequeñas minas sin el correspondiente título minero (Ministerio de Minas y Energía, 2011), lo que indica que la gran demanda de trabajo para la mujer en el sector se produce en la pequeña minería ilegal.

 

Respecto a la minería de subsistencia y de pequeña escala, que no fue incluida en el censo minero (2011), por definición es legal y no requiere título minero para su realización siempre que se realice de manera manual. Quienes llevan a cabo este tipo de minería deben registrarse en el Registro Único de Comercializadores de Minerales (RUCOM), de acuerdo con el cual, a agosto de 2019, se habían registrado 81.482 barequeros, de los cuales las mujeres representan el 4 5% y los hombres el 55 % y 5.432 chatarreros, siendo el 43 % mujeres y el 57 % hombres. El departamento de Antioquia concentra el 90,2 % de las mujeres que se desempeñan como chatarreras en el país, seguido del Cauca con el 5,5 %. En lo que respecta a las barequeras, en los departamentos de Nariño, Valle, Chocó y Cauca, las mujeres superan en porcentaje a los hombres con una proporción de 55 % en Nariño y Valle, 54 % en el Chocó y 51 % en el Cauca (Agencia Nacional de Minería [ANM], 2019a).

 

Las cifras anteriores corroboran que la fuerza laboral femenina en esta actividad se presenta en su gran mayoría en las actividades con menor nivel de tecnificación, más informales y que se realizan con mayor esfuerzo físico, en las cuales persisten situaciones de desigualdad de género (Güiza, 2013); es más frecuente el desarrollo de actividades delictivas (CREER, 2016) y de formas de violencia contra la mujer como la sexual (Tobón Olarte, 2015, p. 18) y la económica (Barón, 2013); lo que aumenta la vulneración de sus derechos humanos.

 

De otro lado, se ha evidenciado que existen pocas investigaciones sistemáticas que identifiquen los factores de riesgo a los que se encuentran expuestas las mujeres mineras que pueden afectar sus derechos humanos, pese a los riesgos y vulneraciones a los que están expuestas (Ulloa, 2016). Investigaciones en esta materia señalan, de manera general, que las situaciones de violencia y desplazamiento forzado como consecuencia de la presencia de minería ilegal y conflicto armado constituyen graves violaciones a los derechos humanos que afectan especialmente a las mujeres (CREER, 2016).

 

Teniendo en cuenta este escenario, con esta investigación, se identificaron y analizaron los factores de riesgo a los que están expuestas las mujeres mineras en Colombia que pueden vulnerar sus derechos humanos. Para desarrollar sus objetivos, el artículo se divide en cuatro secciones. En la primera, se presenta un breve contexto de la participación de la mujer en la minería en Colombia; en la segunda se muestran los resultados del trabajo de campo realizado con mujeres mineras del municipio de California, Santander, así como los factores de riesgo identificados a partir de un muestreo teórico de casos documentados en el país; en la tercera se detalla el análisis y la discusión de resultados, haciendo énfasis en los derechos de las mujeres mineras que pueden ser vulnerados. Finalmente, en la cuarta, se presentan las conclusiones del estudio como un aporte para la formulación de políticas públicas con enfoque de género en el sector minero en Colombia.

 


 

Materiales y métodos

 

Este artículo es producto de una investigación cualitativa, exploratoria y descriptiva, que integró el método de Investigación-Acción-Participativa, con el fin de identificar y comprender de manera holística la relación causal entre las situaciones a las que están expuestas las mujeres que realizan actividades de minería de subsistencia y de pequeña escala de oro en Colombia y la vulneración de sus derechos humanos. Contempla un alcance exploratorio/descriptivo, ya que su objetivo busca mostrar una realidad poco investigada en el país. De manera transversal, se utilizaron los enfoques de género y de derechos humanos, como herramientas para analizar múltiples dimensiones en las cuales una situación está ligada a la vulneración de los derechos humanos del grupo poblacional analizado.

 

La identificación de los factores de riesgo se abordó de manera inductiva, es decir, describiendo las situaciones a las que están expuestas las mujeres mineras en contextos culturalmente diferenciados, como los que se presentan en comunidades afrocolombianas, indígenas, campesinas y grupos no minoritarios, para luego hacer una aproximación y establecer, de manera general, las situaciones a las que están expuestas en Colombia que pueden vulnerar sus derechos humanos.

 

Para determinar lo anterior, se realizó un muestreo teórico de casos documentados que evidencian situaciones particulares sobre la vida de las mujeres mineras en diferentes municipios del país. Para establecer si un factor de riesgo vulnera los derechos humanos de este grupo poblacional, se realizó una revisión jurisprudencial de lo que la Corte Constitucional ha desarrollado respecto al derecho analizado. Los resultados del análisis anterior fueron contrastados con la realidad que viven las mujeres mineras del municipio de California, Santander, para lo cual se desarrollaron cuatro talleres durante los meses de septiembre y octubre de 2019, en los que se abordaron temas de género, violencia y derechos humanos. El método utilizado en las sesiones de trabajo fue Investigación-Acción-Participación, el cual permitió el aprendizaje colectivo sobre la vida productiva y reproductiva de las mujeres que realizan minería de subsistencia y de pequeña escala en el citado municipio, así como también identificar los factores de riesgo a los que están expuestas.

 

Por otra parte, se aplicaron encuestas y entrevistas semiestructuradas a las mujeres mineras de oro de California, Santander con el fin de obtener información acerca de su situación socioeconómica, familiar, cultural, trayectoria en la actividad, entre otros aspectos. El tipo de muestra utilizado obedece a una muestra no probabilística teórica o conceptual, en la cual la elección de los elementos depende de las características de la unidad de análisis seleccionada (Hernández-Sampieri et al., 2006), razón por la cual la investigación no partió de un número preestablecido de actores a encuestar y/o entrevistar.

 


 

Resultados

 

Participación de las mujeres en la minería en Colombia

 

En Colombia, al igual que en algunos países de América Latina, la participación de las mujeres en la minería se encuentra influenciada por factores culturales y sociales, como la creencia popular de la mala suerte sobre la producción minera que trae contar con mujeres laborando en las minas (Soraire et al., 2013); la condición consustancial ampliamente aceptada en la sociedad de la mujer como responsable de las labores domésticas y de crianza (Soto, 2011); la subjetividad con respecto a las capacidades físicas e intelectuales que se le atribuyen al sexo femenino (Satefanovic y Saavedra Alvayay, 2016); los conflictos que trae la presencia de mujeres en el ámbito laboral minero (Jiménez et al., 2014) y la poca disposición de las empresas mineras de contratar mujeres, porque en algunos casos consideran que “salen más caras” y “hacen menos” (CREER, 2016).

 

Lo anterior ha generado que las mujeres que optan por la minería como medio de sustento lo hagan de manera informal, lo cual no les permite acceder a estabilidad laboral, seguridad social, protección a riesgos laborales, entre otros aspectos, esenciales para desarrollar la actividad de manera segura y digna. Esta situación ha aumentado los índices de pobreza de las mujeres mineras, las situaciones de violencia y la discriminación en los ámbitos político y laboral, haciendo que se ignoren sus necesidades y se vulneren sus derechos (Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, 2015).

 

Las diferentes formas de apropiación cultural del territorio colombiano definen el rol que desempeña la mujer en la minera. En este sentido, Cifuentes y Güiza (2021), diferencian cuatro grupos en los que la mujer participa en esta actividad en Colombia: comunidades afrocolombianas, campesinas, indígenas y grupos no minoritarios.

 

En comunidades afrocolombianas, históricamente las mujeres se han desempeñado como barequeras, este oficio es trasmitido de generación en generación, sin distinción de sexo (Carabalí-Viveros y Ladino-Mosquera, 2014). Para estas mujeres, la minería de subsistencia y de pequeña escala, principalmente de oro, forma parte de su ancestralidad, pues ha estado vinculada a sus vidas desde la Colonia (Mina et al., 2015) y además, se constituye como una herramienta de lucha y resistencia en defensa del territorio heredado, lo que les permite conservar su identidad y tradición (Bernasconi, 2014). Allí, las mujeres ejercen con libertad y liderazgo la minería (Posso Quiceno, 2010) y se caracterizan por una fuerte organización social que se opone a la minería a gran escala (Blanco, 2017) y defienden su territorio de la minería ilegal, lo que les ha permitido materializar su derecho al trabajo (Quiroga, 2014) e instaurar acciones legales para hacer valer su derecho fundamental a la consulta previa.

 

Por su parte, en comunidades campesinas, la falta de oportunidades laborales y las situaciones de conflicto, características de los entornos rurales, han impulsado a las mujeres a desarrollar actividades de chatarreo y guaquería para satisfacer sus necesidades (ONU Mujeres, 2016). Una situación similar ocurre en los grupos no minoritarios de algunos municipios de Nariño, Antioquia y Santander, en los que las mujeres, a diferencia de las comunidades afrocolombianas, no ejercen la minería con autonomía y libertad, pues la recolección de los minerales está limitada por la oportunidad que los mineros les proporcionen para ingresar a los lugares de explotación (Carabalí-Viveros y Ladino-Mosquera, 2014).

 

En estos dos grupos, las mujeres optan por la minería como forma de vida, porque consideran que es la única fuente de trabajo y además, les permite tener flexibilidad de horarios para realizar las actividades del cuidado, pues una gran parte de ellas son madres cabeza de familia (CREER, 2016). Recientemente, estas mujeres se han organizado en asociaciones y cooperativas que buscan, además del reconocimiento de la actividad y mejores garantías laborales (Quiroga, 2014), nuevas oportunidades de sustento alternas a la minería (ONU Mujeres, 2016) que les permitan aumentar su autonomía y mejorar su calidad de vida, aunque siempre dentro de un universo de precariedad.

 

En comunidades indígenas, la inserción de las mujeres en la minería es un hecho reciente, debido al rol ancestral que se les ha asignado como garantes de la seguridad alimentaria, ya que son precisamente ellas las que tienen conocimiento sobre la agrobiodiversidad. Sin embargo, como consecuencia de factores como la pérdida de la economía de sustento, la destrucción de formas tradicionales de vida comunitaria y especialmente, la presencia de minería ilegal, las mujeres se han impulsado a involucrarse en la cadena de valor minera, ya sea en labores operativas o de recolección, principalmente de oro, o en actividades accesorias como el lavado de ropa o la provisión de alimentos para los mineros (Rodríguez y Rubiano, 2016). De acuerdo con Rodríguez, 2013, inclusive, algunas mujeres indígenas se han visto empujadas a la prostitución en los entornos mineros, actividad que según ellas se ha convertido en una fuente de ingreso “digna” (Rodríguez, 2013).

 

Así las cosas, la participación de las mujeres en la minería en Colombia se puede considerar como una inclusión altamente desigual (Ulloa, 2014), ya que históricamente ha sido una actividad caracterizada por estereotipos de género y altos niveles de asimetría, en la que enfrentan prejuicios frente a su capacidad física e intelectual y frente a ganarse el respeto de los hombres mineros para ejercer esta actividad (Soraire et al., 2013). A pesar de que en Colombia las mujeres son mineras desde épocas de la Colonia, solo hasta 2018, a través de la Resolución 40796, el gobierno colombiano adoptó la Política en Derechos Humanos del Sector Minero Energético, la cual incorpora el enfoque diferencial para la promoción, protección y garantía de los derechos humanos de las mujeres en este sector.

 

Mujeres mineras del municipio de California, Santander

 

Las mujeres que realizan minería de subsistencia y de pequeña escala de oro en el municipio de California-Santander, partícipes de esta investigación, se encuentran en un rango de edad de 34 a 75 años. El 45 % presenta un grado de escolaridad bajo, alcanzando estudios de primaria, el 27 % cuenta con media secundaria y tan solo el 9 % alcanza el nivel de bachiller. Solo el 18 % de las participantes ha recibido formación técnica sobre minería, específicamente en temas de exploración de oro y uso de mercurio.

 

La modalidad minera más común que realizan en este municipio es el barequeo, lo que representa un 82 % de las encuestadas. Sin embargo, el 45 %, adicionalmente a las labores de barequeo, ingresan al socavón en las mismas condiciones que los hombres para la extracción de minerales. Las actividades de beneficio minero, como la trituración, molienda, lavado y clasificación del mineral representan una modalidad minera significativa para estas mujeres, ya que el 27 % de las participantes manifestaron que conocen y realizan estas labores para obtener beneficios económicos. El mineral más común que extraen es el oro, seguido de la plata y en menor proporción, el cobre.

 

El 45 % de las participantes manifestó que llevan realizando las labores mineras de entre 10 y 30 años, el 36 % lo ha hecho durante más de 30 años y el 18 % lleva entre 1 y 5 años. En promedio, las mujeres mineras de California, Santander, inician esta actividad entre los 15 y 20 años (64 %), sin embargo, las mujeres de más de 50 años iniciaron como mineras a la temprana edad de 10 años.

 

Como se mencionó, la identidad cultural de las mujeres mineras define las condiciones en las que realizan esta actividad, razón por la cual la encuesta aplicada incluyó este aspecto. Los resultados muestran que el 64 % de las mujeres mineras se identifican como campesinas y el 36 % pertenecen a comunidades no minoritarias. Lo anterior es particularmente significativo, puesto que el alto porcentaje de mujeres mineras que se identificaron como campesinas, realizan actividades de agricultura de subsistencia que puede verse afectada por factores de riesgo como la presencia de minería ilegal, por la contaminación que esta genera de las fuentes hídricas.

 

-              Aspectos culturales: en todos los casos, las mujeres que participaron en el estudio manifestaron que les gusta ser mineras y consideran que esta actividad forma parte de su identidad cultural, ya que ha sido transmitida de generación en generación, (64 %). Además, constituye una fuente importante de ingreso que les permite llevar el sustento económico al hogar, pues el 55 % de las mujeres encuestadas son madres cabeza de familia. En el 17 % de los casos, estas mujeres se han visto obligadas a abandonar al padre de sus hijos por razones de violencia física, psicológica y económica.

 

Uno de los resultados que llama la atención, es que el 91 % de las mujeres transmiten el conocimiento minero a sus hijos, sin embargo, al 63 % no le gustaría que se dedicaran a la minería y en los casos en que sí desean que sus hijos realicen labores mineras (36 %), consideran que lo pueden hacer en el nivel profesional.

 

La principal razón que impulsa a las mujeres de California a ser mineras es que esta actividad representa la única fuente de sustento económico que encuentran (72 %), además el 45 % de manifestó que la flexibilidad de los horarios, así como su autonomía para decidir el tiempo que le dedican a esta actividad, constituyen razones importantes que las impulsa a ejercer la minería.

 

-              Aspectos familiares: el 82 % de las mujeres tienen a su cargo al menos una persona (hijos, padres o nietos), razón por la cual continúan realizando labores mineras a pesar de su avanzada edad, que en el 27 % de los casos supera los 65 años. El 100 % de las participantes tiene hijos. Una de ellas, de 75 años, tuvo 8 hijos y manifestó que: “Logré sacar adelante a todos con la minería, cuando nadie molestaba y se podría barequear con tranquilidad” (Testimonio de una mujer minera de California, Santander, 16 de octubre de 2019).

 

-              Aspectos laborales: las jornadas laborales de las mujeres mineras se caracterizan por ser intensas y largas, extendiéndose de la mina a la casa. Algunas de las participantes de esta investigación manifestaron que inician sus labores a las 2:00 a. m., ya que deben realizar labores del hogar como preparar el desayuno y el almuerzo antes de irse al río a barequear hasta mediodía, para luego recoger a sus hijos en el colegio y ayudarles con las tareas. Además, en la tarde, adicional a las actividades del cuidado, algunas de ellas preparan comidas típicas santandereanas como tamales y las venden en el comercio local.

 

En cuanto a la intensidad laboral, la mayoría de las mujeres trabajan en la minería entre 1 y 2 días a la semana, y el 36 % de las participantes le dedica 4 horas al día a esta actividad, mientras que el 27 %, le dedica 8 horas.

 

Como se mencionó, la minería de subsistencia y de pequeña escala que realizan las mujeres en Colombia se caracteriza por su alto nivel de informalidad e inestabilidad, lo que no les permite realizar aportes a pensión, ni contar con afiliación a riesgos laborales (ARL). Sobre este aspecto, del total de mujeres mineras encuestadas solo el 9 % cotiza pensión y ninguna se encuentra afiliada a ARL. Lo anterior las ubica en una situación de desprotección y vulnerabilidad, al no contar con atención en salud en caso de sufrir accidentes mientras realizan las labores mineras y al continuar trabajando en esta actividad a edades avanzadas, pues no cuentan con la disponibilidad económica para acceder a una pensión.

 

El 82 % de las mujeres afirman que les gustaría desarrollar otra actividad diferente a la minería como medio de sustento, ya que, a pesar de que les ha permitido sostener sus hogares, es una actividad que depende mucho de la “suerte”, en la medida en que no siempre obtienen una cantidad significativa de mineral o en algunas ocasiones, los hombres no les permiten entrar a los mejores turnos en las minas, en los que se obtiene un mayor volumen de mineral y como ellas manifiestan: “Para deshacerse de nosotras nos dan una maleta (costales llenos de roca en la que se puede extraer el mineral) que no vale nada. Nos dejan las sobras” (Testimonio de una mujer minera de California, Santander, 16 de octubre de 2019).

 

-              Aspectos en salud: el 100% de las participantes se encuentra afiliada a seguridad social, principalmente al régimen subsidiado y el 18 % ha sufrido algún tipo de accidente, lesión y/o herida mientras desarrolla labores mineras, sin embargo, consideran que han sido leves, como machucones y pequeñas cortadas, que no las han llevado a acudir a los servicios de salud.

 

Pese a lo anterior, el 27 % de las mujeres encuestadas manifiesta que ha sufrido alguna enfermedad, dolor o molestia de salud derivada de las actividades mineras, entre las que se destacan dolores de cabeza, que se pueden relacionar con la exposición prolongada al sol mientras realizan el barequeo; artritis, que puede ser producto de los movimientos repetitivos que se realizan en el barequeo o en la extracción de los minerales en el socavón y afecciones a los pulmones por estar expuestas durante largas jornadas al material particulado que se emite en la mina y a los vapores de mercurio utilizados para la separación del mineral de la roca que lo contiene, ya que el 100 % de las encuestadas utiliza esta sustancia química. El 73 % utiliza al menos un elemento de protección personal, siendo los más comunes guantes, tapabocas y botas.

 

-              Aspectos económicos: el 82% de las mujeres mineras que participaron en este estudio dependen de la minería para su sustento económico. A pesar de que el 73 % considera que es una actividad bien remunerada, si se tiene en cuenta la relación dedicación/recursos obtenidos, realizan labores complementarias como medio adicional de sustento, dentro de las cuales se destacan la preparación y venta de alimentos típicos santandereanos, agricultura de subsistencia, actividades productivas de especies menores como gallinas y conejos y servicios domésticos.

 

                Las mujeres manifiestan que no se presentan desigualdades en cuanto a la remuneración económica asociadas al sexo, como sí ocurre en algunos municipios de Boyacá (ONU Mujeres, 2016); por el contrario, afirman que en ocasiones ellas obtienen más dinero que los hombres al tener una alta capacidad de negociación. Sobre este asunto, el 45 % de las participantes afirmaron que obtienen menos de $ 200.000 al mes por el desarrollo de actividades mineras, el 36 % alcanzan los $ 200.000 y el 18 % entre $ 500.000 y $ 800.000. En su mayoría, este dinero lo destinan a alimentación, vivienda, pago de servicios públicos y educación para sus hijos, situación que difiere ampliamente en el caso de los hombres mineros santandereanos, que como lo afirman las mujeres entrevistadas: “Se gastan todo lo que ganan en la mina en trago y mujeres” (Testimonio de una mujer minera de California, Santander, 2 de octubre de 2019).

 

Factores de riesgo

 

Las modalidades en las que las mujeres realizan labores mineras en Colombia, las ubica en una posición de vulnerabilidad que afecta la garantía de sus derechos humanos. En este sentido, el análisis de los testimonios de mujeres mineras de diferentes municipios del país, obtenidos de fuentes secundarias, arrojó como resultado diversos factores de riesgo a los que están expuestas. Estos son: violencia de género, conflicto armado, minería ilegal, concesiones mineras otorgadas en territorio de comunidades étnicas, desplazamiento forzado, grandes concesiones mineras, falta de reconocimiento por parte del Estado de las condiciones en las que las mujeres desarrollan labores mineras y elevados estándares jurídicos para el ejercicio de la actividad de manera legal.

 

La presencia de los factores de riesgo mencionados depende de las características particulares de los diferentes grupos sociales a los que pertenecen las mujeres mineras, por lo tanto, su definición debe realizarse para grupos poblaciones y contextos territoriales específicos. De otra parte, en un país culturalmente diverso como Colombia, estos factores de riesgo pueden cambiar en el tiempo, pues el territorio, entendido como una construcción social, que, se genera “por la interacción entre causas y procesos históricos y culturales” (Guhl, 2017, p. 20), abre la posibilidad para que se forjen nuevos factores de riesgo, otros desaparezcan y otros se vuelvan más intensos y puedan afectar una amplia gama de derechos. Por lo tanto, los análisis que se presentan en la sección 2, constituyen un ejemplo de los derechos de las mujeres mineras que pueden ser vulnerados por los factores de riesgo mencionados y no deben interpretarse como una categoría estática.

 

Las sesiones de trabajo llevadas a cabo con mujeres mineras de California, Santander, así como las encuestas y entrevistas aplicadas, indican que los factores de riesgo particulares a los que están expuestas estas mujeres son: violencia de género, minería ilegal, grandes concesiones mineras (legales), falta de reconocimiento de la actividad y sus condiciones por parte del Estado y elevados estándares jurídicos para el ejercicio de la actividad de manera legal.

 

A diferencia de otros grupos sociales, como las comunidades afrocolombianas del Cauca y del Chocó, las mujeres mineras californianas manifiestan que no han sufrido de desplazamiento forzado, ni han sido afectadas por grupos al margen de la ley. En ese mismo sentido, las concesiones mineras otorgadas en territorios de comunidades étnicas no representan una situación que pueda vulnerar los derechos de estas mujeres, puesto que, como se mencionó, el 64 % se reconocen como campesinas y el 36 % pertenecen a comunidades no minoritarias.

 

El principal factor de riesgo identificado en este estudio, que puede vulnerar los derechos humanos de las mujeres mineras californianas, es la violencia de género, particularmente los estereotipos frente a sus capacidades físicas para realizar labores pesadas y a su papel como garante del bienestar y responsable del cuidado del hogar y de los hijos. Este tipo de situaciones trascienden a los escenarios de toma de decisiones en asuntos mineros, ya que el 64 % de las encuestadas reconocen que por el hecho de ser mujeres sus opiniones son menos escuchadas en comparación con las de los hombres. El 27 % considera que no existen diferencias entre hombres y mujeres en los escenarios de participación. Es preciso señalar que las mujeres que tienen esta opinión son mayores a 65 años, cuya percepción de lo que se cree que es discriminación o rechazo es diferente a la que tienen las mujeres mineras más jóvenes que consideran que el hecho de que sus ideas, inquietudes, sugerencias y opiniones no sean escuchadas representa una forma de exclusión y discriminación.

 

De otra parte, también fue posible identificar que la falta de participación de las mujeres mineras en los temas que puedan afectarlas ha persistido en el municipio durante años. Según sus testimonios, en el año 2014 California vivió una época de bonanza minera y los hombres se reunían para organizar los turnos de extracción y no las invitaban, porque, como lo afirmaron:

 

Ya sabían que no nos iban a dejar entrar a las minas. En la bonanza minera los que se beneficiaron fueron los hombres, nos daban maletas sin valor para que nos fuéramos de las minas y ellos sí sacaban el oro. No nos dejaron participar. (Testimonio de una mujer minera de California, Santander, 28 de octubre de /2019)

 

Como resultado de los estereotipos de género, el 82 % de las mujeres entrevistadas afirmó que ha sufrido algún tipo de violencia (física, psicológica, sexual y/o, económica) por parte de los hombres mineros. El primer rasgo de violencia psicológica que se reconoce es el maltrato hacia ellas cuando ingresan a las minas. Algunas mujeres manifestaron que “porque ellos tienen dinero y nosotras no, pueden tratarnos mal e impedir que entremos a las minas” (Testimonio de una mujer minera de California, Santander, 28 de octubre de 2019).

 

Ninguna mujer señaló haber vivido o sufrido violencia física en el ejercicio de la actividad minera. En cuanto a la violencia sexual, muchas mujeres manifestaron que durante la bonanza minera (2014) estas situaciones se intensificaron y hubo casos en los que los hombres les exigían favores sexuales como una forma de negociación para el acceso a la explotación minera. Pese a lo anterior, dos mujeres mineras de 65 años señalaron que esta situación es poco frecuente, no ha ocurrido siempre, Vale la pena señalar que las mujeres que manifestaron no haber sufrido algún tipo de violencia por parte de los hombres mineros, son mujeres de avanzada edad que se educaron y crecieron en un contexto histórico diferente al actual, en el que las situaciones de violencia contra las mujeres eran ignoradas y de cierta manera aceptadas. Lo anterior se corrobora con los testimonios de estas mujeres: “Antes nos aguantábamos eso y no pasaba nada. Ahora no se les puede decir nada” (Testimonio de una mujer minera de 65 años de California, Santander, 28 de octubre de 2019).

 

Las mujeres mineras californianas reconocen que existe minería ilegal en sus territorios, pero a diferencia de otras regiones como el Bajo Cauca antioqueño o el Chocó, en California, este tipo de actividades se realiza sin el uso de maquinaria pesada como dragas y retroexcavadoras y es ejercida principalmente por mineros foráneos, quienes a través de la violencia las han desplazado de los lugares de extracción. En muchas ocasiones estos mineros han sido violentos con ellas y le han hecho insinuaciones sexuales a cambio de dejarlas ingresar a las minas: “Tenemos que dárselo para que nos dejen entrar a las minas” (Testimonio de una mujer minera de California, Santander, 28 de octubre de 2019).

 

De otra parte, el 100 % de las mujeres encuestadas reconoce que la llegada de grandes empresas mineras es un factor que ha afectado la minería tradicional como su forma de vida, alterando el orden público en el municipio y aumentando el desempleo, pues las ha desplazado de los lugares en los cuales se extrae el mineral. Según una mujer minera californiana:

 

Antes uno podía ir barequear o meterse a la mina cuando quisiera y nadie le decía nada. No le digo que yo crie a 8 hijos con la minería sin problemas. Pero ahora ya no podemos entrar porque esta vigilado por la empresa. Ahora el territorio es de ellos. (Testimonio de una mujer minera de California, Santander, 28 de octubre de 2019)

 

La falta de reconocimiento por parte del Estado de la participación de las mujeres en la minería, así como de sus condiciones es considerada por las mujeres mineras encuestadas como un factor de riesgo que puede vulnerar sus derechos. El 100 % de las participantes manifiestan que el Estado ha estado ausente en su territorio para ayudarlas a mejorar sus condiciones laborales y evitar situaciones de violencia como las descritas.

 

Finalmente, con respecto a la formalización minera, las mujeres encuestadas consideran que este proceso tiene estándares muy elevados que “se salen de nuestro alcance”. Sin embargo, reconocen que el apoyo del Estado podría aumentar la participación de las mujeres mineras en escenarios de toma de decisiones y mejorar sus condiciones laborales. El 36 % de las mujeres entrevistadas forma parte del programa de coexistencia minera de Minesa, pero manifiestan que su participación es muy poca y que en el municipio existen muchas mujeres a las que les gustaría formar parte de este tipo de iniciativas.

 

Análisis y discusión de resultados

 

Factores de riesgo y vulneración de los derechos humanos

 

En Colombia, la minería es una actividad de utilidad pública e interés social, protegida constitucionalmente (art. 333 CP/1991) y legalmente (Ley 685/2011), lo que de acuerdo con la Corte Constitucional, mediante la Sentencia C-297 de 2011: “autoriza al legislador intervenir en la propiedad y en los derechos económicos individuales […] y también como fundamento para aplicar el principio de prevalencia del interés social o público ante el cual debe ceder el interés particular”. Esta denominación ha generado tensiones entre derechos como la libre empresa y la propiedad privada (Gómez Rey, 2018, p. 18) y de especial interés para el tema que aquí se aborda, derechos como la no discriminación en razón del sexo, el mínimo vital, la libre elección de trabajo, oficio y profesión, entre otros, lo que deja al descubierto los retos y dificultades que tiene esta actividad para la construcción de un proceso de desarrollo que permita la garantía de los derechos humanos (Coronado, 2013).

 

Las áreas con actividad minera legal e ilegal, se constituyen como escenarios de disputa y guerra, pues en muchos casos se desarrollan en territorios de comunidades afrocolombianas, indígenas y campesinas (Bermúdez et al., 2011) que se oponen al extractivismo porque consideran que afecta sus tradiciones y rompe el tejido social, así como en zonas con presencia de grupos armados que buscan el control del territorio (Mining Watch Canadá y Censat Agua Viva, 2009) y la explotación ilegal de minerales para financiar sus operaciones (Segato, 2014). Esta situación ha llevado a un proceso de militarización de la vida cotidiana en algunas áreas mineras, intensificando la violencia sobre las mujeres, la feminización de la pobreza (Bermúdez et al., 2014), el impedimento del goce pleno de una vida libre de violencias (Barón, 2013) y la pérdida de autonomía sobre los territorios de esta comunidades, ocasionando así, una lucha constante por el reconocimiento de sus derechos (Ulloa, 2016).

De otra parte, la masculinización de la minería informal (sin título minero) incrementa las relaciones desiguales entre géneros y la vulneración de los derechos humanos de las mujeres al ubicarlas como sujetos útiles solo en el ámbito doméstico y sexual (Cohen, 2014). De este modo se desconocen sus capacidades para aumentar la productividad y rentabilidad de las empresas. No obstante, se ha demostrado que cerrar las brechas de género proporciona beneficios importantes para la economía, pues se podría incrementar el PIB mundial en 11 % si se superan situaciones como la baja participación de las mujeres en la fuerza laboral en comparación con los hombres (Woetzel et al., 2015).

 

Lo anterior se sustenta en que la presencia de mujeres en las industrias aumenta la diversidad de competencias y aptitudes de una organización (Noland et al., 2016); las empresas que cuentan con un mayor número de mujeres tienen en promedio un 42 % más de retorno en las ventas (Joy et al., 2007) y además, las juntas directivas compuestas por hombres y mujeres incrementa la capacidad de innovación de las organizaciones en un 83 %, su rentabilidad en un 15 % y el retorno sobre la inversión en un 5 % (Catalyst, 2016). Esto significa que cuando se mejora la situación económica de las mujeres, se contribuye al desarrollo y crecimiento de la economía de toda la sociedad. A continuación, se describe y analiza cada uno de los factores de riesgo identificados a los que están expuestas las mujeres mineras en Colombia, así como algunos de los derechos que pueden vulnerar.

 

-              Violencia de género: la Convención Belem Do Para para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, aprobada por Colombia a través de la Ley 248/1995, reconoce que la violencia contra la mujer es una ofensa a la dignidad humana, una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres y constituye una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de este grupo poblacional (OEA, 1994).

 

En los contextos mineros, los fuertes estereotipos de género contribuyen a reproducir aquellas relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, aspecto que lleva a que las mujeres mineras enfrenten situaciones de violencia psicológica, económica y en algunas ocasiones sexual. Como ocurre en el municipio de California, Santander, en departamentos como Boyacá se han presentado casos en los que hombres mineros han acosado sexualmente a mujeres chatarreras, quienes manifiestan que se sienten más seguras en la calle que en la mina (Ander y Rivera, 2018) y que además deben acostumbrarse a soportar estas situaciones para insertarse en el ámbito laboral minero (Jiménez et al., 2014).

 

Este factor de riesgo, entre otros, afecta el derecho a la vida de ellas, en la medida en que los estereotipos mencionados limitan la posibilidad de una existencia digna, que como se establece en la Sentencia T-444 de 1999:

 

Implica para el individuo la mayor posibilidad de despliegue de sus facultades corporales y espirituales, de manera que cualquier circunstancia que impida el desarrollo normal de la persona, siendo evidente de alguna manera, compromete el derecho consagrado en el Artículo 11 de la Constitución. (Corte Constitucional, Sentencia T-444 de 1999)

 

La subjetividad respecto de las capacidades físicas de las mujeres para realizar labores mineras también vulnera su derecho a la no discriminación en razón del sexo, como lo reconoce la Corte Constitucional al establecer que los estereotipos de género tienen usos y finalidades discriminatorias en función a las categorizaciones labores, roles o trabajos que se presentan en la sociedad (Corte Constitucional, Sentencia C-734 de 2015).

 

Se podría afirmar, que soportar agresiones psicológicas y sexuales por parte de los hombres en las minas afecta el libre desarrollo de la personalidad y directamente la dignidad humana de las mujeres mineras. Sobre este asunto, en la Sentencia C-336 de 2008, la Corte estableció que el desarrollo de la personalidad se deriva del respeto a la dignidad humana, por cuanto incluye el derecho a la autonomía, libertad personal y protege la capacidad de autodeterminación de la persona, de tal manera que pueda adoptar un modelo de vida conforme a sus intereses. Según esta misma providencia, el derecho al libre desarrollo de la personalidad es vulnerando cuando se le impide de manera arbitraria a la persona alcanzar sus objetivos de vida, es decir, su posibilidad de determinarse según como quiera; de obtener un plan y un proyecto de vida, en este caso el ejercicio de la minería de subsistencia y de pequeña escala; así como su integridad moral y física, aspectos que en la Sentencia T-881 de 2002 fueron definidos como elementos esenciales de la dignidad humana.

 

Finalmente, en la Sentencia T-732 de 2009 se establece, con fundamento en la Declaración Internacional sobre Población y Desarrollo del Cairo de 1994, que los derechos sexuales y reproductivos, están implícitos en los derechos fundamentales a la vida digna; a la igualdad y al libre desarrollo de la personalidad, derechos que como se mencionó son vulnerados por la violencia psicológica y sexual a las que están expuestas las mujeres mineras, por lo que se puede establecer que este factor de riesgo también vulnera su derecho a la libertad sexual.

 

-              Conflicto armado: la historia de Colombia ha estado marcada por el conflicto armado. Esta situación ha generado episodios de violencia de una forma casi permanente, con intervalos de agudización como el periodo de la violencia a mediados del siglo XX o el narcoterrorismo en los años 80, que han afectado el país de múltiples formas y dejado casi 9 millones de víctimas (Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, 2019). Pese a que en 2016, con la firma del Acuerdo de Paz, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dejaron de ser un actor armado, la violencia asociada al conflicto interno aumentó en 2018, pues se han creado nuevos grupos al margen de la ley y además aún persisten disidentes de las FARC que llegan a más de 1.400 miembros (Human Rights Watch, 2019).

 

A pesar de que este factor de riesgo no afecta a las mujeres mineras californianas, sí ha vulnerado los derechos de mujeres mineras de otras comunidades no minoritarias y afrocolombianas. Un reciente estudio de la Alianza para la Minería Responsable muestra que algunas mujeres chatarreras y barequeras en municipios como Segovia, Antioquia y Suárez, Cauca, han sido víctimas del conflicto armado, lo que ha llevado a que sufran situaciones de violencia de género y sexual. La presencia de grupos ilegales también obstaculiza los procesos de formalización y regularización del sector minero (Ander y Rivera, 2018), lo que dificulta la protección de sus derechos humanos por parte del Estado.

 

Este factor de riesgo ha generado desplazamiento y despojo de la propiedad colectiva de mujeres que realizan minería de subsistencia y de pequeña escala de las comunidades afrocolombianas, por ejemplo, en los departamentos del Chocó y el Cauca, en los que históricamente ha existido una disputa territorial y múltiples formas de violencia, convirtiéndolos en epicentro de la guerra con importancia geoestratégica y en los que además, persiste la presencia de grupos ilegales como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y se han creado nuevos grupos vinculados con el narcotráfico y a la minería ilegal (Salinas Abdalá, 2014) como medio para financiar sus operaciones. Lo anterior ocasiona tensiones sociales al ejercer control territorial y limitar el ingreso de los mineros tradicionales a las minas. Mujeres del municipio de Timbiquí, Cauca, afirman que era la guerrilla la que controlaba la extracción minera por parte de los mineros ilegales y proporcionaban a los y las mineras artesanales la oportunidad de ingresar a los lugares de extracción (Ander y Rivera, 2018).

 

De otra parte, mujeres guaqueras de comunidades no minoritarias, como las ubicadas en el occidente de Boyacá, también manifiestan que han sido afectadas por el conflicto armado. Esta región ha sufrido tres guerras intermitentes entre los capos de las esmeraldas, llamadas Guerras Verdes. Según el testimonio de una mujer guaquera, en la primera Guerra Verde (1973), cuando el gobierno cerró las minas, militarizó la zona y desalojó a más de 15.000 guaqueros, “el Ejército, ellos también maltrataban a la gente, les quemaban los cambuches, maltrataban a las mujeres” (Testimonio de una mujer minera de California, Santander, 28 de octubre de 2019) . Estas guerras causaron múltiples violaciones a sus derechos humanos, algunas fueron violadas y otras quedaron viudas (ONU Mujeres, 2016).

 

El control territorial por parte de los grupos armados ilegales restringe el ingreso de las mujeres mineras a los lugares de extracción, lo que afecta el derecho al mínimo vital, al comprometer su capacidad para obtener los ingresos necesarios que según la Corte Constitucional, les permitan:

 

Solventar sus necesidades básicas y del núcleo familiar dependiente, tales como alimentación, vivienda, salud, educación, recreación, servicios públicos domiciliarios, entre otras prerrogativas que se encuentran previstas expresamente en la Constitución Nacional y que además, posibilitan el mantenimiento de la dignidad del individuo como principio fundante del ordenamiento jurídico constitucional. (Corte Constitucional, Sentencia T-157 de 2014).

 

Así mismo, este factor de riesgo vulnera directamente los derechos a la vida, al desarrollo de la personalidad y a la libre elección del trabajo, oficio o profesión de las mujeres mineras, al limitarles el desarrollo libre de su plan de vida, e impedirles que realicen el trabajo que han elegido dentro de los límites de la dignidad y la justicia (Corte Constitucional, Sentencia T-611 de 2002).

 

De otra parte, el miedo que las comunidades desarrollan cuando se encuentran inmersas en escenarios de conflicto limita el ejercicio de derechos como la participación y la reunión y manifestación pacífica. En el caso particular de las mujeres mineras, expresar sus opiniones y defender sus derechos en presencia del conflicto armado, las ubica en una situación de riesgo, pues los ataques a las defensoras muestran constantemente niveles más altos de violencia frente a los hombres, en los que persiste la violencia sexual. Además, Colombia es uno de los países del mundo en los que más se presentan asesinatos de defensores de los derechos humanos. Particularmente en el caso de las mujeres, tanto el número de asesinatos como otro tipo de agresiones contra las defensoras ha aumentado en más de un 20 % desde 2017, con una incidencia aún mayor en contra de las lideresas comunales y comunitarias (Corporación Sisma Mujer, 2018). Según el Programa Somos Defensores (2019) en 2018 el asesinato de lideresas aumentó en un 64.3 % con relación al año anterior.

 

-              Desplazamiento forzado: el aumento de desplazamientos masivos en Colombia es un indicador del deterioro de la situación humanitaria en el país en los últimos años. Según OCHA, en 2018, al menos 33.403 personas fueron desplazadas en el país, principalmente en los departamentos de Norte de Santander, Nariño, Antioquia y Chocó (OCHA, 2018), en los que se presentaron el 92 % del total de desplazados para ese año. Cabe resaltar que estos departamentos representan un aporte importante al sector minero y concentran una gran proporción de mujeres mineras. Por ejemplo, Antioquia produce el 44,58 % del oro y el 61.78 % de la plata a nivel nacional (ANM, 2018) y concentra el 90.2% del total de mujeres mineras chatarreras del país. En el Chocó, la minería de subsistencia y de pequeña escala de oro ha sido el principal soporte de la actividad económica del departamento, allí, al igual que en el departamento de Nariño, las mujeres barequeras superan en cantidad a los hombres que se dedican a esta misma actividad y Norte de Santander, es el cuarto productor de carbón del país, después de La Guajira, César y Boyacá (ANM, 2019b).

 

Como se mencionó, las mujeres mineras californianas han sido desplazadas de los lugares de explotación por parte de mineros foráneos y no por grupos al margen de la ley. Sin embargo, en el caso de las mujeres mineras de comunidades afrocolombianas y campesinas la presencia de este tipo de grupos se reconoce como el principal factor de desplazamiento. Para 2019, el 49 % y 47 % del total de desplazamientos respectivamente ocurrió en estos grupos poblacionales, siendo los enfrentamientos entre grupos armados (61 %) y los combates con las fuerzas armadas (33 %) las principales causas de estos eventos, los cuales son cada vez son más intensos como consecuencia de la presencia de minería ilegal (OCHA, 2019).

 

El desplazamiento de los lugares de extracción de los mineros artesanales afecta de manera especial a las mujeres, pues en muchas ocasiones, quienes las desplazan, ya sea miembros de grupos armados ilegales o mineros foráneos, les exigen “favores sexuales” a cambio de dejarlas entrar en las minas o barequear a las orillas de los ríos, como ocurre en el municipio de California y el zonas de El Bagre en el Bajo Cauca antioqueño, aspecto que se constituye en violencia sexual y las obliga, en algunas ocasiones, a aceptar sus insinuaciones por necesidad, al ser madres cabeza de familia, o en otras, a cambiar su formas de vida (Ander y Rivera, 2018), lo que ocasiona impactos como la ruptura del tejido social y la vulneración de derechos como la vida, la libre elección de trabajo, oficio o profesión y el mínimo vital.

 

A su vez, el desplazamiento forzado afecta el derecho al libre desarrollo de la personalidad de las mujeres mineras, toda vez que cambia sus formas de vida, como se ha establecido en la Sentencia C-336 de 2008, al considerar que los desplazamientos se anteceden de ambientes intimidatorios y tienen consecuencias en “la materialización de los proyectos de vida de los afectados, que necesariamente deberán acoplarse a sus nuevas circunstancias de desposeimiento”.

 

Este factor de riesgo afecta de manera particular el derecho al autorreconocimiento de los pueblos de las mujeres mineras afrocolombianas, el cual se encuentra definido por el Convenio 169 de la OIT como “el derecho de los pueblos indígenas a mantener y fortalecer sus culturas, formas de vida e instituciones propias, y su derecho a participar de manera efectiva en las decisiones que les afectan” (OIT, 2014, p. 8). Estas prerrogativas son trasgredidas cuando las mujeres mineras son desplazadas de sus territorios, pues se ven obligadas a cambiar su tradición minera, que como se ha mencionado forma parte estructural de su cultura, costumbres, autonomía y tradiciones.

 

-              Minería ilegal: la Defensoría de Pueblo señala que la minería ilegal se ha intensificado en los últimos años en el país. En algunos municipios como California, este tipo de actividades se realizan en pequeña escala y es ejercida por mineros nativos, en otros como el Chocó, predomina la minería ilegal mecanizada y la minería de subsistencia a través del barequeo. En este último, para 2015, el 99 % de las UPM no tenían título minero; tan solo 3 minas contaban con licencia ambiental; 2 con plan de manejo ambiental y además se encontraban funcionando 260 entables mineros ilegales, los cuales extraían el material con 446 retroexcavadoras y 54 dragas de succión (Defensoría del Pueblo, 2015).

 

La presencia de este tipo de actividades ilícitas lleva al despojo de las tierras en las que por décadas los mineros artesanales han ejercido esta actividad como parte de su identidad cultural, lo que genera situaciones de violencia para las mujeres mineras, pues muchas veces han sido obligadas a prestar servicios sexuales y en caso de negarse son desplazadas de los lugares de extracción. La Defensoría del Pueblo reporta que los seis departamentos con mayor número de registros de mujeres desplazadas en 2013 fueron: Valle del Cauca, Antioquia, Cauca, Chocó y Caquetá, departamentos en los que algunas mujeres han optado por la minería como forma de vida. Estas zonas coinciden con los lugares en los que ha sido más intenso el despojo de tierras por parte de grupos armados y por la presencia de minería ilegal (Defensoría del Pueblo, 2014).

 

Lo anterior ha afectado de manera particular a las mujeres afrocolombianas mineras, cuyo pueblo ha sido históricamente marginado. Mujeres mineras del departamento del Cauca mencionan que con la llegada de la minería ilegal, han cambiado las dinámicas del conflicto armado en lugares como los corregimientos de Sabaletas, Buenaventura y Timbiquí y se ha aumentado la explotación minera con retroexcavadoras y dragas, e intensificando las disputas territoriales entre grupos armados como las FARC y los Rastrojos, debido al interés de estos por controlar el ingreso de mineros artesanales, imponer exacciones y administrar la cotidianidad de los lugareños (Ander y Rivera, 2018).

 

Este factor de riesgo afecta, entre otros, el derecho a la propiedad colectiva que tienen los grupos étnicos como los indígenas, afrodescendientes y palenqueros, puesto que la presencia de minería ilegal mecanizada en sus territorios se opone a la facultad que les otorga este derecho de utilizar, administrar y conservar los recursos naturales de acuerdo a sus tradiciones, reconocido mediante la Sentencia T-955 de 2003.

 

Así mismo, los fuertes impactos ambientales que causa la minería ilegal mecanizada vulneran derechos humanos colectivos de las mujeres mineras como el ambiente sano y la seguridad alimentaria y tal como lo ha establecido la Corte Constitucional en la Sentencia C-671 de 2001, por conexidad derechos fundamentales como la vida al destacar que:

 

El derecho al medio ambiente no se puede desligar del derecho a la vida y a la salud de las personas. De hecho, los factores perturbadores del medio ambiente causan daños irreparables en los seres humanos y si ello es así habrá que decirse que el medio ambiente es un derecho fundamental para la existencia de la humanidad. (Corte Constitucional, Sentencia C-671 de 2001)

 

En lo que respecta al derecho a la seguridad alimentaria, como se mencionó, algunas mujeres también practican la agricultura como forma de vida complementaria a la minería. Con el uso intensivo del mercurio, el dragado de los ríos y la contaminación de los suelos por parte de la minería ilegal mecanizada, se genera la “esterilidad de las tierras y la devastación generacional de pueblos-tierra-ríos y territorios” (Mina et al., 2015, p. 172), comprometiendo el cultivo de alimentos con fines de subsistencia, así como las prerrogativas definidas por la Observación General 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, a una alimentación adecuada y suficiente, que corresponda a las tradiciones culturales de la población a que pertenece el consumidor y que garantice una vida psíquica y física, individual y colectiva libre de angustias, satisfactoria y digna (Naciones Unidas, 1999).

 

-              Concesiones mineras otorgadas en territorio de comunidades étnicas: este factor de riesgo es especialmente significativo para las mujeres mineras que se reconocen como afrocolombianas e indígenas. En el caso del Chocó, por ejemplo, el 96 % del área del departamento tiene la titularidad de territorio colectivo de afrodescendientes e indígenas, sin embargo, el 41 % de su superficie está sujeta a concesiones mineras, ya sea otorgadas o solicitadas, de este porcentaje, el 75 % ha sido solicitado o concedido a empresas multinacionales (Defensoría del Pueblo, 2015).

 

Lo anterior lleva a conflictos por el uso y tenencia de la tierra asociados con la definición de áreas mineras que se superponen con territorios ocupados y titulados colectivamente a comunidades negras y a pueblos indígenas (Velasco, 2014), lo que se contradice con el contenido de sus planes de vida y etnodesarrollo, que no consideran la minería a gran escala como su forma de vida (González, 2013).

 

Este tipo de situaciones violan los mandatos constitucionales y los tratados internacionales que obligan al Estado a respetar el derecho de las comunidades étnicas y los pueblos indígenas a la consulta previa, establecida en la Sentencia SU-039 de 1997 como un

 

Derecho fundamental para la comunidad por estar ligada a su subsistencia como grupo humano y como cultura. Para asegurar dicha subsistencia se ha previsto, cuando se trate de realizar la explotación de recursos naturales en territorios indígenas, la participación de la comunidad en las decisiones que se adopten para autorizar dicha explotación. (Corte Constitucional, Sentencia SU-039 de 1997)

 

La Defensoría del Pueblo reconoce que cuando el Estado adjudica títulos mineros en territorios étnicos, desconociendo este trámite, vulnera los derechos fundamentales de las comunidades negras (Defensoría del Pueblo, 2015), lo que afecta directamente a las mujeres mineras afrocolombianas por las razones que se han reiterado.

 

De otra parte, la falta de consideración de esta prerrogativa por algunas empresas mineras ha ocasionado fuertes tensiones sociales que han llevado a las comunidades a defender sus derechos y a judicializar los conflictos socioambientales. Sobre este asunto, la Corte Constitucional en la Sentencia T-1045A de 2010, reconoció que:

 

Esta especial protección implica un proceso mediante el cual el Estado garantiza a las autoridades respectivas y a las comunidades implicadas, directamente la participación y el acceso a la información sobre un programa o plan que se pretenda realizar en su territorio […] Buscando salvaguardar la idiosincrasia de los pueblos indígenas y tribales que habitan el país. (Corte Constitucional, Sentencia T-1045A de 2010)

 

-              Falta de reconocimiento por parte del Estado de las condiciones en las que las mujeres desarrollan labores mineras: a pesar de que, desde 1960 Colombia ha suscrito una serie de tratados internacionales que buscan la protección de la mujer y la no discriminación, solo hasta los últimos 10 años con la expedición del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2010-2014, Colombia ha empezado a implementar lineamientos tendientes a la aplicabilidad de las disposiciones de estos tratados internacionales, bajo la coordinación de la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer y los lineamientos establecidos en el Decreto 1930/2013, por medio del cual se adopta la Política Pública Nacional de Equidad de Género y se crea la Comisión Intersectorial para su implementación.

 

Particularmente, en temas mineros, en el PND mencionado se estableció la necesidad de fortalecer el trabajo de la mujer en el sector minero colombiano como parte de la línea estratégica Inclusión Diferencial y Desarrollo Social de la Política Nacional de Formalización Minera, lo cual se materializaría en la formulación e implementación de una estrategia y un plan de seguimiento. Como parte de las actividades de esta línea, el Ministerio de Minas y Energía, realizó una caracterización de las mujeres mineras, sin embargo, su objeto de estudio fue bastante reducido al considerar tan solo 8 municipios de los departamentos de Antioquia, Cauca, Tolima, Bolívar y Boyacá, en los cuales se censaron 12.530 mujeres mineras y se caracterizaron 2.069 (Ministerio de Minas y Energía, 2016). Como se mencionó, según el RUCOM, a lo largo del territorio nacional, 38.857 mujeres se encuentran registradas como mineras artesanales en 19 departamentos del país, quienes realizan esta actividad en territorios con características naturales y culturales diferentes, lo cual muestra que la cifra considerada en esta caracterización y los municipios analizados no representa las condiciones en las que estas mujeres desarrollan la minería.

 

De otra parte, solo hasta 2016, las disposiciones del Código Sustantivo del Trabajo (numeral 3, art. 242) con respecto a la prohibición de las mujeres de trabajar en las minas subterráneas (Ministerio del Trabajo, 1950), fueron declaradas inexequibles por la Corte Constitucional, a través de Sentencia C-586 de 2016, por considerarse: “contraria a la Constitución y a los derechos de igualdad, trabajo y libertad de escoger profesión u oficio”, además de “reforzar el estereotipo de la mujer como ‘sexo débil’ y su condición de inferioridad”.

 

Específicamente en temas de género, a finales de 2018, el gobierno colombiano presentó la hoja de ruta para la formulación de los lineamientos de política pública de género para el sector minero energético, la cual contempla como ejes estratégicos la participación de la mujer en los procesos de toma de decisión; la autonomía económica y la incorporación de las mujeres en la industria y su permanencia; la inclusión de una cultura de equidad de género en el sector, entre otros.

 

Lo anterior lleva a mencionar que el Estado colombiano parece tener un retraso en el reconocimiento de las labores que realizan las mujeres en el sector minero y más aun de sus condiciones sociales, económicas, laborales y de las situaciones a las que se ven expuestas que pueden vulnerar sus derechos humanos. Esto ha llevado a que se desconozca su aporte a un importante sector para la economía colombiana, se reproduzcan episodios de violencia de género, sus condiciones laborales sean precarias, no tengan las facilidades para acceder a servicios de salud y pensión y de manera general, se encuentren en una situación de vulnerabilidad y desprotección (Carabalí-Viveros y Ladino-Mosquera, 2014).

 

Este factor de riesgo vulnera el derecho a la vida de las mujeres mineras, en la medida en que como se señala en la Sentencia T-102 de 1993) el Estado tiene, por una parte, la obligación constitucional de respetarlo, y por otra, el deber de crear las condiciones para su protección. El hecho de no conocer las situaciones de riesgo a las que las mujeres mineras se encuentran expuestas, limita el desarrollo de medidas efectivas que protejan sus derechos y reduzcan sus desigualdades.

 

-              Elevados estándares jurídicos para el desarrollo de la actividad de manera legal: las mujeres mineras del municipio de California, afirman que cumplir con los requisitos técnicos, ambientales y jurídicos para ejercer la minería dentro de los términos legales, representa un reto, pues en muchas ocasiones no cuentan con niveles de escolaridad ni con los recursos económicos necesarios para efectuar estas disposiciones.

 

Colombia cuenta con una legislación que establece los mecanismos para la formalización minera, sin embargo, las exigencias que esta estipula, tales como la necesidad de presentar un plan de manejo ambiental y documentos técnicos que demuestren la actividad minera ininterrumpida por un término de diez años, superan las capacidades de las mujeres mineras. Si bien las normas jurídicas están para regular las conductas, en algunas ocasiones cuando una norma, por sus parámetros, impide el desarrollo de una actividad, como ocurre en el caso de la minería artesanal, puede vulnerar derechos humanos como el trabajo y el mínimo vital.

 

Así lo reconoce la Corte Constitucional mediante el Auto 275 de 2012, al establecer que la categoría de sujetos de especial protección, como las mujeres, conlleva a la prerrogativa de no padecer un empeoramiento de la situación en la que sobreviven, es decir que el Estado no puede generar situaciones que desemboquen en un acrecentamiento de situaciones como la pobreza, que se liga inexorablemente a la indebida satisfacción del mínimo vital, como es el caso de establecer criterios de formalización inalcanzables para los mineros artesanales.

 

Así mismo, en la Sentencia T-291 de 2009, esta providencia precisó que “existe un deber de la administración de abstenerse de adelantar, promover o ejecutar políticas, programas o medidas que conduzcan a agravar o perpetuar la situación de exclusión, marginamiento o discriminación de grupos tradicionalmente desventajados en la sociedad” (Corte Constitucional, Sentencia T-291 de 2009). También destacó que:

 

La Constitución prohíbe, tanto las llamadas discriminaciones directas –actos que apelan a criterios sospechosos o potencialmente prohibidos, para coartar o excluir a una persona o grupo de personas del ejercicio de un derecho o del acceso a un determinado beneficio, como las discriminaciones indirectas– las que se derivan de la aplicación de normas aparentemente neutras, pero que en la práctica generan un impacto adverso y desproporcionado sobre un grupo tradicionalmente marginado o discriminado. (Corte Constitucional, Sentencia T-291 de 2009)

 

Para finalizar, el derecho a la paz de las mujeres mineras puede verse afectado por la totalidad de los factores de riesgo identificados, en la medida en que alcanzar la paz, como se establece en la Sentencia C-329 de 2000:

 

No solo es una cuestión de medios institucionales y personales para contrarrestar la violencia; es también un asunto cultural. La paz no es simplemente el resultado de la eliminación de los conflictos, también es la consecuencia de la convicción ciudadana en la convivencia de los métodos jurídicos de solución de conflictos. (Corte Constitucional, Sentencia C-329 de 2000)

 

Es decir que el ejercicio del derecho a la paz involucra una convivencia pacífica que respete las diferencias, convicciones y diferentes formas de vida que coexisten en los territorios.

 


 

Conclusiones

 

En Colombia, las mujeres que se dedican a la minería de subsistencia y de pequeña escala se encuentran en una situación de riesgo y desprotección. Esta investigación arrojó que los principales factores de riesgo a los que están expuestas y que pueden vulnerar sus derechos humanos son: violencia de género, conflicto armado, minería ilegal, concesiones mineras otorgadas en territorio de comunidades étnicas, desplazamiento forzado, grandes concesiones mineras, falta de reconocimiento por parte del Estado de las condiciones en las que las mujeres desarrollan labores de minería y elevados estándares jurídicos para el desarrollo de la actividad de manera legal.

 

Teniendo en cuenta la enorme diversidad cultural de Colombia, las situaciones de riesgo que viven las mujeres mineras son particulares de cada territorio y no deben interpretarse como una categoría estática, pues el territorio entendido como una construcción social en el que interactúan causas y procesos históricos y culturales, abre la posibilidad para que se generen nuevos factores de riesgo, otros desaparezcan y otros se vuelvan más intensos y puedan afectar otros derechos humanos que no fueron analizados en esta investigación.

 

En comunidades afrocolombianas e indígenas, factores como las concesiones mineras otorgadas en territorios étnicos y la minería ilegal mecanizada, pueden representar las situaciones más preponderantes que vulneran derechos de las mujeres mineras como la consulta previa y el autorreconocimiento de los pueblos. En mujeres mineras que pertenecen a comunidades campesinas y a grupos no minoritarios, como las analizadas en este estudio, la violencia de género y las grandes concesiones mineras son los principales factores que han vulnerado derechos como la no discriminación en razón del sexo, el mínimo vital, el libre desarrollo de la personalidad, la libre elección de trabajo, oficio o profesión, la libertad sexual, entre otros.

 

La inclusión del enfoque de género en la formulación de políticas públicas mineras y el reconocimiento por parte del Estado colombiano de las condiciones en que las mujeres ejercen esta actividad es incipiente, pese a que el país ha suscrito una serie de tratados internacionales a través de los cuales se compromete a desarrollar medidas para la protección a la mujer y la no discriminación. Incluir los enfoques de derechos humanos y de género en las políticas públicas en el sector minero, permite el análisis y evaluación diferencial de las situaciones de riesgo que pueden afectar las formas de vida de las mujeres mineras, desde una perspectiva que considere la equidad y la diversidad, así como también desarrollar acciones que protejan sus derechos humanos.

 

 


 

Agradecimientos

 

Los autores agradecen a Eliana Jácome, Mónica Yepes, Diana Zapata y Ana María Carrillo, estudiantes de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario por su apoyo en la búsqueda de bibliografía para la elaboración de este artículo. Así mismo, agradecemos a la empresa Minesa por facilitar el acceso a la zona para realizar las entrevistas a las mujeres del municipio de California. Sin embargo, el agradecimiento más especial es para todas y cada una de las mujeres mineras de participaron en las encuestas realizadas en este estudio.

 


 

Conflicto de intereses

 

No hay ningún tipo de conflicto de intereses respecto a la publicación de este artículo. Las reflexiones y conclusiones que contiene son producto del análisis conceptual de los autores.

 


 

 

Fuentes de financiación

 

Este proyecto fue financiado parcialmente por Colciencias en el marco de la Convocatoria 852 Jóvenes Investigadores e Innovadores 2018.

 


 

Referencias

 

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1 Universidad del Rosario 

 


 

 

Para citar este artículo: Cifuentes Guerrero, A.C., Güiza Suarez, L. (2021). Análisis de los factores de riesgo que vulneran los derechos humanos de las mujeres mineras de subsistencia y de pequeña escala de oro: estudio de caso, California, Santander. Revista Luna Azul, 53, 49-75. DOI: https://doi.org/10.17151/luaz.2021.53.4

 


 

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